De súper fiscal antinarco a jefe de una asociación ilícita

La causa que tiene como principal imputado al fiscal de San Isidro Claudio Scapolán se basa en una compleja telaraña de falsos operativos contra el narcotráfico que encubrían negociados entre policías bonaerenses, abogados y funcionarios del Poder Judicial. El caso testigo es la operación “Leones blancos”, en diciembre de 2013, promocionada como un “exitoso” golpe al narcotráfico. En ese caso, la “asociación ilícita” que encabezaría Scapolán y que integran unas 50 personas, se habría quedado con la mitad de un cargamento de 1.200 kilos de cocaína.

En la causa, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado y del fiscal Fernando Domínguez, se realizaron 54 allanamientos en menos de una semana. El viernes 24 hubo doce detenciones y había doce prófugos.

Luego de los allanamientos que se hicieron el miércoles pasado, el número de imputados se multiplicó por dos. “Las personas involucradas son alrededor de 50”, dijo una fuente cercana a la investigación. Las pruebas reunidas refuerzan las sospechas de que Scapolán sería la pieza clave de la organización delictiva. El fiscal suspendido sería convocado nuevamente esta semana a prestar declaración indagatoria. Lo habían citado para el jueves pasado, pero él pidió una postergación.

El modus operandi de la banda quedó plasmado en el llamado operativo “Leones Blancos”, sobre el que se informó oficialmente –con pompa y ceremonia– el 29 de diciembre de 2013. Se dijo entonces que se había detenido a seis personas en cuyo poder se encontraron 600 kilos de cocaína. El operativo había comenzado, supuestamente, en Panamericana y Camino del Buen Ayre, en Boulogne, con el secuestro de una camioneta Mercedes Benz que transportaba 550 kilos de cocaína.

La operación estuvo a cargo de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Quilmes, por orden del fiscal de San Isidro Claudio Scapolán. La droga, de “máxima pureza”, iba a ser trasladada para su “estiramiento” y comercialización en una quinta de La Reja, partido de Moreno, para su posterior venta en el Gran Buenos Aires y en Europa. Se informó que en la quinta secuestraron otros 50 kilos de droga. El predio tenía una pileta de natación con dos leones blancos de yeso, que dieron nombre al operativo.

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Fuentes de la causa actual por “asociación ilícita” dijeron que se tiene la certeza de que eran 1200 los kilos de droga y que la mitad quedó en manos de la banda judicial-policial. Tres años después del “exitoso operativo”, el caso llegó a juicio oral y público, debate en el cual quedó al desnudo que fue una causa armada por los policías de Quilmes con el fiscal de San Isidro. El operativo dio comienzo con una falsa llamada anónima, que en realidad fue hecha por uno de los policías involucrados. Como el primer paso fue en Boulogne, en el norte del conurbano, eso les permitió trabajar bajo las órdenes del fiscal Scapolán.

En agosto de 2016, por unanimidad, los jueces Marcelo Díaz Cabral, María Claudia Morgese Martín y Alfredo Ruiz Paz, del Tribunal Oral Federal 5 de San Martín, declararon nula la acusación y dejaron en libertad a los cuatro imputados que llegaron al debate. Al mismo tiempo, los jueces ordenaron que se abriera una investigación contra los policías y el fiscal de instrucción del caso, es decir Scapolán.

Fuentes allegadas a la causa actual dijeron a este diario que el falso operativo comenzó a gestarse unos días antes de ese 29 de diciembre de 2013. Un grupo de narcos colombianos habían concurrido en esos días a pedir ayuda a Diego Xavier Guastini, lavador y financista de ese tipo de operaciones. Los colombianos necesitaban cambiar por dólares una suma millonaria en euros, para un negocio importante. Guastini les solucionó el problema y al mismo tiempo, se enteró por ellos de una operación que consistía en la adquisición de una partida de 1200 kilos de cocaína.

El financista les pasó el dato de la compra-venta de droga a unos policías amigos de narcotráfico de Quilmes. Los uniformados, con la ayuda del fiscal de San Isidro, les “mejicanearon” la mercadería a los colombianos y se quedaron con la droga, y con las loas por el “exitoso operativo”. Además del aplauso, se quedaron con la mitad de la droga secuestrada.

