Familias y docentes denuncian aglomeraciones e incumplimiento de protocolos. Varios chicos dejan de ir por la situación, que marca una antesala al inicio de clases porteño en un mes. La ministra Acuña, infectada con covid, estuvo en algunas de ellas días atrás.

En las últimas semanas, la Ciudad de Buenos Aires vive un crecimiento de casos similar al pico de contagios de hace cuatro meses. Pese a esto, no se restringió ninguna actividad. Todo lo contrario. Desde el lunes 4 de enero abrieron las Escuelas de Verano, una especie de colonia de receso escolar que se hace todos los años, pero esta temporada con una modalidad distinta que incluye acciones escolar. Sin embargo, padres, madres y docentes, denuncian que no se respetan los protocolos en estas jornadas. Micros llenos, aglomeraciones, falta de distanciamiento social, postales cotidianas de las escuelas de verano porteñas.

A este panorama se agrega una información conocida anoche: la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, tiene coronavirus. la novedad acrecentó el temor entre la comunidad educativa ya que la funcionaria estuvo presente en varias escuelas, en la apertura de las jornadas y en los días siguientes, por ejemplo en una de Boedo. La ministra estuvo siempre acompañada por Fabián Capponi, Director General de Educación de Gestión Estatal, que participó en varias actividades junto a estudiantes hasta mediados de la semana pasada. Y también la secundó Manuel Vidal, subsecretario de Carrera Docente porteño, que el viernes se reunió con todos los gremios docentes para definir el inicio del ciclo lectivo en 30 días.

El contagio de Acuña no es algo aislado. Previo a las Fiestas, la Ciudad inició una veloz crecida de casos. El promedio diario, al 1° de septiembre, era de 1300 contagios, y luego comenzaron a bajar. En diciembre la curva volvió a elevarse y el martes pasado llegó a 1558 casos, con oscilaciones entre 900 y 1360 positivos. En ese contexto, las Escuelas de Verano arrancaron, y continúan, como preludio de lo que será el inicio de las clases formales en un mes.

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El objetivo veraniego de la cartera educativa que lidera Soledad Acuña es matizar con cursada en algunas escuelas y reforzar contenidos pedagógicos para estudiantes que quedaron rezagados del ciclo lectivo 2020. La Escuela de Verano la disfrutan, en su mayoría, chicas y chicos de los sectores más postergados de CABA, y que estudian en la escuela pública de gestión estatal.

Pero en el día a día, los estudiantes son transportados en micros llenos; hay aglomeraciones y falta de distanciamiento en las actividades que se realizan en tres predios de la Ciudad: el Parque Indoamericano, en Villa Soldati; el Parque de la Ciudad, en Lugano, y el Club Comunicaciones, en el barrio de Agronomía.

Adriana, profesora de Educación Física, hace cinco años es contratada para estas jornadas como auxiliar. “Mi tarea es acompañar la coordinación de los grupos del Indoamericano. A quienes tienen a cargo los grupos les pidieron que sean flexibles, y nosotros le pedimos al Ministerio que aumente los micros porque viajan todos amontonados, en vez de 5 que pongan 10 vehículos para los diferentes distritos”. La Escuela de Verano se extenderá hasta el 29 de enero. Se divide en dos turnos: de 9 a 12:30, y de 13 a 16:30, para “evitar la aglomeración”. Sin embargo, el problema no se centra en las burbujas, sino en el traslado de las y los estudiantes. Según datos oficiales, este año había vacantes para 17 mil estudiantes en la Escuela de Verano, de los cuales el 60% son alumnos que no tuvieron computadoras ni conectividad, cuya participación, en un principio, era obligatoria. Ante la poca asistencia a las burbujas escolares, implementadas de octubre a diciembre, el gobierno porteño remarcó más tarde que “no hay sanciones en caso de inasistencia”.

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“Después de 14 años es la primera vez que decidí no mandar a mis hijos, y no me arrepiento”, afirma Viviana Ramírez, que tiene tres chicos: uno en séptimo grado, otro en quinto y el más pequeño en segundo. Al igual que miles de padres y madres vive muy preocupada por la pandemia y, más aún, luego de conocer las imágenes que comparten en diferentes grupos los coordinadores de la Escuela de Verano. “Con estos días de tanto calor es difícil que una criatura tenga el barbijo todo el tiempo. Le temo a las clases presenciales, pero también entiendo aquellas familias que por falta de conectividad necesitan la presencialidad”, agrega.

De la cantidad de vacantes disponibles, se habían matriculado 14 mil estudiantes que representan apenas el 4% del total de 350 mil alumnos que contiene la educación pública y gratuita porteña. Hasta hoy,  el Ministerio no precisó si hubo bajas considerables en el transcurso de las dos primeras semanas.

Varias familias inscribieron a sus hijos y a último momento decidieron no enviarlos, y otras probaron los primeros días y luego desistieron: “Mi hija va a la Escuela N° 14 del Distrito Escolar Juan Martín de Pueyrredón, fue tres días nada más a la colonia hasta que vi las fotos que subían los profes y con mi marido decidimos que no vaya más”, enfatiza Sandra. Y se pregunta: “¿Así van a cuidar a nuestros hijos cuando vuelva la presencialidad?». La idea del gobierno era que los estudiantes concurran tres días a las escuelas y los dos restantes a las piletas, pero la mayoría terminó yendo sólo a los espacios abiertos.

“Creen que porque están al aire libre ya con eso está superada la posibilidad del contagio”, denuncia Mónica Guidi, directora del Jardín de Infantes N° 13 DE 21 de Villa Lugano, quien además advirtió que “en la segunda semana de la Escuela de Verano la cantidad de estudiantes disminuyó. Hay mucho temor en los padres. Lo mismo pasó con las burbujas de 2020, fracasaron. En mi escuela, de cien chicos apenas asistió una nena y solamente un día, se repitieron cuatro veces las burbujas y no vino nadie más. La tuvimos que cerrar”.

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Los casos suben pero se mantiene la presencialidad

En las últimas semanas se escuchó como muletilla que “la presencialidad será el ordenador de las clases en 2021”, frase que le corresponde al ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta.

Pero también, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, fue contundente: “Si queremos que en marzo inicien las clases, tenemos que extremar los cuidados hoy”. Sólo tres jurisdicciones planearon adelantar el comienzo del ciclo lectivo para febrero: la Ciudad de Bs As, el 17; la provincia de Jujuy y la de Santa Fe, en este caso para los alumnos de los últimos años de primaria y secundaria.

Sin embargo, si se rigieran por el semáforo epidemiológico, sólo estaría en condiciones de comenzar las clases presenciales la provincia de Jujuy. La única que registra en las últimas semanas una baja en la cantidad de contagios.

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