El jueves, el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de San Martín comenzará a juzgar al ex párroco Carlos Eduardo José por el delito de «abuso sexual gravemente ultrajante triplemente agravado» por hechos cometidos entre 1999 y 2008, cuando la víctima tenía menos de diez años. 

Carlos Eduardo José era para los que lo conocían apenas “Carlitos”. Como párroco del Colegio San José Obrero, en Caseros, se había ganado la confianza de alumnos y padres, y comandaba desde grupos de oraciones hasta tareas de remodelación de la plaza del barrio. Su único interés, demostraba, era estar rodeado de chicos. En 2017, dos ex alumnas denunciaron en la justicia que José solía abusar sexualmente de ellas cuando no tenían más de diez años, lo que animó a otras mujeres a contar las mismas costumbres aberrantes que el cura había mantenido con ellas cuando eran menores y concurrían al instituto. Pese a que la defensa del acusado alegó la prescripción de los hechos, una de las denunciantes logró llegar a juicio. “Queremos una condena severa y efectiva”, exigen las víctimas.

El jueves, el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de San Martín comenzará a juzgar a José por el delito de «abuso sexual gravemente ultrajante triplemente agravado» por su condición de sacerdote contra Mailín Gobbo, hoy de 33 años, por hechos que sucedieron entre 1999 y 2008, por lo que podría recibir una pena de entre ocho y 20 años. En simultáneo, otras tres mujeres denunciantes aguardan el veredicto de la Suprema Corte provincial para que avancen sus causas contra el ex cura.

En abril de 2017, Mailín y Yazmín Detez se conocieron y descubrieron, pese a una diferencia de edad de cinco años (Yazmín tiene 28), un par de coincidencias. La primera fue que vivían a menos de 50 metros una de la otra. La segunda, espantosa, es que ambas habían sido abusadas por José cuando eran alumnas y tenían menos de diez años cada una.

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Ese encuentro, fortuito pero fundamental, las llenó de coraje para ir hasta los Tribunales de San Martín y radicar la denuncia contra el cura. A partir de la difusión de estos casos, Cecilia Burgos y Karen Maydana, otras ex alumnas del San José Obrero, también contaron sus experiencias de abuso en la justicia.

“En total son 13 hechos que involucran a las cuatro denunciantes. Hubo abusos en el colegio, pero también en la parroquia y en el campo de deportes. En el caso de Mailín, también ocurrieron hechos en su casa porque José se había hecho muy amigo de la familia. Comía todos los días con ellos y hasta se iban juntos de vacaciones”, destaca Héctor Silveira, quien junto a Alejandro Stipancic, representa a Mailín en el juicio.

Silveira recuerda que haber sido la primera denunciante contra el sacerdote tuvo sus consecuencias. “Perdió su trabajo, su matrimonio y tuvo que dejar la carrera de contadora”, revela, pero enseguida aclara que ella “tiene una capacidad de resiliencia única” que le permitió, entre otras cosas, armar una ONG que ayuda a víctimas de abuso sexual.

“Llegamos a un juicio oral –agrega Stipancic– que es una instancia a la que no llega nadie. Es muy difícil por el tipo de delito, por lo desgastante que es para la víctima, por las características del imputado y hasta por las creencias religiosas que están muy arraigadas”.

José está detenido desde julio de 2017 por orden del juez Mariano Porto y a pedido de la fiscal de Delitos Sexuales Mariana Piwarczuk, luego de permanecer prófugo una semana. Por ese antecedente, la justicia le negó sucesivos pedidos de morigeración de la pena, incluso, en el actual contexto de pandemia. Se sabe que, en los últimos días, el abusador estuvo convocando a sus seguidores para que lo acompañen durante el juicio.

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En tanto, en redes sociales comenzó una campaña para dar visibilidad al caso y exigir “una condena severa y efectiva para que el ex cura abusador Carlos Eduardo José siga en la cárcel”.

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