La Ciudad no cumplía con 15 de los 33 requisitos acordados
El tema viene siendo motivo de cruces entre el Gobierno nacional y el porteño, que ayer tuvieron un nuevo capítulo: durante la mañana, el ministro de salud, Fernán Quirós, defendió la propuesta como una medida para “evitar un daño social irreparable”. Sin embargo, Trotta se quejó de que los funcionarios porteños “dicen en los medios algo distinto al programa que presentaron” y sostuvo que no se entiende si el número de alumnos que la Ciudad quiere convocar es 5 mil cien, 6 mil quinientos o 9 mil estudiantes.
Antes de la videoconferencia, el ministro había llamado para informar del rechazo con la responsable de la cartera de educación de CABA, Soledad Acuña. La ministra le pidió una reunión de trabajo conjunta de los ministerios de Salud y Educación de la ciudad y la Nación. Si bien la petición fue aceptada, todavía resta coordinar las agendas.
En la conferencia de prensa Trotta estuvo acompañado por la secretaria de Evaluación Gabriela Diker, el secretario de Cooperación Educativa, Pablo Gentili y la asesora Graciela Frigerio. “No dimos la conformidad por una serie de aspectos. El primero es la situación epidemiológica. Tiene que haber una circulación del virus nula o muy baja para proyectar el regreso a las aulas”, indicó. En ese sentido, recordó que en las últimas dos semanas cuatro provincias recibieron el aval para retomar la presencialidad de sus clases, pero ante el aumento de los contagios Santiago del Estero y San Juan tuvieron que dar marcha atrás.
Las críticas a la propuesta de la Ciudad están detalladas en un documento elaborado por la comisión ad hoc. Sus cuestionamientos centrales dicen que:
* El plan de la Ciudad no cumple con 15 de los 33 requisitos que fueron acordados en el Consejo Federal de Educación”, el organismo que integran todos los ministros de Educación.
* Tampoco aborda “cómo la apertura de las escuelas, como espacios digitales, contribuiría a la reducción del contagio, ya que habilita la movilidad de estudiantes, docentes y familias”. Por el contrario, llevaría a un mayor uso del transporte público, al contacto con más personas y el menor cumplimiento del aislamiento social.
* No explica de manera suficiente cómo concretar el distanciamiento físico, ni los traslados de los niños y adolescentes.
* Le falta claridad en las funciones de los docentes.
* “Su dimensión pedagógica resulta endeble”, sostiene. Sobre este punto, la comisión marca que lo que se propone es que los alumnos usen las computadoras de las escuelas, “en solitario”. “Así, se espera que al momento de concurrir al espacio digital, los estudiantes tengan una idea clara de la tarea a desarrollar, y tengan con ellos la información necesaria para resolverlo. Esto resultaría paradójico, ya que justamente los estudiantes que concurrirían serían aquellos que perdieron el vínculo con sus docentes”.
La reapertura de las escuelas porteñas viene siendo debatida desde el 14 de agosto cuando desde la Quinta de Olivos, Horacio Rodríguez Larreta, tras participar del anuncio de la nueva extensión del aislamiento, el jefe de gobierno planteó que había detectado que 5100 chicos perdieron el vínculo pedagógico, y anticipó su voluntad de “ir a buscarlos” para llevarlos de nuevo a la escuela. Ante el señalamiento de que CABA es uno de los focos donde se están produciendo más contagios, ayer se detectaron 1500, el gobierno porteño aclaró luego que la idea no era que volvieran a las aulas, sino abrir espacios digitales en las escuelas, primarias y secundarias, para que esos alumnos pudieran usar computadoras con conexión a internet.
El protocolo presentado incluye 634 escuelas y fija un máximo de 15 alumnos por establecimiento, con turnos y una estadía máxima de dos horas para cada uno. Por la mañana, cuando ya había trascendido su rechazo, el ministro Fernán Quirós volvió a defenderlo como «muy seguro».
Como se ve, la mirada del gobierno nacional discrepa en ambos puntos. Durante el fin de semana el Presidente ya había comentado que no le parecía que fuera la solución adecuada, y que convocar a los alumnos a las escuelas los pondría en riesgo de contagiarse. Fernández había señalado además su desacuerdo porque la medida expondría, además, a los sectores socialmente más vulnerables.
Por su lado, los gremios docentes porteños respaldaron la decisión del ministro Trotta al sostener que la solución al problema de estos alunmos pasa por darles computadoras y no ponerlos en riesgo.