La modalidad tuvo un episodio cuando una banda irrumpió en una vivienda de Villa Crespo. Hubo situaciones de violencia, que incluyeron golpes al dueño de casa y amenazas a todos los presentes.

Madrugada de terror para una familia en Villa Crespo. Una banda irrumpió en su vivienda, con fines de robo, a la que en medio de situaciones de violencia, que incluyeron golpes al dueño de casa y amenazas a todos los presentes, los despojaron de una suma de dinero, teléfonos celulares y otras pertenencias. No obstante, se logró dar aviso al 911 y personal policial persiguió a los ladrones, logrando detener a tres de ellos, luego de un tiroteo, mientras que los cinco restantes continúan prófugos. El caso lamentablemente no es aislado, ya que en Capital Federal y Conurbano Bonaerense se registra por día un promedio de 14 entraderas y robos en hogares con extremo salvajismo.

El dato surge de una nueva Encuesta Mensual de Inseguridad (E.M.I.), desarrollada por la ONG Defendamos Buenos Aires con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, analizando los casos desde el 16 de junio de 2020 al 16 de junio de 2021, con un total de 4.900 asaltos a casas particulares del tipo «entraderas» y robos en el Area Metropolitana de Buenos Aires.

El violento episodio mencionado ocurrió ayer, cerca de las 2.30, en un domicilio de la calle Julián Álvarez al 300 del barrio porteño de Villa Crespo, cuando ocho sujetos, vestidos de negro cubriendo sus rostros con gorras, tapabocas y capuchas, sorprendieron a toda una familia, en momentos en que dormían.

«Escuché ladrar a la perra y al despertarme, vi a ocho delincuentes vestidos de negro y con gorritas. Creo que saltaron el paredón de la casa de al lado, subieron por mi terraza y entraron. Apenas me vieron, empezamos a pelear», dijo el hombre, exhibiendo lesiones en su rostro.

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Según su testimonio, entre tres de los ladrones lograron reducirlo, junto a su familia, para luego atarlos con precintos, mientras los amenazaban de muerte con armas de fuego, exigiendo que entregaran «toda la plata». «Quédate tranquilo, porque te pongo un tiro en la cabeza», recordó que le dijo uno de ellos.

Entonces, sin ofrecer más resistencia, el dueño de casa les dio 10.000 pesos que tenía para hacerle un arreglo a la camioneta con la que trabaja de fletero y dos teléfonos celulares. Al mismo tiempo, que le rogaba que nos les hicieran nada, sobre todo a su esposa y a su suegra, una anciana de 83 años.

Tras el robo, una sobrina de la familia fue alertada de lo sucedido y llamó al 911. Entonces, efectivos policiales se desplazaron al lugar y en esas circunstancias, observaron a cuatro de los asaltantes darse a la fuga a bordo de un Peugeot 208 y otros dos escapaban a pie, uno de ellos con un arma de fuego y de los otros dos se desconoce el paradero. De todas maneras, se duda que fueran ocho como sostiene el damnificado y se cree que, en realidad, los integrantes de la banda eran seis.

Entonces, se originó un enfrentamiento armado, que dio lugar a una persecución que concluyó con dos detenidos cuando circulaban por la avenida San Martín al 2700, en la zona de La Paternal. En tanto, otro de los sujetos pudo ser apresado, unas cuadras más allá, en el cruce de Donato Alvarez y avenida San Martín, al que le incautaron una pistola calibre 22 y lo sustraído a la familia.

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Al ser identificados, se estableció que sobre uno de ellos pesaba un pedido de captura desde 2018 en una causa por robo calificado y de los prófugos se supo que también contarían con antecedentes penales.

En la causa, tomó intervención la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 62, Patricia Susana Guichandut, quien dispuso el secuestro del Peugeot 208 y que los tres capturados queden detenidos, al mismo tiempo que ordenó varios procedimientos en la búsqueda de los prófugos.

Las diversas modalidades para atacar en casas

«Muchos de los ladrones roban a bordo de motos y con el merchandising de las empresas de delivery. Simulan que harán una entrega y cuando el vecino les abre la puerta, aparecen sus cómplices y roban todo posible para luego fugarse de inmediato y camuflarse con otros repartidores», dijo Javier Miglino, acerca de una de las modalidades.

Hay más. «La gente va a trabajar o regresa en colectivo. Al momento de bajar del omnibús o cuando espera el colectivo en la parada, es seguida de cerca por dos o cuatro delincuentes a pie y en motos. Una vez que llegan a su casa, los fuerzan a ingresar y les roban. Algo habitual por ejemplo en las paradas del Metrobús», aseguró Miglino.

«Hay bandas que ingresan a las casas luego de forzar cerraduras y puertas con un fierro tipo barreta, están haciendo estragos, en Capital Federal y en Provincia de Buenos Aires. Comenzaron siendo bandas de colombianos; los cerrachorros que robaron más de 5.000 departamentos entre 2010 y 2016. Pero con el aluvión de cientos de miles de venezolanos, entre 2016 y 2019; los papeles cambiaron y los colombianos entrenaron a los venezolanos para que hagan el ætrabajo de calle, es decir, ingresen a robar a las casas y departamentos, cargando con todos los riesgos y los colombianos proveen la financiación para los robos y los móviles, tanto motos como autos, que en general se utilizan como remises o incluso vehículos de la aplicación Uber», concluyó el abogado.

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