Sin embargo, de uno y de otro lado de la grieta hay operaciones, mensajes y alegatos de oreja en torno a los tres jueces. Certezas, por ahora pocas. Pero hay algo que sí ocurrió: los cinco jueces saben ya qué piensan los otros.
No habrá un fallo que deje ciento por ciento conformes a unos y completamente derrotados a los otros. Cada juez parece decidido a fundamentar extensamente su voto y los matices son acaso el 90 por ciento de la decisión. Esta vez no será tan fácil como ir a buscar al final del documento, en la parte del “resuelve”, para saber qué dice el fallo. Ya pasó con la Ley de Medios, cuando pareció que la Corte avalaba su constitucionalidad: en los fundamentos estaba el huevo de la serpiente que impediría para siempre su aplicación. No habrá un fallo que deje ciento por ciento conformes a unos y completamente derrotados a los otros. Cada juez parece decidido a fundamentar extensamente su voto y los matices son acaso el 90 por ciento de la decisión. Esta vez no será tan fácil como ir a buscar al final del documento, en la parte del “resuelve”, para saber qué dice el fallo. Ya pasó con la Ley de Medios, cuando pareció que la Corte avalaba su constitucionalidad: en los fundamentos estaba el huevo de la serpiente que impediría para siempre su aplicación.