De defender la presencialidad a toda costa y plantear que la educación es prioridad absoluta a suspender por completo las clases, incluso en su forma virtual. Tras el anuncio presidencial de los nueve días de confinamiento estricto, el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, informó que “miércoles, jueves y viernes de la semana que viene, los chicos no van a tener clases”. Lo justificó con una modificación del calendario escolar, para que luego esos tres días sean presenciales en diciembre. La comunidad educativa no tardó en rechazar la medida, señalada como “una especie de castigo a las familias” o un planteo de “presencialidad o muerte”.

Así, mientras el resto del país sostendrá la virtualidad en la próxima semana, ajustándose al nuevo DNU –con la excepción de provincias como Córdoba, que también optó por la suspensión total-, en CABA las y los estudiantes no tendrán clases bajo ninguna modalidad en la semana que está por comenzar.

“Es una barbaridad. Todo lo que no hay que hacer, lo hacen. Es como una especie de castigo a las familias. Como para decir ‘es esto (la presencialidad) o nada’. Cómo puede ser ese nivel de chantaje”, se indignó Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), en diálogo con Tiempo.

Tras los anuncios, ayer a última hora los gremios fueron convocados a una reunión –virtual- con representantes del Ministerio de Educación, que comanda Soledad Acuña. El encuentro comenzó tarde por problemas de conexión y se espera que se extienda hasta el mediodía. Desde UTE llevaron la propuesta de sostener la virtualidad también durante esta semana de confinamiento, así como el reclamo de que se garantice la entrega de dispositivos tecnológicos y se extienda la bimodalidad dispuesta para el secundario a todos los niveles del sistema educativo.

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“Que ‘abran las aulas virtuales’ es la consigna ahora”, planteó Graciano, y recordó que hay una orden judicial para que la educación virtual se garantice en este contexto. “No tiene racionalidad la medida salvo la mirada hacia lo electoral y las encuestas. Hacen caso omiso de todos los números salvo los de las encuestas”, criticó. Para dar cuenta de la gravedad de la situación en las escuelas, hizo referencia a la docente del Bernasconi que fue sacada en silla de ruedas del aula tras ser instada a volver a clases mientras se recuperaba del covid, y contó sobre otra vicedirectora contagiada en las últimas horas que, por no conseguir cama en la Ciudad, terminó internada en Olivos pese a vivir en La Boca. El nivel de contagios y casos sospechosos es tal, que un relevamiento realizado por UTE en 80 escuelas indicó que casi el 45% de las burbujas estuvieron aisladas la última semana.

En cuanto a las falencias en los recursos tecnológicos y de conectividad por la falta de inversión del Gobierno de la Ciudad en las escuelas, Graciano señaló que en octubre del año pasado se deberían haber encargado las computadoras: “No se sabía que vendría con esta virulencia, pero ya se sabía que habría una segunda ola”, enfatizó. Desde el Ejecutivo local, sin embargo, recortaron presupuesto en torno a la posibilidad de una mejor virtualidad. Por caso, a través del achicamiento del Plan Sarmiento.

Ante la posibilidad de que las y los docentes decidan sostener la virtualidad pese a la suspensión impuesta, Graciano remarcó que “todos los docentes que puedan sostenerlo, sería lo ideal, sería la medida correcta”. En declaraciones a El Destape Radio, Eduardo López, también referente de UTE, afirmó que «miércoles, jueves y viernes los maestros van a dar clases virtuales y van a sostener el vínculo más allá de lo que dice Larreta». En tanto, siguen este viernes los semaforazos y medidas de rechazo a la presencialidad que se mantenía en primaria e inicial hasta hoy.

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“Lo del Gobierno de la Ciudad, nuevamente es una barbaridad. Quitar las actividades cuando se podría haber planificado la actividad pedagógica virtual en vez de tener a los pibes y pibas tres días sin clases, es otra decisión política que parece un capricho de reafirmar la presencialidad a toda costa. Hay presencialidad o no hay nada. No escucha, no toma lo que está sucediendo”, planteó a este medio Jorge Adaro, referente de Ademys. Añadió que “el problema es que la presencialidad que el Gobierno defiende implica una presencialidad para muy pocos, porque el número de familias que dejó de mandar a chicos y chicas a las escuelas sigue en aumento por la situación epidemiológica. Siguen teniendo una mirada condicionada por lo electoral y siguen demostrando que si hay algo que no les interesa es el sistema educativo público y la construcción de conocimiento de los chicos”. Desde Ademys el planteo que llevaron a la reunión de este viernes con el Ministerio es “cómo continuar después de estos nueve días. El planteo nuestro es que a partir del 31 las clases deben continuar de manera virtual”. Llevaron, además, la inquietud por las familias que no recibirán alimentos desde las escuelas mientras estén cerradas. “Es un hecho la suspensión estos días. Nosotros no vamos a plantear trabajar en virtualidad cuando además el Gobierno dijo que se recuperan. Lo que sí hacemos hincapié es que después de estos tres días hay que trabajar en virtualidad”, dijo Adaro.

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