La mesa del 10. Cómo narrar a Dios

Una charla sobre Diego Armando Maradona, en la que se habló sobre su mitología y se evocó algunos de los sentidos que despierta su figura, fue la actividad de cierre del Festival de no ficción Basado en Hechos Reales; un emotivo homenaje al futbolista más narrado, en el que participaron cronistas futboleros: el escritor mexicano Juan Villoro, el periodista deportivo Ezequiel Fernández Moores y la periodista Julieta Roffo, moderado por la gestora y editora Bárbara Pistoia.

¿Cómo narrar a Diego Armando Maradona? y ¿de qué modo hacerlo sin una mirada paternalista, cómo escribir sobre él en la orfandad que dejó su ausencia? ¿Qué caminos tomará su nombre en las nuevas generaciones? fueron algunas de las preguntas que trazaron el recorrido de la charla coordinada por Pistoia, editora del libro «Todo Diego es político», y que reunió a Roffo, el cronista que apenas ocurrida la noticia salió a registrar las calles enlutadas; a Fernández Moores y a Villoro, declarado futbolero y maradoniano. Juan Villoro.

«En este año de muerte por doquier en todos los sentidos, de muerte física y real que nos trasciende y de muerte poética y metafórica porque nunca vamos a ser los mismos… No parece tan loco que en el año de la muerte, este dios deje un poco la tierra», dijo Pistoia a modo de presentación de lo que fue la última charla del festival de no ficción, agregada a la programación a último momento a propósito de la muerte de Maradona.

Durante estos días movilizantes, además de la tristeza que desde el 25 de noviembre inundó las calles de lágrimas y agradecimientos, como esa imagen de Maradona en el 81 cubierto de barro bajo la lluvia torrencial del partido en el que Boca le ganó a River 3 a 0, una de las reflexiones que más agitó debates, reflexiones y posteos en redes sociales fueron las «contradicciones», «controversias» del ídolo popular, en referencia a su lado personal y el trato con su familia, con las mujeres, el uso de drogas o su transgresión.

Pero no hay obra sin su autor, o al menos en la marca Maradona esa disociación se torna díficil, como dijo el mexicano Juan Villoro: «No se pueden separar las dos figuras, si lo juzgamos como futbolista hay que ver los prodigios que hizo en el campo pero como ser humano fue tan falible, tan excesivo, tan desaforado, tan radical, tan generoso y tan caprichoso que lo convirtió en una figura con la que difícilmente no tienes empatía. Esta enorme condición melodramática de exceso creo que también ayudó a crear esta conexión sentimental que muchos ni siquiera sospechábamos en nosotros, cuántos de mis amigos aquí en Mexico que no somos argentinos lloramos con la muerte de Diego»

«Esta nueva condición del llanto público, de la vulnerabilidad de los varones en una sociedad heteropatriarcal, todo el mundo aceptando públicamente su fragilidad… él mismo ejerció el llanto como su segunda virtud pública, más allá de lo que hacía en la cancha», agregó el autor de «Dios es redondo» (un libro de crónicas en homenaje a la pelota), quien destacó que a Maradona «esa condición del héroe, del dios de los pies pequeños, que podía conectar sentimentalmente con la gente, lo hizo único».

«¿Dónde ubicamos a este nuevo Diego, de acá al futuro?», preguntó Pistoia, a lo que Roffo respondió: «Cuando me tocó ir a cubrir en la calle, un ratito después de la noticia, me llamó la atención la presencia de grupos de chicos que ninguno vio jugar a Maradona y si bien en este momento en que todo es posible recuperar a través de archivos, lo cierto es que nunca vivieron en tiempo real esa cosa hermosa que fue ilusionarse con Maradona y sin embargo estaban ahí».

«¿Qué Maradona construyen esas generaciones? -se preguntó Roffo- Esas generaciones lo están narrando sin haber estado en la popular ni en la platea, ni mirando el partido en vivo. Esa es una de las maneras en las que seguiría el fenómeno Maradona a lo largo del tiempo».

