“¡Queremos que protejan nuestros niños!”, grita un grupo de mujeres a puertas del juzgado, en Lavalle 1212 donde se realiza una importantísima audiencia para tratar el caso de la restitución de Alma, una nena de tres años cuyo padre francés reclama una tenencia exclusiva con domicilio en su hogar, en Francia.

La justicia argentina y la justicia francesa fallaron a favor del hombre que logró aplazar para agosto un juicio iniciado por Sofía Trozsynki, la mamá de Alma, por violencia de género. Las denuncias fueron realizadas en ambos países: Francia y Argentina. 

“Me sorprendió este fallo”, dice Atilio Álvarez, asesor de la Defensoría de Menores que llevó adelante la audiencia el viernes pasado. “Es un fallo que castiga la relación de la nena con la madre. Es una novedad”.

La Justicia de Francia dictaminó que el 22 de marzo, la nena debía viajar rumbo a París en un vuelo de Air France para que la tenencia de la nena pase a manos de su papá.

Tanto la justicia argentina como la francesa priorizan el acuerdo (sudeció ya en el caso Wilner vs. Osswald) el acuerdo sobre restitución de menores de La Haya en 1980, que firmaron ambos países.

“Una cosa es la licitud o la ilicitud del traslado y la retención que a veces es obvio y a veces no. y por otro lado, el tema del retorno seguro, es decir el cuidado que hay que tener en cada caso para que las consecuencias de los mayores no termine afectando a las criaturas”, manifiesta Álvarez.“En este caso en particular, se juegan dos visiones, una es la visión de la legalidad o ilegalidad en el traslado y por otro lado la visión de qué legal o ilegal, el interés superior de la beba requiere recaudos de retorno seguro, que a veces es esperar un tiempo. En casos conflictivos, a veces se logra la reconciliación a través de la aplicación no drástica de la medida.”

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Álvarez afirma que el fallo le resultó totalmente extraño ya que se asienta en un ataque desmedido al vínculo de madre e hija pero aclara, “soy defensor de la nena, no de los padres, y en este caso vamos a hacer lo posible para que la nena sufra”, y agrega, “nadie quiere borrar al padre de la vida de la nena. El primero en defender las comunicaciones soy yo. Lo que no quiero es que sufra una criatura. El interés superior del tratado no debería estar sobre el interés superior de los niños”, finalizó. “Hay que ser implacables con los poderosos pero no con los niños”.

La historia

Su mamá, Sofía Troszynski desde diciembre de 2020 tiene prohibido hablar de su hija ante los medios de comunicación y redes sociales. Hasta entonces, su caso se difundió a través de videos junto a la Red Viva, quienes la ayudaron y acompañaron durante estos últimos años.

Sofía Troszynski viajó en 2016 a Francia para realizar un Máster en energías renovables. Allí, por una amiga, conoció al papá de su hija quien luego de unos meses de muy buena relación, comenzó a vivir situaciones de presión cuando el hombre le pedía que no salga con sus amigas o que no vaya a clases de danza.

El embarazo de Alma fue una felicidad para la mujer e implicó también la esperanza de formar una familia. Pero el hostigamiento por parte de su pareja nunca se detuvo. Luego de un parto delicado, Sofía quedó completamente anémica y estuvo sin trabajar durante siete meses en los que también era maltratada por su pareja.

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“Varias veces me amenazó de muerte. Y yo no podía más. Era llorar todos los días, todos los días tener miedo por mi hija, cualquier cosa que yo podía hacer repercutía sobre ella. Si yo no hacía todo lo que él decía, desaparecía con mi hija. Volvía a las tres de la mañana con la nena dormida y yo no sabía qué había pasado en el medio”, contó Sofía en el portal Infobae, en diciembre pasado. Apenas su pareja se enteró de la denuncia, cambió la cerradura de la casa y quedó afuera con su hija.

Luego de eso se reconciliaron y vinieron a la Argentina. Lejos de lo que Sofía esperaba, el hombre intensificó su violencia hacia ella. El 15 de febrero de 2019 la Oficina de Violencia Doméstica dictó una perimetral porque se consideraba de máximo riesgo para Alma y de mediano riesgo para su mamá. La perimetral nunca se cumplió, y durante varios días, el hombre daba vueltas o la esperaba en los alrededores de la casa. Así ingresó dos veces al departamento y Sofía debió accionar el botón antipánico. A las pocas semanas el padre del hombre llegó desde Francia a buscarlo para llevárselo. Y allá, denunciaron penalmente a Sofía por secuestro. Acá en la Argentina, le dieron el poder a una abogada y ella inició un juicio de restitución internacional que comenzó en mayo de 2019.

Las necesidades de Alma

Según su mamá, había una diferencia entre Alma y los niños de su edad, por lo que realizaron varias consultas hasta que la diagnosticaron con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), y está realizando un tratamiento en el Hospital Garraham. De acuerdo a lo que el cuerpo médico forense la evaluó, y determinó que un traslado en la situación en la que se encuentra atentaría contra su salud.

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A la espera de la decisión 

La audiencia que se realizó este viernes, logró detener la inminente partida de Alma a Francia, prevista allí para este lunes 22.

En la resolución final, el fallo plantea un regimen de visitas de la mamá que en primera instancia puede verla determinado número de horas y de dias y luego se va reduciendo hasta que en una tercera instancia, Sofía sólo tiene posiblidad de encuentro con su hija un sólo día a la semana durante ocho horas, en jornadas escolarizadas sería prácticamente imposible verla. Para la Defensoría eso es una de las anomalías de la sentencia, pues un fallo decreciente en el contacto entre la madre y su hija, es una sentencia inhumana para una nena tan pequeña. De la audiencia participó la cancillería y el consulado francés. Ahora queda esperar la decisión de la jueza.

Una historia que se repite 

Red Viva es una organización presidida por Sara Barni para acompañar los derroteros de la justicia. La red que hoy acompaña a Sofía es también quien ayuda Michelle Youayou, quien llegó a la Argentina luego de haber denunciado a su marido por abuso sexual a sus hijos, y terminó condenada por secuestro.

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