El expresidente movió su ficha en el tablero de la oposición
Con un discurso abstracto en el que vuelve a poner en juego la premisa de que existe una batalla entre la «República» -que sería encarnada por su partido- y la «demagogia» – promovida por el oficialismo «populista»-, Macri repite las consignas que se escucharon hasta el hartazgo en las marchas anticuarentena (convocatorias que caracterizó como «grandes gestas»). «Se vulnera el equilibrio de los poderes del Estado para el pleno funcionamiento de la República, porque no se respetan los reglamentos de las cámaras del Congreso Nacional para debatir y sancionar las leyes. Se pretende condicionar al Poder Judicial con una reforma que ya tiene media sanción en el Senado de la Nación y que será tratada en la Cámara de Diputados en las próximas semanas», sostiene en su diatriba, haciendo mención al escándalo protagonizado por los diputados de su espacio político hace dos semanas, cuando se negaron a participar del debate del proyecto de reforma judicial. De esta manera, en la misma carta, el expresidente pasa de reclamar el normal funcionamiento de las instituciones, a fustigar el tratamiento de un proyecto de ley en el Congreso por no responder a los intereses de su partido.
Deseoso de recuperar el protagonismo perdido a mano de su hijo político, Horacio Rodríguez Larreta, Macri se refirió también a la polémica generada por la quita de un punto de coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires (sin mencionar que forma parte de los fondos que el mismo Macri le había pasado a Larreta en el 2016): «Retrocede el federalismo en la Argentina, porque el oficialismo condiciona a los gobernadores de las provincias cualquiera sea su signo político y los extorsiona con el envío de los fondos necesarios para administrar sus distritos si no cumplen con lo exigido por el Poder Ejecutivo Nacional», denunció. Casi ningún dirigente de Juntos por el Cambio salió a levantar las declaraciones del fundador de la coalición Cambiemos. «Más solo que Macri el día que escribió una carta», se comentó con ironía.
«Todos los nuestros rayándole el auto, y ni Vidal, ni Larreta, ni Frigerio, ni gobernadores, ni intendentes difundiendo su escrito. Y encima reaparece Monzó con su propuesta moderada», observaron desde Casa Rosada, haciendo referencia a las recientes declaraciones del ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, criticó la figura de Macri, destacó el liderazgo de Larreta y aseguró que, durante el gobierno anterior, «Cambiemos no estaba preparado para gobernar». Mientras que desde Juntos Por el Cambio prevaleció el mutismo, en el oficialismo apareció un fuerte cuestionamiento contra los últimos cuatro años de gobierno del macrismo. «Cual nene celoso de su hermanito, apenas el jefe de Gobierno de la Ciudad se plantó como el principal opositor, tuvo la irrefrenable necesidad de llamar la atención, mostrándose como el ‘gran rebelde’ anti cuarentena una especie de James Dean bastante venido a menos», declaró el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, en Twitter.
En la misma línea, el ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, aseguró que las palabras de Macri «parecen sacadas de un libro de texto de Educación Democrática o Instrucción Cívica, materias que, en épocas de dictaduras militares, integraban la currícula de las viejas escuelas secundarias». Rossi acusó a Macri de exigir una serie de principios que él «no cumplió cuando fue presidente»: «Durante su gobierno, no hubo independencia de poderes, se persiguió a periodistas y medios de comunicación, se encarceló a opositores, se hizo inteligencia ilegal, se cerró virtualmente el Congreso, se colonizó el Poder Judicial, y la libertad de comercio y empresas estuvo restringida a sus amigos, completando una forma en el ejercicio del poder frívola, insensible e inmoral», sostuvo el ministro a través de Twitter. Varios intendentes bonaerenses también criticaron con dureza las palabras de Macri. «Esta carta a nueve meses de haber dejado el país en el peor desastre económico y social de este periodo democrático, y en medio de una emergencia sanitaria mundial, lo transforma lisa y llanamente en un vulgar conspirador», tuiteó, por ejemplo, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza.