Otra revelación del sitio StatNews
También reveló que la junta encargada de supervisar los datos y los componentes de seguridad de los ensayos clínicos de AstraZeneca confirmó que a la participante se le había inyectado la vacuna Covid-19 y no un placebo.
Soriot también confirmó que el ensayo clínico ya se había detenido en julio pasado, después que otro participante experimentara síntomas neurológicos. Esa información había sido revelada por la mañana por el secretario de salud del Reino Unido Matt Hancock. Tras la realización de un examen más detenido de su situación, a ese participante se le diagnosticó esclerosis múltiple, que se considera no relacionada con el tratamiento con la vacuna Covid-19.
Fuentes del laboratorio consideran que la pausa forma parte de la investigación habitual de cualquier vacuna y que no hace más que dejar en claro «los niveles de seguridad con que testean sus productos para garantizar la absoluta seguridad de su uso posterior». También confían en que el trabajo de la «Entidad Independiente» que tiene que analizar el caso tendrá la premura necesaria como para no poner en riesgo los plazos fijados para terminar con la Fase III de la investigación.
«Tener un control clínico, como se le ha impuesto a AstraZeneca a partir de ayer, debido a un solo evento adverso grave es algo normal», dijo Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud de EE-UU.. “Esto ciertamente sucede en cualquier ensayo a gran escala en el que participan decenas de miles de personas, algunas de ellas pueden enfermarse y siempre hay que intentar averiguar: ¿es por la vacuna, o iban para contraer esa enfermedad de todos modos?