Lo advirtió la ONG Defendamos Buenos Aires que destacó que los delincuentes usan esas vías para implementar estafas del tipo «cuento del tío».

Dos meses después de que se diera a conocer que el 80% de los usuarios fueron víctimas de algún tipo de ciberdelito en Argentina, trascendió que, en el último año, hubo un aproximado de 9 mil estafas en las que se usaron las redes sociales para implementar el conocido «cuento del tío».

El dato fue dado a conocer gracias a una nueva Encuesta Mensual de Inseguridad (E.M.I), desarrollada por la ONG Defendamos Buenos Aires que, con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, indicó que en el último año hubo «más de 9 mil estafas utilizando las redes sociales de Facebook e Instagram a través de la implementación de engaños del tipo cuentos del tío y estafas de dinero, a través del robo de datos de personas que están buscando trabajo o una changa, durante la pandemia e incluso falsos turnos para la aplicación de las vacunas Sputnik, Pfizer y Moderna contra el coronavirus o Covid-19».

«Una vez más las redes sociales de Facebook e Instagram son aprovechadas por cibercriminales para realizar sus engaños, en la que aprovechan transmisiones legítimas realizadas desde cuentas oficiales de personalidades famosas, para publicarlas como transmisiones en vivo desde cuentas falsas en las que se suplanta la identidad de estas figuras públicas», comenzó el director de Defendamos Buenos AiresJavier Miglino.

Y continuó: «En estos falsos vivos, como se suele decir a estas transmisiones, los estafadores publican videos e invitan a través del chat a participar de una dinámica en la que deben descifrar un acertijo visual. Una vez resuelto el acertijo, las víctimas deberán publicar en los comentarios la respuesta para ser elegibles y recibir un supuesto premio. Una vez que el usuario envía la respuesta, desde la cuenta apócrifa se comunican por mensaje privado automáticamente, indicando los pasos a seguir para reclamar el dinero prometido».

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Acto seguido, relató Miglino, la víctima «deberá compartir la publicación en su página principal, y luego deberá informar a amigos y familiares de esta oportunidad. Una vez la víctima lo comparte, recibe un mensaje con un enlace detrás de la opción registrarse. Esto lo lleva a un sitio en el cual debe registrar sus datos personales para supuestamente verificar que es una persona real, acompañando los números de una tarjeta de crédito o de débito personal y de ese modo poder reclamar el premio. Pero todo termina en un timo donde la tarjeta es vaciada y el premio se transforma en un quebranto, acompañado de un terrible dolor de cabeza», añadió.

Por otro lado, el titular de dicha ONG expresó que «en pandemia hay muchos laburantes buscando una changa, por lo que ya no se colocan avisos en la calle sino que se opta por colgar un aviso en Facebook o Instagram con el nombre y apellido completo, número de contacto y profesión o trabajo que se puede realizar».

Sin embargo, explicó, ese tipo de anuncios «son aprovechados por bandas de estafadores que copian todos los datos y cobran por adelantado o venden, desde muebles hasta autos usados y motos para nunca entregar nada y encima dejarle un grave problema a las personas trabajadoras».

Supuestas vacunas

Cabe destacar que, a fines de marzo pasado, este medio publicó que ocho de cada diez usuarios fueron blanco del ciberdelito, en los cuales, muchas veces, se pone en juego la información privada y/o financiera de cada usuario.

Esto no es un hecho aislado, sino la continuidad de una ola delictiva que comenzó a ser denunciada con mayor fuerza hace poco más de un año, cuando inició la cuarentena obligatoria en el país.

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Asimismo, Miglino se refirió a las estafas respecto a supuestas vacunas contra el coronavirus que circularon en internet y dieron mucho de qué hablar en los últimos meses.

«Mientras continúa la pandemia, siguen apareciendo bandas que ofrecen el servicio de vacunación a domicilio o bien, en vacunatorios privados, personas de entre 30 y 60 años que están ansiosos por vacunarse, por la situación laboral o familiar, y de ese modo caen en la estafa», contó.

Y explayó: «Los estafadores saben que la gente está muy ansiosa con recibir la vacuna contra el coronavirus y por eso van probando uno por uno en los teléfonos que tienen en bases de datos que previamente han robado información, haciéndose pasar por empleados de ANSES, o presentándose de parte de entidades bancarias, teléfonos celulares o empresas de internet para realizar promociones y, con el teléfono fijo tomado, llaman».

«Entonces piden hablar con el titular de la línea, le avisan de una posibilidad de vacunación inminente y le piden los datos bancarios de la víctima para, de ese modo, acreditar el pago respectivo. Obviamente todo es una estafa y cuando llegan los números bancarios del cliente a la entidad donde tiene su cuenta o caja de ahorros, una vez que el dinero es triangulado, el rastro desaparece y la entidad bancaria solo atina a explicar que se trató de un posible robo, sin ofrecer soluciones», concluyó Miglino.

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