Para los abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto, el hallazgo de la piedrita es «un eslabón más» en la cadena que lleva a la responsabilidad policial en la desaparición forzada de Facundo Castro.

¿Cuánto falta para que un grupo de efectivos de la Policía bonaerense queden imputados en la desaparición forzada de persona de Facundo José Astudillo Castro? El reiterado pedido de la querella para que se detenga a los oficiales del distrito de Villarino, a los que considera directamente involucrados en el hecho por haberlo interceptado en la ruta, nunca aceptado por el fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez, volvería a presentarse, pero ahora también podría extenderse a los de Bahía Blanca como parte del encubrimiento y el haber «plantado» el cuerpo y otros elementos del joven en la zona de General Cerri

«Es una evidencia fuerte», admitieron los investigadores del caso, tras hallarse la piedrita que Facundo Castro llevaba como colgante en el interior de un patrullero Toyota Etios, ese móvil que fue geolocalizado parado en la jornada del 8 de mayo, fuera de su jurisdicción, en inmediaciones del cangrejal donde fueron encontrados los restos óseos que luego se comprobó pertenecían al joven que estuvo más de tres meses desaparecido. El perro Yatel, con su adiestrador Marcos Herrero, ya había marcado «esencia» en ese auto y ahora «destrozó» parte del asiento trasero hasta dar con la «turmalina» debajo de una alfombra del baúl.

Para los abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto se trata de «un eslabón más», en la cadena que lleva a la responsabilidad de la Policía bonaerense en la desaparición forzada de Facundo Castro y en tal sentido, los representantes en la causa de Cristina Castro Alaníz enfatizaron que se suma a las «al menos cinco pruebas irrefutables». Si bien reconocieron que el hallazgo de ese objeto les resultó «sorpresivo», también lo fue para los expertos que trabajan bajo la supervisión del grupo de tres fiscales que ahora están a cargo del expediente. Las pericias a los que someterán a esa piedrita es «solo un trámite para comprobar científicamente» que era del joven.

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Al mismo tiempo, trascendió que los efectivos de la Policía Local de Bahía Blanca que estuvieron a bordo del patrullero Toyota Etios «ya están identificados y se les fueron secuestrados sus teléfonos celulares para ser analizados». En base a las pruebas que surjan de esas pericias serían llamados a declarar, «como imputados o como testigos», se explicó.

Sobre las denominadas «cinco pruebas irrefutables» que para la querella vinculan a la Policía en la desaparición forzada de Facundo Castro, el hallazgo de elementos que pertenecían al joven y evidencias encontradas en los teléfonos de los oficiales de Villarino constituyen «la parte sólida de la acusación», a la que se agregan varias declaraciones de testigos.

«La primera es el hallazgo del amuleto que llevaba siempre Facundo. La pequeña sandía de madera en cuyo interior había una vaquita de San Antonio y que le había regalado su abuela materna. El el 31 de julio fue hallado durante un rastrillaje en el destacamento de Teniente Origone por el perro «Yatel» del adiestrador Marcos Herrera», indicaron los letrados.

En tanto, «la segunda es la geolocalización durante unos 35 minutos del patrullero Toyota Etios, el 8 de mayo, es decir nueve días después de la desaparición del joven, a 800 metros del lugar donde el 15 de agosto fue encontrado su cadáver esqueletizado en el cangrejal de Villarino Viejo».

Mientras que «la tercera es el peritaje sobre el teléfono celular de la oficial Xiomara Flores, que determinó que, sugestivamente, ese mismo 8 de mayo desactivó la aplicación de la red social Whats App», la misma mujer policía que en la jornada del 1 de mayo hizo una captura de pantalla del perfil de Facebook de Cristina Castro Alaníz, la madre de Facundo. Casi en la misma línea, «la cuarta es el mensaje de texto que puso ser recuperado mediante un sistema especial del teléfono celular del oficial Mario Gabriel Sosa, que le envió a su compañera Jana Curruhinca un texto donde le dice «quédate tranquila janita que nadie sabe que fuimos nosotros y aparte hicimos lo que nos dijo el jefe».

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Y la quinta «prueba irrefutable» es, sin dudas, es el hallazgo de la «turmalina» en el mismo móvil que en un peritaje realizado a mediados de agosto último, el mismo animal ya había marcado por presuntos rastros «odoríferos» de Facundo Castro.

Facundo (22) fue visto con vida por última vez el 30 de abril último, cuando dejó su casa para ir a Bahía Blanca a ver a su exnovia.

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