Un equipo del Instituto del Cáncer en los Países Bajos parece haber descubierto un nuevo órgano escondido entre el final de la cavidad nasal y la garganta.

Hace apenas 300 años, el negocio de robo de cadáveres de cementerios y fosas comunes era común entre los practicantes de medicina, que pagaban a ‘resurreccionistas’, desenterradores expertos que conseguían cadáveres frescos para ofrecerlos a instituciones y practicantes de anatomía.

Y aunque parece increíble, en pleno 2020 y con la ayuda de un sinfín de estudios médicos que permiten conocer el cuerpo humano como nunca antes, es probable que todos llevemos un órgano en la cabeza nunca antes visto.

Una exploración realizada por médicos del Instituto del Cáncer de los Países Bajos realizó el hallazgo por accidente, mientras examinaba pacientes con cáncer de próstata en busca de tumores. 

Después de utilizar una técnica de contraste con glucosa radiactiva que normalmente ilumina las regiones con tumores, los científicos encontraron una estructura muy parecida a las glándulas salivales conocidas, pero esta vez localizadas en un sitio inédito para cualquier experto en anatomía: entre la cavidad nasal y la garganta.

Foto: Radiotherapy and Oncology

 

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Actualmente, la medicina moderna asegura que existen tres tipos de glándulas salivales que inician con el proceso de digestión de los alimentos al producir cerca de 1.5 litros de saliva diariamente: 

Las glándulas salivales mayores (la parótida y maxilar) son pares ubicados debajo de las orejas y de la mandíbula que producen más del 80 % de saliva, mientras que la tercera se encuentra debajo de la lengua.

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La producción de saliva de los tres pares de glándulas salivales permite la lubricación adecuada para hablar y masticar, además de mantener la humedad necesaria para el equilibrio del pH y la cicatrización en la boca.

Y aunque se conocen otras miles de glándulas salivales secundarias y microscópicas, no existía registro alguno de las glándulas halladas por el equipo del cirujano Matthijs Valstar y el radiooncólogo Wouter Vogel que llevó a cabo el descubrimiento.

Para confirmar el hallazgo de este nuevo órgano, los científicos realizaron un estudio con cerca de 100 personas y dos cadáveres en busca de la nueva estructura, a la cual llamaron glándulas tubarias, presentes en todos los participantes.

Después de revisar la literatura médica en busca de un registro previo de estas glándulas, los médicos explicaron que la razón por la que han pasado desapercibidas durante siglos de investigación anatómica se debe a que se encuentran en una región poco accesible, “debajo de la base del cráneo, lo que dificulta su identificación endoscópica”. 

No obstante, aún es pronto para asegurarse de que se trata de estructuras nunca antes vistas. Otros científicos consideran que no es lo más preciso considerar a las glándulas tubarias como un nuevo órgano, sino que sus colegas hallaron una nueva forma de visualizar un conjunto amplio de glándulas secundarias ubicadas debajo de la base del cráneo.

Los resultados del estudio fueron publicados en Radiotherapy and Oncology y sentarán un precedente para explicar porqué algunos pacientes que se someten a radioterapias experimentan problemas de sequedad y dificultades para masticar. 

 

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