La periodista reunió relatos de amor y de desamor que nacieron en sus redes.

La periodista reunió relatos de amor y de desamor que nacieron en sus redes.

La periodista Valeria Sampedro se adentra en la ficción con «Casi nunca es para siempre», una serie de relatos breves cuyo hilo conductor es el amor, o el desamor, y que se inscribe como obra inaugural de Zona breve, una nueva colección que transitará la literatura poética y los textos de corta extensión.

Las «microhistorias» de Sampedro vieron la luz en su cuenta de Instagram pero fueron adquiriendo vida propia y luego se convirtieron en un podcast y ahora, en un libro que reúne las mil y una maneras de amar y dejar de hacerlo, con relatos que abordan la separación, la infidelidad, el amor en el otoño de la vida, el reencuentro y la pasión desbordada.

Sampedro trabaja como periodista desde hace veinte años, es cronista de exteriores y conductora de televisión (TN, Canal 13). Tiene un programa sobre género, derechos humanos y disidencias en la radio pública (Radio Nacional). Es feminista y fue parte del colectivo de comunicadoras y activistas que en 2015 impulsó el Ni una menos.

Sampedro debuta en la ficción con este libro.

Sampedro debuta en la ficción con este libro.

«Casi nunca es para siempre» es el título que da comienzo a Zona breve, una nueva colección de Penguin Random House, que transitará la literatura poética y los textos de corta extensión. En charla con Télam, Sampedro confiesa que se trata de su primer ensayo (intento) literario.

– Telam: ¿De dónde surgen las historias que empezaste a compartir en Instagram y dieron origen al libro?

– Valeria Sampedro: La primera de todas las historias la tuve frente a mis ojos. Al menos el disparador fue una historia real que decidí escribir a modo de justicia poética. Fue en una guardia periodística, un amigo me cuenta que iba a dejar a su novia esa misma tarde. Me quedé pensando en las distintas formas en que podía darse ese encuentro y me mandé a escribir una versión posible donde al menos él llegara con un ramo de margaritas naranjas como gesto amoroso para esa mujer que había amado alguna vez.

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-T: La publicaste en tu cuenta de Instagram…

-V.S.: La publiqué porque me gustó el texto y algo pasó ahí, supongo que encontré en ese registro un canal de expresión que me resultó cómodo y revelador. Y de pronto empecé a ver historias en todos lados. Instagram era la red social que tenía a mano y me gustaba la idea de acompañar los textos con fotos que ayudaban a componer la escena que yo había imaginado.

-T:¿Esperabas esta repercusión? ¿Que los relatos se transformasen en podcast y ahora en un libro?

-V.S.: No esperaba nada específico. En principio «likes», supongo, y que alguien me leyera. Es que las microhistorias no nacieron como un proyecto literario, no de antemano, sino que fueron tomando forma. De pronto había escrito una ruptura, un enamoramiento, una traición, un metejón virtual, un divorcio, una cita y me di cuenta que había allí un recorrido. Una especie de abanico, o rompecabezas, o mapa con los estadios del amor. En cuanto al podcast, fue completamente autogestivo: me puse a grabar las historias y a editarlas. Era mi gran entretenimiento fuera del laburo, ponerme a armar la versión acústica de esos relatos.

-T: Ahora que se concretó el libro, ¿siguen las microhistorias de amor?

-V.S: No tengo idea. Historias hay en todos lados, sigo jugando a adivinar los fuera de campo de las situaciones de pareja. De a ratos encuentro nuevas posibilidades y hasta puedo llegar a puntearlas. Pero me pasó que en un momento sentía que había llegado a un límite y paré de escribir. Creo que me dan ganas de probar ir un poco más allá del microrrelato. Qué pasa después de ese recorte chiquitito de la historia, qué más podemos decir..

-T: ¿ Qué le suma un libro a la difusión de las microhistorias? ¿Llegan a otro público?

-V.S: La propuesta de hacer el libro vino a ordenarme. Y supuso un desafío enorme que me abrió un espacio desconocido de creatividad. Hasta ese momento yo escribía cada vez que me venía una historia a la cabeza, era un rapto, supongo que bastante parecido a lo que llaman inspiración. La idea de generar un número de textos me llevó a explorar lugares desconocidos. Creo que las mejores historias salieron de ahí. Con nuevos puntos de vista y situaciones que lograron incluso interperlarme a mí al momento de escribirlas.

-T: ¿Escribís pensando en un público femenino? ¿Tus lectoras son mujeres?.

-V.S: Hay algo bastante caprichoso (y machista) en asociar lectura de historias de amor y desamor con mujeres, público femenino. Me pasó con algunos varones de mi entorno que se acercaban a contarme, por lo bajo, que habían lagrimeado con algún relato. Si lograran correrse del prejuicio creo que más de un varón podría verse reflejado en muchas de las historias que cuenta el libro.

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