El ambiente literario celebró el galardón a la poeta norteamericana.

El ambiente literario celebró el galardón a la poeta norteamericana.

Como ocurre cada vez que se conoce la elección de la Academia Sueca para el máximo galardón de las letras, la noticia de la poeta estadounidense Louise Glück despertó muy buenas repercusiones que destacaron «la elegancia» de su obra, como definió su compatriota Margaret Randall, pero también por recordar el registro poético en primer plano con una distinción tan prestigiosa, tal como celebraron miles de lectores, escritores, libreros y editores en redes sociales.

La poeta estadounidense Margaret Randall, autora de más de 150 libros de poesía, ensayo e historia oral y una extensa trayectoria como militante feminista y activista social dijo a Télam que «la poesía de Glück es elegante y acertada y utiliza los elementos cotidianos en su interpretación de la condición humana, una cualidad que necesitamos hoy más que nunca».

La autora contó que conoce «bien la obra y trayectoria de Louise Glück. La noticia de que es el Premio Nobel de Literatura 2020 me llena de orgullo: por una poeta excepcional, por una poeta mujer cuando los premios importantes casi siempre se les dan a los hombres, y por la poesía en sí. En la historia del Premio, se ha reconocido a la poesía mucho menos que la novela», sostuvo y celebró: «Felicito a Glück y felicito a la poesía».

«La poesía de Glück es elegante y acertada y utiliza los elementos cotidianos en su interpretación de la condición humana, una cualidad que necesitamos hoy más que nunca», Margaret Randall

Marina Mariasch

Marina Mariasch

Para la escritora argentina Marina Mariasch «Glück escribe en la tensión entre prudencia y desmesura. ‘Nací prudente’ abre un poema de ella. Mantiene la prudencia de cierta poesía norteamericana, con puertas de acceso, sin mucho exceso. Glück me gusta ahí donde la fruta se pasa y toma un gusto y un color extraño».

En cuanto al protagonismo que recupera el género con esta prestigiosa distinción -a la que se suma este año el Premio Princesa de Asturias a la poeta canadiense Anne Carson- la autora consideró que todavía «falta mucho para que la poesía, más cuando es escrita por una mujer, entre más que en el canon en la lectura sin prejuicios. Falta también un Nobel español, literatura latinoamericana».

Diego Zuñiga

Diego Zuñiga

En ese punto, el chileno Diego Zuñiga, señaló que «es cierto que la poesía parece estar relegada a la narrativa, pero eso es solo por cómo opera el mercado. En términos estrictamente literarios, la poesía nunca ha dejado de estar en un primer plano. Me parece que es una suerte de refugio para la literatura, un lugar donde se sigue experimentando con el lenguaje y las formas como en ningún otro género», dijo y agregó: «el premio lo ganó Glück, pero también lo podría haber ganado Anne Carson, o John Ashbery, si no hubiese fallecido hace tan poco tiempo. El género sigue muy vivo, allá y acá».

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Conocedor de la obra de poeta estadounidense, Zuñiga contó que «hay algo en su transparencia, en su claridad, que me resulta muy atractivo. Son poemas más bien tradicionales que de pronto, en un punto, se quiebran: un verso, una imagen, un sonido. La voz de Glück casi siempre logra crear una intimidad con el lector que le permite avanzar lentamente hasta conseguir algún hallazgo, alguna epifanía, aunque sin estridencias».

Mientras que el poeta Daniel Freidemberg explicó a Télam: «Cuando la leo siempre siento que el poema viene de una verdad que necesitaba llegar a la palabra y que encuentra siempre las palabras justas, las más precisas y sugerentes, con una sencillez y un aire de espontaneidad, una falta de artificiosidad, que no pueden lograrse sin un afinadísimo trabajo en la elaboración del poema».

Para el escritor que en 2005 integró el Consejo de Dirección de Diario de Poesía, en cuya fundación participó en 1986, Glück está «ubicada en una fuerte tendencia de la poesía norteamericana actual que cuenta con muy buenos poetas, sobre todo mujeres y que busca algo así como devolver vida a la escritura poética. La sensación es que uno lee vida puesta en palabras, con sus latidos y su respiración, y un inmenso poder de sugerencia. No hay modo, en esta poesía, de separar la inteligencia de la sensibilidad, que es una sensibilidad abierta al mundo en que nos toca vivir».

