Un perverso fue detenido en Castelar, donde abusaba de menores a los que filmaba mientras mantenían relaciones sexuales. Los pedófilos atacan en redes.
A partir de una investigación iniciada en diciembre de 2020 por la denuncia de una joven, que incluyó 2000 horas de escuchas telefónicas, filmaciones y recolección de evidencias, un pedófilo pudo ser detenido y quedó acusado por los delitos de trata de personas, abuso sexual y corrupción de menores.
Unos sillones de color rojo que se observaban en distintas imágenes subidas a redes sociales con imágenes de chicas, algunas de ellas adolescentes, eran distribuidas como material pornográfico, permitieron identificar el lugar. En ese marco, se alertó sobre el accionar de unos 28.000 pedófilos actuando en Argentina, en su mayoría aprovechando las redes sociales que usan menores.
«Tenemos que hablar de éste verdadero ejército que ataca a millones de chicos y chicas, utilizando las redes sociales para generar los contactos. Fotos, videos y hasta abusos sexuales que llegan a concretarse forman parte de una oscura problemática. Es necesario que las familias extremen los cuidados«, dijo el abogado Javier Miglino, que investiga el crecimiento de las redes de pedófilos en el país.
Sobre el episodio mencionado, personal de la Dirección de Investigaciones contra el Crimen de la Policía bonaerense llevó adelante cuatro allanamientos, ordenados por la fiscal Lorena Pecorrelli y avalados por el juez Fernando Pinos Guevara, en dos comercios propiedad del sospechoso, una verdulería y una agencia de venta de motos ambos en la localidad de Castelar, una vivienda de la zona de Morón y un lujoso departamento ubicado en Haedo. En este último domicilio, se incautaron los dos sillones rojos, que fueron sindicados como un elemento distintivo por las víctimas que eran sometidas y filmadas y esos videos compartidos en sitios pornográficos. Además se secuestraron dos armas de fuego, teléfonos celulares, lencería y juguetes eróticos, computadoras, una importante suma de dinero y otros objetos.
Los investigadores del caso identificaron al imputado como Alejandro Martín Gabriel Blanc Pardo, de 45 años, al que interceptaron cuando se desplazaba con su auto por las calles de Haedo, en compañía de quien sería su pareja y está sindicado como ser parte de esta maniobras de facilitación a la prostitución, abusos sexuales, corrupción de menores de edad y distribución de pornografía infantil.
«Muchas de las jóvenes que eran captadas, mediante distintas maniobras de engaño, eran violadas, bajo amenazas de armas de fuego. O también abusadas sexualmente de manera grupal y eran filmadas para luego compartir esas imágenes en sitios porno, inclusive se las denominaba como ‘Víctimas del Sofa Rojo’, en relación a esos sillones secuestrados en el operativo», indicaron fuentes de la investigación.
Todo apunta en que ese departamento era utilizado como «lugar de encuentro», al que concurrían «amigos del ahora detenido y clientes, a los que se les ofrecía prostitución VIP, con un «servicio premium» y «barra de tragos». Además, por testimonios de las víctimas, se determinó que «eran intimidadas con armas de fuego para obligarlas a mantener relaciones sexuales, utilizando disfraces o lencería erótica y en ocasiones juguetes sexuales, para de esa manera fotografiarlas y grabarlas en videos los cuales se viralizaba o subían a páginas porno».
Un aspecto señalado por los investigadores del caso es que, según las fuentes consultadas, «muchas de las chicas que eran cooptadas por este proxeneta eran de condición humilde y de esa manera, se sacaba provecho de su vulnerabilidad y necesidades económicas para someterlas a estas prácticas aberrantes» y al respecto, se presume que «habría varias damnificadas, que no se animaron a denunciar a este sujeto, que ya contaba con un antecedente penal por la violación de una adolescente, a la que sedujo por las redes sociales».
