La psicología del color en supermercados es solo una de las tantas estrategias que usan para manipularte y que compres de más.
Psicología del color en supermercados: Mientras recorremos los pasillos de un centro comercial en busca de alimentos, no somos libres del todo.
Los especialistas en neuromercadotecnia y psicología que organizan el acomodo de los productos en el súper piensan que no somos del todo libres a la hora de seleccionar nuestros productos.
Estos son 20 de los trucos comerciales que utilizan para manipularnos sin que lo notemos y así conseguir que acabemos comprando más de la cuenta.
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Psicología del color en supermercados al lanzar ofertas:
Fíjate en los carteles de ofertas de los escaparates en establecimientos y estacionamientos: suelen ser de un rojo fuerte, un color llamativo que predispone a la impulsividad.
Ya adentro, ese mismo diseño no tiene por qué indicar que el producto al que acompaña esté rebajado, pero el inconsciente ya será más proclive a comprar lo asociado al rojo, con o sin oferta.
Ofrecen carritos enormes:
Algunos parecen cargueros, y aunque existen locales que también tienen de tamaño mediano, es común que no haya alternativa entre una cesta demasiado pequeña y un carrito colosal.
Por eso, a menudo acabamos tomando uno de estos últimos… y verlo tan vacío nos induce a llenarlo.
Las frutas y verduras se colocan al principio del recorrido
La impresión inicial resulta decisiva en cualquier negocio. A la empresa le interesa que lo primero que veas al adentrarte en su espacio sea una atractiva colección de productos frescos, coloridos, de buen olor y saludables.
Las investigaciones han comprobado que si empiezas adquiriendo este tipo de comestibles, tu conciencia se adormece y luego eres más proclive a comprar precocinados, dulces, alcohol…
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Te enredan con su variedad de precios
Ya sabes: busca, compara y si encuentras algo mejor, bla, bla, bla.
Al súper solemos ir con algo de prisa, y no resulta tan sencillo confrontar los precios, algo a lo que no contribuyen los etiquetados: paquetes de 1 kilo, de 750 gramos, de 330 mililitros…
¿Y qué decir de esos lotes de seis cervezas en los que dice “el litro sale a x pesos”? Un acertijo absoluto.
Frutas y verduras son parte de la psicología del color en supermercados
Y tienen unos cuantos truquillos para conseguirlo: desde colocar las más deseables en la superficie hasta rociarlas con agua fresca e iluminarlas con luz especial.
Lo importante es que parezca que acaban de descargarlas y que se cree la ilusión de estar en lo que ahora se llama “comercio de proximidad”.
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Te obligan a recorrer toda la tienda
Pan, huevos, productos de limpieza… Los artículos básicos se colocan por todo el establecimiento para que debas caminar el mayor trecho posible entre unos y otros.
Y para que no te aprendas la ruta, los cambian de sitio regularmente. Así, quieras o no, te irás topando con tentaciones: vas por una barra de pan y acabas con el carrito lleno.
Te abren el apetito
Ve a comprar con la panza llena o serás una víctima fácil. ¿Por qué crees que en los supermercados de las grandes superficies las panaderías suelen ocupar lugares estratégicos?
Para que los irresistibles aromas de su horno y la visión de sus delicias te pongan a salivar y activen el mecanismo de la compra compulsiva.
Artículos de consumo básico hasta el fondo
El líquido que nos proporcionan las vacas, leche, se pone en el rincón más alejado de las cajas para que tengas que pasar ante muchos productos antes de llegar a este artículo básico.
Ojo: lo mismo suele hacerse con los lácteos y la carne.
¿Cómo te hacen comprar los productos más caros?
Algunos supermercados ponen en el suelo baldosas pequeñas, sobre todo en los pasillos donde están los productos más caros. ¿Para qué?
Para que el constante ruido que generan las ruedas del carro de la compra al rodar sobre las junturas te haga sentir que caminas muy rápido, cuando no es así.
Consecuencia: frenarás y, por tanto, pasarás más tiempo en esa zona tan rentable. Maquiavélico, sin duda.
Otras estrategias del color en supermercados
Crean ofertas confusas
Si llevas prisa resulta más fácil que te fijes en supuestas promociones al final de los pasillos. No te engañes: si merecen la pena no las ponen allí.
Es típico que generen cierto caos en la zona de ofertas: le dará al proceso de comprar un aire de juego que lo hace más atractivo.
Juegan con la altura
Los productos caros siempre están a 1.60 metros de altura (más o menos), para que ni altos ni bajos tengan que inclinar o alzar mucho la cabeza para verlos.
Golosinas, dulces y otras cosas que gustan a los niños se ponen a la altura de sus ojos. Lo barato se coloca en los estantes más bajos, adonde menos volteamos.
Psicología del color en supermercados para los productos más caros
En materia de compras, el contenedor pesa tanto como el contenido. Un ejemplo: los vinos y destilados de calidad y más caros se asocian con elementos que les confieren estatus: estantes de madera, determinado tipo de iluminación, colores sobrios alejados de los chillones tonos de las ofertas.
Eso los diferenciará de otros productos más que cualquier otra cosa y te alentará a pensar que gastar más en ellos marca una diferencia.
Te obligan a zigzaguear
Un comprador algo desorientado es más vulnerable. Uno de los objetivos de la disposición de los estantes y los productos es que te muevas de derecha a izquierda, porque se ha constatado nuestra propensión a comprar los productos del lado derecho… ¿Dónde crees que se ponen las cosas que más dinero cuestan?
Hacen del supermercado un laberinto
Aún no existe el supermercado que pueda recorrerse en línea recta de principio a fin. Es como un mapa del tesoro: llegar adonde quieres te obliga a ver toda la oferta disponible por el camino.
Los especialistas crean auténticos laberintos basados en el busca y encuentra: te llevan por donde quieren y no te das cuenta.
Emparejan los comestibles
Paté + pan en el cual untarlo; pasta + queso rallado; salchichas + mostaza, cátsup y otras salsas… Hay alimentos que van ligados a otros, por costumbre o porque maridan muy bien.
Eso lo saben los comerciantes y por eso los emparejan. En principio es algo positivo para la comodidad del consumidor, pero hay truco: lo aprovechan para colarnos productos más caros que no compraríamos si los viéramos por separado.
Es una fórmula clásica, por ejemplo, para vender quesos, aderezos y encurtidos de precio medio-alto.
Psicología del color en supermercados para vender carne y pescado
Venden la carne y el pescado en entornos con fondo blanco. La razón es muy simple: una pared en ese tono hace que percibamos estos productos como más frescos, algo esencial con este género.
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¿Por qué rodean las cajas de pago con artículos?
Hay cosas que vamos a necesitar tarde o temprano: calcetines, desodorante, pilas… tal es la razón de que a menudo las encontremos donde pagaremos.
También es buen punto para adquisiciones caprichosas: chocolatitos, chicles, golosinas…
Explotan el hilo musical
Las melodías nos hacen pasar más tiempo comprando, siempre que no sean estridentes. La música clásica funciona bien.
Un estudio de la Universidad de Leicester publicado en Nature demostró que si suenan temas franceses se compran más vinos galos.
Provocan el ansia de azúcar
Poca gente se resiste al chocolate y similares. Es una de las razones por las que encontramos este tipo de productos en las cajas, además de en sus propios estantes.
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Psicología del color en supermercados
Pintan las paredes con colores cálidos y no ponen ventanas. Un entorno basado en tonos cálidos, como el naranja, alienta la contemplación y que nos detengamos, elevando la posibilidad de compra.
Y para que no nos entre la prisa, carecen de ventanas… ¡y de relojes!