«Esta nueva condición del llanto público, de la vulnerabilidad de los varones en una sociedad heteropatriarcal, todo el mundo aceptando públicamente su fragilidad»

Juan Villoro

Por su parte, Fernández Moores sostuvo que «el héroe imperfecto es ideal de narrarlo, es extraordinario. ¿Cómo evitamos el paternalismo?» y agregó: «Diego ya muerto sigue provocando problemas en la Argentina: el Seleccionado de Rugby vivió un escándalo histórico porque no estuvo a la altura del homenaje internacional. Desde el cajón, Diego sigue obligando a las clases más acomodadas de este país a verse en el espejo».

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Sobre la mitología del Diez, D1OS, o como la evocación personal prefiera, Villoro recuperó el emblemático gol a Inglaterra en el Mundial del 86 para ilustrar que «la mano de Dios es crear un mito instantáneo. Él fue un extraordinario mitógrafo de sí mismo. Sus frases son legión, como ‘la pelota no se mancha’, que también la acuñó a partir de su enfrentamiento con la FIFA y las mafias del fútbol. Esta condición lo asocia con la ocasión propicia: burlar a media selección inglesa en el primer partido después de la Guerra de Malvinas tiene que ver no sólo con una hazaña deportiva sino con una condición política, mítica, extraordinaria».

En este sentido, el escritor sostuvo que Maradona «seguirá jugando de múltiples maneras. Desapareció de la realidad para inscribirse en la mitología y la relación que tendremos con él en el futuro será por un lado paranormal porque se le atribuirán milagros que ya se le han atribuido en la iglesia maradoniana. Y además porque las grandes figuras míticas siguen impulsando una especie de vendaval secreto a los jugadores. Si Argentina gana su próximo partido será por Maradona, como Gardel, cada vez, cantará mejor. Esa dimensión mítica no parará de crecer porque los mitos no dependen de realidades sino de la devoción de la gente».

Y si de devoción se trata, Fernández Moores, que como periodista cubrió varios mundiales y siguió de cerca la carrera del astro zurdo, contó que en el Mundial de 1994 -el del famoso doping positivo que lo expulsó del juego y en el que dejó como recuerdo la triste frase «me cortaron las piernas»- no pudo ir y lo cubrió desde Argentina: «La tristeza en las caras de esa mañana después del 94 nunca la vi en Buenos Aires. Hubo protestas populares en todo el mundo», repasó el periodista quien hizo una nota sobre las protestas en la India, donde Diego era considerado un héroe.

«¿Qué Maradona construyen esas generaciones? Esas generaciones lo están narrando sin haber estado en la popular ni en la platea, ni mirando el partido en vivo. Esa es una de las maneras en las que seguiría el fenómeno Maradona a lo largo del tiempo»

Julieta Roffo

Poco menos de tres décadas después, Julieta Roffo, que como una cronista salió a contar lo que se vivió en las calles el día de su muerte, le pasó lo mismo: «Yo tampoco vi a Buenos Aires como el miércoles a las 2 de la tarde. Esto era un freno emocional, una cosa muy impactante», sostuvo y contó que ese día para reconocer las edades y generaciones «no le tenías que pedir documento sino mirar el modelo de la camiseta para saber la generación».

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«Casi todos tenemos un Diego favorito ¿cuál se acerca más a sus narrativas?», preguntó Pistoia. «Ese último Maradona, el más frágil de todos, toda esa vulnerabilidad. ‘Necesito que necesiten de mí’ dijo una vez y esa fragilidad que tenía por momentos me lo hice muy cercano, aprendí a quererlo más», dijo por su parte Fernández Moores mientras que Villoro destacó que para los «que no somos argentinos es muy interesante la construcción de identidad que hizo Diego».

Retomando la reflexión de Villoro, Pistoia redondeó: «Me parece que Diego es ese negro que el gaucho mata, renace entre las cenizas y vuelve a escribir un poema nacional que podemos llevarlo a Latinoamérica».

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