Por su parte, el escritor, periodista y traductor Jorge Fondebrider, quien ha leído la obra de la Nobel pero prefiere no opinar, reflexionó sobre el fenómeno de los premios, los suplementos culturales y el mercado editorial: «Nuestra ignorancia nos hace que se trate de una desconocida», dijo al referirse a esa «gran poeta», de quien en Argentina poco se ha leído, algo que asocia entre otras cuestiones, a los elevados precios de sus libros en el país ya que la poeta solo fue traducida al castellano por la editorial española Pre-textos.

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La poeta argentina Diana Bellessi dijo que la leyó «hace muchos años, pensando en ponerla en la antología de poetas norteamericanas que salió en nueva edición hace algunos meses, en Salta el pez», leyó «con mucho cuidado los poemas del libro ‘El iris salvaje'», y asegura que aunque comprobó «su buena eficacia constructiva», los poemas no la emocionaron, y por eso decidió no traducirla.

«Con tantas buenas poetas en lengua castellana, no entiendo el porqué de darle el nobel a esta norteamericana. O tal vez sí, porque en la mayoría de los premios internacionales, pesa más el lobby de las embajadas que el trabajo del escritor en sí», asegura.

«En cuanto al lugar que ocupa el género poesía en el mercado editorial acompañado por los grandes premios internacionales ha estado en alta en los últimos años, nada es despreciable para el mercado, pero el gran sostén siempre se lo han dado las pequeñas editoriales independientes donde se gestan las grandes obras que marcarán el siglo. Quizás porque leer poesía cuesta un poco más que comer maní. Demanda paciencia y apertura a la belleza que el mercado capitalista no tiene ni tendrá nunca», manifestó Bellesi a Télam.

«Con tantas buenas poetas en lengua castellana, no entiendo el porqué de darle el nobel a esta norteamericana. O tal vez sí, porque en la mayoría de los premios internacionales, pesa más el lobby de las embajadas que el trabajo del escritor en sí»

Diana Ballessi

El editor de Pre-textos, Manuel Borrás, le dijo al medio mexicano La Vanguardia que «el premio ha sido totalmente inesperado. Tú publicas, apuestas por un autor, absolutamente nadie te hace caso y le tienen que dar un premio Nobel para que le paren bola. Los premios son útiles cuando nos descubren a alguien tan bueno».

«La había leído por inducción de un amigo neoyorquino, me quedé prendado, enamorado. Igual ha vendido 200 ejemplares en el último año. Aplaudimos a autores de grandes grupos unánimemente pero son obras que olvidamos a los cuatro días. En la periferia estamos publicando libros importantes y es un disparate que no se tengan en cuenta», agregó el editor.

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En Twitter, escritores, libreros, editores y lectores del país también se pronunciaron, como la periodista y escritora Mariana Enriquez, a cargo del área de Letras del Fondo Nacional de las Artes, que compartió que el libro «Averno» es para ella el «mejor» y publicó el comienzo del poema «Blue Rotunda» en inglés: «I am tired of having hands, she said, I want wings».

También el escritor y docente Santiago Llach, artífice del Mundial de Escritura durante el confinamiento, tuiteó: «Nobel a Louise Glück: hermosa poeta. La conocí por Lorrie Moore, que pone un epígrafe de ella en su libro Bark/Gracias por la compañía».

Pero así como hay muy buenas repercusiones, detrás de cada nuevo Nobel hay críticas, como la del escritor y crítico español Jorge Carrión que tuiteó: «Con el Nobel de Literatura a la poeta Louise Glück, nacida en Nueva York, la Academia Sueca vuelve a perder la oportunidad de ser realmente global y postcolonial. De los últimos premiados, cinco escriben en inglés y dos son de los Estados Unidos: tan inexplicable como triste».

Una candidata de la lista informal de nombres posibles para el Nobel era otra estadounidense, la escritora Joyce Carol Oates, quien retuiteó la noticia de Glück en su red social y un mensaje del usuario Daniel Mendelsohn que decía: «Nunca hemos necesitado la poesía más que ahora».

Como sostuvo Fondebrider, «cada vez que hay un premio Nobel la gente se imagina que es para un narrador y un narrador de moda» pero pocas veces ocurre así, la poeta Louise Glück fue toda una sorpresa, por eso el crítico y traductor la celebra porque «si vos aceptas la historia como la cuentan los suplementos o las editoriales te estás perdiendo otra parte de la historia fuera del canon».

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