El 29 de octubre de 2019, el financista Guastini fue asesinado. Eso ocurrió luego de que declarara como “arrepentido” en causas por narcotráfico. Guastini tenía una custodia integrada por ex miembros del grupo Albatros de la Prefectura, pero estaba solo cuando fue baleado por un sicario que iba en una moto, que se cruzó en el camino cuando iba en su Audi y lo mató de tres balazos a quemarropa. El crimen ocurrió a metros de la Municipalidad de Quilmes. Muchos creen que fue una venganza por lo que había hecho por sus amigos policías entregándoles servido el operativo “Leones blancos”.

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En la causa actual, al fiscal Scapolán le imputan haber tenido un rol preponderante en el armado de causas entre 2013 y 2015 cuando estaba al frente de la ex Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Investigaciones Complejas de San Isidro. Fuentes allegadas a la causa señalaron que Scapolán “tomó la posta que dejó en su momento el fiscal general (Julio) Novo”, de quien fue uno de sus principales colaboradores. El operativo «Leones blancos” es una de las cuatro causas principales en las que está siendo investigado.

En otro de los casos, en 2014, fue acusado por una persona de haberle “plantado” tizas de cocaína en su auto para luego exigirle el pago de 20.000 dólares para dejar sin efecto la causa que le habían armado. En ese expediente el denunciante presentó como prueba un video tomado por una cámara de seguridad que comprometería al fiscal.

El viernes 24 fueron allanadas una fiscalía en los tribunales de San Isidro, la sede de Drogas Ilícitas de la Policía bonaerense en Martínez y la comisaría de Benavídez. Una fuente allegada a la causa le dijo a este diario que en algunos de los procedimientos se secuestró cocaína y otras drogas que estaban en las dependencias policiales y judiciales.

“La banda extorsionaba a inocentes y a narcos. Se dedicaban a recaudar dinero y se guardaban parte de la droga secuestrada en los operativos, para después armar causas y exigir dinero a las personas que les plantaban los estupefacientes”, dijo el abogado Damián Odetti, denunciante y querellante en la causa.

“No discriminaban a nadie, podían extorsionar a narcos o a personas que no tenían antecedentes delictivos, pero en estos casos, eran personas de alto nivel de vida a las que se le exigían sumas importantes para borrarles la causa que ellos mismos les habían armado”, aseguró el abogado.

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Detenidos, prófugos e investigados

Entre los primeros doce detenidos figuran Maximiliano Jarisch y Gustavo Sanvitale, quienes fueron colaboradores del fiscal Claudio Scapolan. También se encuentran en la misma situación los comisarios Marcelo Di Rosa y Roberto Adrián Okurzaty; los subcomisarios Oscar Antonio Caviglia y Juan José Magraner; los oficiales principales Juan Alberto Elizalde y Juana Elizabeth Medina; el subteniente primero José María Delgado; el sargento Santiago Ignacio Cabré y el ayudante Alexis Jesús Tabares. También fue detenido el civil Cristian Sebastián Seu.

Uno de los prófugos es el oficial de la policía bonaerense Adrián Baeta, quien cumplía funciones en la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de Quilmes. Baeta fue uno de los personajes clave en el operativo “Leones blancos”. Se cree que fue él quien tuvo la información sobre la compra-venta de la droga que fue “mejicaneada” a una banda de narcos colombianos. Baeta fue jefe de la custodia personal de Diego Xavier Guastini, el financista y lavador que les dio la data sobre el cargamento de droga.

Además de los nombrados, los otros investigados en la causa son Marcelo Carlos Blanco, Adrián Osvaldo Dos Santos, Johana Belén Medina, Tamara Silvana Machuca, Nahuel Sacerotte, Amilcar Esteban Pino, Emiliano Germán Heidel, Claudio Javier Burgos, Aldo Rubén Romero, Mario Alberto De Armas, Federico Daniel Emilio Rodríguez, Sergio Javier Armando Mamani, Gabriel Desideri, José Luis Cabral, Diego Germán Tello, Florencia Yael Cánepa, Marcelo Galarza, Julio Antonio Salvatierra, Carlos Fabián Paltanavicus, Gabriel Cabral, Carlos Ochoa, Jonathan Chauvin, Damián Cristaldo, Guillermo Acuña, Jonathan Ramírez, Mariano Nuñez, Héctor Hugo Alberto Correa, Julio Díaz, José Víctor Gutíerrez, Carlos Daniel Maidana, Adrián Gastón Peña, Gustavo Alberto Semorile, Framco José García Maañón y Matías José Pedersoli, más “otras personas que a la fecha no han sido identificadas”, según se aclara en el expediente.

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