En Corea del Norte, cualquier festejo en torno a la Navidad está gravemente penado por la ley: los creyentes deben de celebrar a la sombra de un Estado totalitario.

En Corea del Norte, los creyentes del cristianismo celebran Navidad en túneles subterráneos, escondidos de la mirada vigilante de las autoridades. En un afán de seguir con sus tradiciones religiosas, arriesgan sus vidas cuando se reúnen con este fin. Así de dura es la represión del Estado Norcoreano.

Corea del Norte
Si se sorprende a alguien festejando Navidad, es posible que sea arrestado. Foto: Getty Images

Festejo subterráneo

Muchos seguidores de las diversas ramas del cristianismo en Corea del Norte han tenido que escapar del régimen totalitario para seguir con sus inclinaciones religiosas. Actualmente, se tiene poca información sobre cómo se vive la represión al interior del país, en tanto que las autoridades no permiten filtraciones hacia el exterior.

Si una persona es sorprendida en medio de un festejo navideño, es muy probable que sea arrestada por un tiempo indefinido. Poco se sabe de lo que pueda suceder después. A pesar de que esto es cierto, se tiene registro de testimonios de personas que han logrado salir. Han Min, uno de los pocos cristianos que lograron exiliarse, narra así su experiencia del régimen de Pyongyang:

«Ellos [los cristianos] arriesgan sus vidas cada vez que oran. Aunque en Corea del Sur hay muchas iglesias, los cristianos del Sur no tienen ni idea de cómo es la ferviente oración de los del Norte».

Han pertenece a una iglesia protestante en Corea del Sur, conocida como  la iglesia Durihana de Seúl. Desde hace casi dos décadas, forma parte de una comunidad que se destaca por su compromiso con ayudar a aquellos que quieren salir de la parte norte de la península. Además de ser una búsqueda espiritual y religiosa, sus esfuerzos se han tornado políticos también.

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Iglesias controladas por el Estado

Liderados por el pastor Chun Ki-won, la comunidad religiosa de Seúl ha ayudado a un aproximado de mil norcoreanos. En sus palabras, el culto que se rinde a la figura de Kim Il-sung y a su familia en el poder asfixia otras expresiones religiosas:

«En Corea del Norte se aplica una situación social que es similar a un culto centrado en Kim Il-sung, así como un fiel concentra su vida en Dios. En el exilio no conocen esta realidad y pueden adaptarse fácilmente al sistema cristiano».

En el norte, que sigue siendo uno de los últimos regímenes totalitarios en el mundo, hay algunos templos que el gobierno en curso controla. Sin embargo, de acuerdo con Ki-won, se trata solamente de propaganda, para mostrar al resto del mundo que bajo su régimen hay libertad de credo.

Corea del Norte
En Corea del Norte, no hay libertad religiosa. Foto: Getty Images

 

No es el caso. Incluso estas iglesias que sí están permitidas, se encuentran en las periferias, escondidas, en sitios inaccesibles. Muchas de ellas, incluso, están bajo tierra, en espacios que admiten a dos o tres feligreses únicamente.

 

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