Se trata de un gravamen del 1,2% sobre las compras que se hagan mediante las tarjetas, que fuera difundido en la presentación del presupuesto del 2021. Lo tildan de “recaudatorio” y que se trata de un “golpe al consumo”.

Diversos sectores de la economía evidenciaron su rechazo manifiesto al nuevo impuesto al sello que el gobierno porteño de Horacio Rodríguez Lareta incluirá en las compras con tarjeta de crédito. El legislador porteño Santiago Roberto fustigó seriamente el llamado “impuesto a los sellos”, y sentenció que el origen es que al PRO, “les preocupa mucho lo que puede venir en este año electoral del 2021”. El diputado del Frente de Todos apuntó que la medida “claramente desincentiva el consumo que le pega de lleno a la clase media”. Acotó además que es “muy paradigmático cómo defienden cuando le tocan el bolsillo a las grandes fortunas y cuando inventan impuestos para las clases medias no tienen ese mismo énfasis”.

Críticas de este tenor se reiteran desde el viernes pasado cuando el gobierno porteño hizo la presentación formal del Presupuesto 2021 para la Ciudad de Buenos Aires. En el trabajo se contempla gastos por más de 612 mil millones de pesos. Pero lo que más crispó los ánimos de ciertos sectores de la economía fue la instauración de un nuevo impuesto del 1,2% a las compras que se hagan con tarjetas de crédito.

El nuevo gravamen se aplicará directamente sobre el total del resumen mensual aunque excluye a los consumos con tarjeta de débito. Por otra parte, se eliminarán las exenciones de Ingresos Brutos a la compra de Leliqs y a las operaciones de pase entre entidades financieras: con estas dos medidas buscarán recaudar $ 10.600 y $ 1.392 millones respectivamente. El gobierno porteño argumenta que el tributo a los sellos ya existe en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán, San Luis, Chaco y Tierra del Fuego.

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Por su lado las cámaras que nuclean a las pymes aseguran que el nuevo impuesto que instaurará la Ciudad de Buenos Aires se trata de un “golpe al consumo”, y que empeorará el contexto recesivo, cuando “lo que se debería buscar es impulsar las ventas”. Además, aseguran que “atentará contra la bancarización”, lo que contribuirá a que la economía no corrija los vicios de informalidad que padece,

En tanto, el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Gerardo Díaz Beltrán, calificó la medida como “insólita”. Advirtió, además que “quieren estimular la economía agobiando al que la pone en marcha. En lugar de generar más incentivos para movilizar las ventas y la actividad productiva, le pegamos al cliente”.

Otra voz crítica es la del empresario textil Damián Regalini, quien advirtió “Es un fenómeno cercano a la esquizofrena que Juntos por el Cambio suba los impuestos, y al mismo tiempo hable de la problemática de la suba de impuestos y de cuánto esto atenta contra las inversiones”. A través de sus redes sociales, agregó: “Los impuestos que pone Larreta para las pymes y los consumidores de la Ciudad gozan de impunidad mediática”.

«Es una locura que quieran ponerle un impuesto a las tarjetas de crédito en la Ciudad», expresó por su lado, el diputado de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente de Todos, Leandro Santoro y apuntó muy puntualmente al jefe de Gobierno porteño: «Larreta nos tiene acostumbrados al cinismo y la picardía, quieren poner otro impuesto con la excusa de que les quitaron coparticipación».

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