Cree que las contradicciones del sector que se opone a las restricciones reflejan una falta de lectura de lo que percibe la gente. “Los números se reflejan en la cotidianeidad”.

De firmar un documento en contra de las nuevas medidas de convivencia sanitaria, a implementar restricciones de nocturnidad y reuniones sociales. De convocar a aglomeraciones y denunciar penalmente al gobierno por el acuerdo con Rusia, a empezar a explorar la posibilidad de comprar vacunas en el exterior. El gobierno mira de frente a la oposición e ilumina sus contradicciones en medio de un aceleramiento de la aplicación de la primera dosis, y a la espera de que no se corte el suministro de vacunas prometidas en acuerdos que se iniciaron a mediados del año pasado por parte del gobierno nacional y la provincia de Buenos Aires.

El aislamiento en Olivos por el cuadro de Covid fue el marco perfecto para los anuncios de las nuevas restricciones. Alberto Fernández habló solo desde un atril rodeado de verde. Esa misma tarde los ministros de su Gabinete salieron a recorrer los estudios más hostiles de televisión para explicar los motivos de la decisión presidencial. El jefe de Gabinete Santiago Cafiero, la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra, Mario Meoni de Transporte, Carla Vizzotti de Salud, Agustín Rossi de Defensa y Gabriel Katopodis de Obra Pública pasaron por los canales de televisión abierta y de cable para contextualizar las medidas con los registros diarios alarmantes en cantidad de contagios y muertes.

El declaracionismo de los funcionarios porteños luego del encuentro en la Casa Rosada contrastaba con las decisiones que ya habían empezado a tomar los gobernadores de Juntos por el Cambio de Mendoza, Jujuy y Corrientes o los intendentes de La Plata y Olavarría. Rodríguez Larreta aceptó las medidas nacionales bajo protesta en la conferencia de prensa. Pero sus funcionarios del área sanitaria también veían con preocupación los números de contagios y de ocupación del sistema sanitario porteño que ya se encuentra estresado en su sector privado.

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En el gobierno evalúan que las medidas cayeron bien en la población, en gran parte porque el número de casos no solo se refleja en las estadísticas sino en la cotidianeidad. “La gente tiene miedo. Larreta eso no lo supo leer, y nosotros sí”, dijo una fuente con despacho en Casa Rosada.

Argentina, a diferencia de otros países de la región y de Europa, tiene una tradición fuerte a favor de la vacunación. La apuesta a la velocidad en las aplicaciones tiene un objetivo ulterior que es la inoculación de la población de adultos mayores, que son quienes ocupan las camas –de terapia intensiva pero comunes también– del sistema sanitario.

En este contexto, las jurisdicciones tienen la habilitación para endurecer medidas, pero no para aflojarlas. Y estas nuevas regulaciones que recién comenzaron este viernes no solo se van a implementar por tres semanas, sino que se evalúa la posibilidad de que continúen por un tiempo más, hasta que los indicadores sanitarios muestren que no solo dejaron de crecer, sino que empezaron a bajar.

En medio del despliegue del programa vacunatorio, apareció Patricia Bullrich en modo campaña desde su Twitter con un pedido extemporáneo. Quería que la dejaran comprar vacunas en el exterior. Algo parecido dijo el presidente de la UCR Alfredo Cornejo. Tuvo que salir Santiago Cafiero a explicar que hay una ley sancionada por el Congreso y promulgada en noviembre pasado que habilita la compra de vacunas por parte del gobierno nacional, las provincias y la Ciudad. Es la Ley 27.573, que declara de interés público la investigación, desarrollo, fabricación y adquisición de las vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el coronavirus, en el marco de la emergencia sanitaria por esa enfermedad. En su artículo 6, además de eximir “el pago de derechos de importación y de todo otro impuesto, gravamen, contribución, tasa o arancel aduanero o portuario, de cualquier naturaleza u origen” en la compra de dosis, se establece que un “idéntico tratamiento recibirán las vacunas que eventualmente puedan adquirir las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

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El viernes por la noche los canales de televisión mostraban la noticia de que la Ciudad saldrá a comprar vacunas. La letra chica decía otra cosa. “Vamos a salir a hacer todos los esfuerzos posibles para conseguir vacunas. Porque son un eje central en la estrategia contra la pandemia”, relativizó el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, en diálogo con radio La Red.

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