Miguel Etchecolatz, ex jefe de investigaciones de la Bonaerense durante la última dictadura cívico-militar, fue trasladado de urgencia al Hospital Militar de Campo de Mayo, luego de ser encontrado tendido en el suelo del penal de Ezeiza, donde cumple condena por múltiples casos de delitos de lesa humanidad

El represor de 91 años había dado positivo por covid-19 a principios de agosto, aunque se había informado que era asintomático y no presentaba consecuencias por la enfermedad. Etchecolatz esperaba en el pabellón destinado a los represores condenados por delitos de lesa una nueva sentencia por los crímenes de Brigada Guemes y el inicio de los procesos por el Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno.  

Etchecolatz habría sufrido esta tarde un trastorno craneoencefálico con pérdida de conocimiento que forzó la decisión de trasladarlo al Hospital Militar de Campo de Mayo. A fines de mayor, la Cámara de Casación Penal rechazó por «inadmisible» el pedido de la defensa del represor de otorgarle la prisión domiciliaria en el contexto de la pandemia de Covid-19.

La Sala I del máximo tribunal penal federal señaló entonces que en el Penal de Ezeiza se habían tomado las medidas pertinentes para prevenir los contagios por coronavirus y descartó darle el beneficio al represor siete veces condenado por delitos de lesa humanida, varias de ellas a prisión perpetua. 

La noticia de su descompensación se conoce precisamente en el aniversario de La Noche de los Lápices, causa por la que el ex jefe de investigaciones de la Bonaerense durante la última dictadura está investigado y deberá sentarse en el banquillo, cuando comienza el juicio por el Pozo de Banfield, centro clandestino donde estuvieron detenidos los adolescentes secuestrados y desaparecidos aquel 16 de septiembre.

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