Más allá de las cuestiones políticas y las epidemiológicas, el nuevo anuncio sobre las medidas respecto de la covid-19 encaja con algunos cuestionamientos que vienen haciendo los encuestadores y consultores políticos: «Los mensajes largos, de una hora y media, son ineficientes. No se entiende lo esencial, se disuelve, en lugar de precisar los conceptos de manera corta y contundente», es la síntesis de las objeciones. Al mismo tiempo, los consultores consideran que la unidad –el que aparezcan juntos el Presidente, el gobernador bonaerense y el jefe del gobierno porteño, como venía ocurriendo– es un valor en sí mismo, porque una parte importante de los ciudadanos sostiene que las peleas no sirven, en especial en tiempos de crisis. Un modelo adecuado –dicen los consultores– sería un anuncio de diez minutos, hecho únicamente por Alberto Fernández, pero rodeado por Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta.

Varios especialistas consultados por PáginaI12 observan que, en las últimas oportunidades en que se extendieron las medidas contra el coronavirus, la secuencia de anuncios de los tres dirigentes convertía a las explicaciones en un mensaje de más de una hora, con repeticiones innecesarias y que se replicaban después en sendas conferencias de prensa de Kicillof y Rodríguez Larreta, donde los mandatarios locales se explayaban nuevamente en sus propias definiciones.

Según se percibió en las encuestas, después del último mensaje, cerca del 40 por ciento entendió que la cuarentena se había acabado. Mala conclusión. Es cierto que el escenario epidemiológico es de incertidumbre y que efectivamente hay una multitud de conceptos que, desde el punto de vista científico, están poco definidos, pero la prolongada duración de los anuncios ayuda a que se superpongan ideas y se agregue confusión a la que existe en la situación misma. Es más, fuera de los que sostuvieron que la cuarentena se acabó, la mayor parte del resto de los encuestados tampoco pudo precisar cuál es la etapa que se transita en la actualidad.

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No hay que olvidar un criterio casi unánime de los consultores, que suelen formularlo así: «Una buena medida será buena por más que sea mal comunicada y una mala medida será mala por más que se la decore con un buen anuncio. Puede haber impacto equívoco en los primeros días, pero a la larga se impone el fondo a la forma». Por eso, todos los especialistas sostienen que el gobierno nacional recoge un 70 por ciento de respaldo a lo hecho durante la crisis, «tomó buenas decisiones que la gente consideró necesarias frente al virus». Aún hoy, la administración Fernández-Fernández tiene amplísimo respaldo respecto de lo hecho frente a la pandemia de covid-19 y lo más valorado de la gestión es la gestión en salud.

En ese marco, pasados cinco meses, con el desgaste producido por el aislamiento y el virus, hay una tendencia a volver hacia la grieta, a los enojos de un lado y de otro. Por supuesto, con el feroz impulso de la coalición económica-mediática que se opuso a la cuarentena desde el primer día. Las valoraciones del Presidente, el gobernador y el jefe de gobierno porteño, que subieron en forma notoria desde marzo, sufrieron un desgaste en las últimas semanas, pero se siguen manteniendo nítidamente por arriba de los porcentajes de antes del inicio de la cuarentena y en forma clara por encima de lo que cada uno sacó en las elecciones. De manera que el ingrediente de que en los anuncios estén los tres presentes suma, al menos en las encuestas, a sus respectivas imágenes positivas, dado que aleja la idea de la confrontación. Que el mensaje de este viernes haya sido protagonizado por Alberto Fernández en solitario apunta –según los consultores– a que todo sea más sintético, breve y al envío de un mensaje más claro. Sin embargo, debilita el clima de acuerdo, más todavía cuando se viene de una semana de polémicas por la cuestión educativa. 

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Alberto Fernández concentró sus anuncios en apenas siete minutos –recortó al máximo la objeción de las explicaciones largas– y mitigó el hecho de que ya no estuvieran presentes Rodríguez Larreta y Kicillof con imágenes de una reunión en la que estuvieron los tres, al mediodía, en Olivos. También mencionó ese encuentro. Por su parte, el jefe del gobierno porteño transitó el camino de que no hay confrontación sino trabajo en conjunto y que la aparición solitaria del Presidente fue una decisión que tiene validez para este único anuncio. De todas maneras, en el aire flotó el choque por la cuestión educativa y también por la flexibilización, más rápida en los distritos gobernados por Cambiemos y más cautelosa en los lugares con administración del Frente de Todos. Habrá que ver cómo impacta esa controversia que parece creciente en los resultados de las encuestas que se harán en las próximas semanas.

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