En un documento oficial sobre flujos de capitales
«En 2015 en Argentina, el Staff debió ser más firme en alertar sobre los riesgos de una remoción rápida de las restricciones a la cuenta capital y sobre la necesidad de fortalecer la macroeconomía para que esa apertura sea sostenible», expresó el organismo. Contaron en esta línea que en diciembre de ese año, con Macri ya presidente, se levantaron la mayoría de las restricciones que habían sido puestas por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, «incluyendo la salida de flujos y las limitaciones a los préstamos de corto plazo», todo «como parte de una agenda pro mercado».
La autocrítica del organismo sobre la parte que le correspondió siguió en la misma línea: «El Staff tuvo una pequeña oportunidad de ofrecer un consejo antes de que se levantaran las restricciones, pero documentos internos no generaron consensos y el tema no figuró prominentemente en el artículo IV«, concluyeron. Ese artículo del pacto con el FMI aclartaba que «el Fondo ejercerá una firme supervisión de las políticas de tipos de cambio de los países miembros y adoptará principios específicos que sirvan de orientación a todos ellos con respecto a esas políticas».
Revisión de la liberalización
El informe del FMI pone además en cuestión la conveniencia de la liberalización de flujos de capitales, más allá del caso argentino. «La evidencia de beneficios colaterales de la liberalización permanece como un tema de intenso debate. Algunos estudios empíricos evidenciaron que pueden traer mejoras» en diferentes frentes, citó el FMI, refiriendo a los casos de Chile y México, en 1990 y los 2000, respectivamente.
También ponen de manifiesto el caso de China, a la que el sistema le permitió un considerable desarrollo de su mercado. El caso más negativo, según el FMI, es el de Argentina. Cabe destacar que en la reciente visita al país, los enviados de la actual titular del organismo, Kristalina Georgieva, se hicieron cargo de la complicidad del préstamo a Macri, y aseguraron que el nuevo perfil de la entidad ha dado un giro. A la luz de los hechos de lo que se viene trabajando con el Gobierno, el Fondo parece dispuesto a no recomendar ajustes ni alteraciones de planes económicos que condicionen el desarrollo de Argentina y el resto de los países deudores. La visita para cerrar el acuerdo pendiente está fechado para el próximo 17 de noviembre.