El fin de semana se multiplicaron los focos en las islas

Voluntarios entraron a combatir llamas junto con isleños en áreas donde no había brigadistas, que a su trabajaron al límite.
El fuego en las islas entrerrianas tuvo un nuevo capítulo angustiante en el día de ayer con grandes incendios que pusieron en riesgo viviendas ubicadas en la zona de Boca de la Milonga, frente a Granadero Baigorria. Los propios isleños, junto con voluntarios ambientalistas, se encargaron de combatir las llamas con lo que tenían a mano para evitar que arrase con todo, con el riesgo que eso implicó para sus propias vidas. La gran cantidad de humo generado por el fuego provocó la necesidad de cortar el tránsito en la conexión Rosario-Victoria, a donde se había convocado un numeroso grupo de personas que quería meterse en las islas para «colaborar en el combate al fuego» y asistir con víveres.

Voluntarios ayer en lucha contra el fuego.

Los fuegos se avivaron en la tarde-noche del sábado, avanzando de norte a sur en la Isla La Deseada, conocida como Boca de la milonga, ubicada a la altura entre Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria. A medida que aumentaban las llamas, la situación se tornó gravemente riesgosa para las familias que viven en el lugar por lo que, ante la falta de respuestas de las autoridades según la versión de los ambientalistas, debieron encargarse ellos mismos de la situación junto a la ayuda de vecinos y voluntarios. “Hay alrededor de 20 vecinos que están desmalezando, mojando con bombas de agua y mangueras mientras en mi casa estamos mojando todo alrededor porque sabemos que el fuego va a llegar”, relataba por esas horas una las vecinas a la Multisectorial por los Humedales, que ayer trajinó en ayuda a lugareños y llamó a movilizarse, incluso abriendo una colecta de fondos.

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Lejos de resolverse, la postal se repitió, e incluso se agravó con grandes llamas que continuaron avanzando hacia escasos metros de donde están instaladas pequeñas casas particulares. Una vez más los isleños tuvieron que recurrir a lo que tenían para evitar que las llamas lleguen a sus viviendas, y esta vez contaron con la colaboración de casi 100 voluntarios de organizaciones ambientalistas que lograron cruzar para dar una mano.

Julia Gracia fue una de las que estuvo ayudando ayer en la zona de Paso Destilería, unos 2 mil metros al norte de la traza de la ruta Rosario-Victoria. “Somos amigos de gente que tiene casa acá, kayakistas, ambientalistas y estamos dando una mano. Logramos salvar tres o cuatro casas que por ahora están alejadas del fuego, pero si a la noche vuelve el viento va a complicarse”, alertaba ayer a este diario.

Gracia dijo que en ese sector no vio brigadistas trabajando ni equipos de tierra ni aire. En ese sentido, contó que ellos mismos combatían el fuego haciendo pasamanos de baldes, tirando ramas verdes e inundando los alrededores: “Usamos una bomba de agua hasta que dejó de funcionar por falta de combustible”. Por esta situación, se mostró contrariada con Prefectura: “Estuvieron, y se fueron, dijeron que no podían hacer nada. O sea que ni siquiera estuvieron por si hacía falta evacuar a la gente”.

En esa sintonía, la Multisectorial por los Humedales realizó ayer por la tarde una convocatoria espontánea hacia el Puente Rosario-Victoria en reclamo por la situación de emergencia que se estaba viviendo, y denunciaron “abandono de persona por parte de las autoridades municipales, provinciales y nacionales que desde hace más de 24 horas hacen oídos sordos a los pedidos de ayuda por parte de los isleños”. En ese marco, un numeroso grupo de personas se movilizó hasta la cabecera del puente e intentó cruzar para asistir al trabajo contra los incendios, pero se les impidió el paso debido a que la Agencia Provincial de Seguridad Vial tuvo que cortar el tránsito en la traza vial por la gran cantidad de humo que impedía la buena visibilidad para manejar. Y además porque meter más gente, que no está preparada para combatir incendios, puede ser más problema que solución.

Algunos voluntarios lograron cruzar temprano en botes y kayaks hacia las islas para dar una mano y pudieron ver cómo el fuego arrasaba con todo a su paso. Otros dejaron sus autos en la banquina del Rosario-Victoria. “Se vivieron momentos de mucha tensión y muy angustiantes. Miles de hectáreas se han convertido en una alfombra de cenizas”, relató Jorge Bartoli, de Paraná no se toca, quien estuvo ayudando en uno de los sectores afectados. Si bien él pudo ver el trabajo de una dotación de bomberos y brigadistas que estuvieron “arriesgando sus vidas” para apagar alguno de los focos con las herramientas que tienen, alertó que “los medios son exiguos para semejante desastre” y que “la situación está desbordada”. En ese sentido, consideró que “la falta de recursos deja a las claras que puede haber un enorme esfuerzo pero que no alcanza” y apuntó que “a esta altura, lo único que queda por hacer es salvar lo que se pueda”.

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Desde la Secretaría de Protección Civil de la Provincia de Santa Fe detallaron que ayer en la zona de Boca de la Milonga estuvieron trabajando solo 10 brigadistas de la Policía de Islas de Entre Ríos junto a vecinos de lugar, y que también se contó con aviones hidrantes que realizaron lanzamientos de agua en algunos de los focos ígneos.

Por su parte, Gabriel Gasparutti, subsecretario de Gestión del Riesgo y Protección Civil de la Nación, adelantó que la provincia de Santa Fe solicitó medios aéreos y apoyo de más brigadistas. «Esto se está coordinando con el Sistema Nacional de Manejo del Fuego y el Sistema de Emergencias para organizar a partir de mañana -por hoy- un operativo en conjunto con Manejo del Fuego de Entre Ríos, Protección Civil de Santa Fe y los organismos nacionales».

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