La causa del espionaje ilegal de Cambiemos toca al ex presidente Mauricio Macri por todos los costados. En el estilo del paso a paso, el siguiente escalón son las indagatorias en Lomas de Zamora a la cúpula de la AFI, al secretario de Macri, los directores de la central de espías y los propios espías. El juez federal Juan Pablo Augé y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide están esperando que les asignen turnos en la sala virtual, el sistema informático que maneja el Consejo de la Magistratura y que permite concretar las indagatorias de manera remota, con grabación de los contenidos. Al mismo tiempo, también en Lomas esperan la confirmación de la Cámara Federal de La Plata de los procesamientos por el espionaje al Instituto Patria y el desarrollo de la investigación sobre la forma en que espiaron a las personas detenidas en el penal de Ezeiza. Al final de ese camino, que no debería tardar mucho, se tomará una decisión respecto de Macri, porque es difícil pensar que una mecánica ilegal de semejante envergadura, con tantos protagonistas y víctimas, la pueda haber puesto en marcha un subalterno.

El caso permite visualizar distintos capítulos:

1. Las frases de Ritondo

En el celular de Darío Nieto, el secretario de Macri, se encontró una comunicación dirigida en principio al ex presidente. En ella Nieto le comunica un mensaje enviado por Cristian Ritondo. El diputado integra la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia, que preside Leopoldo Moreau, y que vio desfilar a espías y directores de la AFI que fueron reconociendo sus tropelías. El mensaje de Ritondo es dramático, porque pide que alguien le explique el desastre. «Estos tipos habían estado en la Metropolitana, nosotros los llevamos a la AFI y nadie se hace cargo ni hay explicación para eso. Alguien tiene que tomar el tema Alan Ruiz para que desmienta todo, la aparición de Martinengo. Pero que lo que falta es un relato y una historia coherente de todo». En síntesis, lo que a través de Nieto le reclama Ritondo a Macri es que los espías fueron policías de la Ciudad, armada por el macrismo, que los llevaron a la AFI, manejada por el macrismo, y las órdenes las dieron jefes de la elite del macrismo. «Esto es todo nuestro, no hay personajes que dejó el kirchnerismo. Alguien se tiene que hacer cargo», es el mensaje del diputado.

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2. El secretario

La prueba contra Darío Nieto, el secretario de Macri, no es sencilla, porque él borró los mensajes. Lo que se logró rescatar, pese a que también lo había borrado, es el block de notas. Lo que hacía el secretario es copiar los mensajes en su block de notas, en esencial las tareas que le asignaba el presidente y los mensajes que debía transmitirle. Por eso figura allí lo que Ritondo le quería transmitir a Macri. El problema es que no queda tan clara la prueba de quién mandó y quién recibió, ni cuándo.

Aún así, Nieto terminó procesado porque a través suyo se trasladan informes de espionajes ilegales, como los que se hicieron en el Gran Buenos Aires antes de la reforma jubilatoria. Los espías estaban alarmados porque veían que iba a haber una fuerte reacción y le mandaron decir a Macri que tal vez convendría postergar la reforma. Lo hicieron a través de Susana Martinengo-Darío Nieto y al mismo tiempo por los canales de la AFI hacia Gustavo Arribas. Todos los caminos llevan a Macri, pero habrá que probarlo. Hay una nueva pericia de celulares en marcha y habrá que ver qué sale de allí.

3. ¿Mala calidad?

Los espías fueron enviados a espiar el Instituto Patria y los agarraron. Otros hicieron espionaje a decenas de opositores y oficialistas, a referentes sociales como el obispo Jorge Lugones –por supuesta amistad con el Papa Francisco– y hasta a la hermana de Macri, Florencia, y su pareja. Toda esa información se les encontró después en los celulares, en especial el de Leandro Araque, y otra parte surgió de la guerra interna que hubo en la AFI entre agentes de carrera y policías llevados a la central de espías por Cambiemos.

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Hay una primera conclusión obvia: fue espionaje berreta, de mala calidad, propio de un estilo policial más acostumbrado a usar buchones y guardar la información para venderla o usarla más tarde contra alguien. Lo cierto es que los ex policías hasta grabaron a sus jefes para después guardar y difundir los audios. Parte del escándalo estalló porque se asociaron con un narco de Lanús para amenazar a José Luis Vila, un funcionario con antecedentes en la AFI. Con ese narco y su abogado intentaron influir en la causa de los Moyano, pero el letrado cambió de bando.

Con ese panorama de mala calidad, hay expectativa en la ampliación de indagatorias convocadas por el juez y los fiscales porque ahora volverán a desfilar todos los espías. De allí y de la nueva pericia pueden salir todavía más elementos. Para agilizar lo que se viene, los fiscales le enviarían a todos los indagados la prueba reunida, de manera que el salón virtual se pueda usar más rápido y por menos tiempo.

4. Correspondencia

Desde el principio de la causa, la ex coordinadora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo, aparece en el centro de la escena. Para los fiscales es una protagonista menor de los hechos, aunque también será indagada por ser un canal de los informes de espionaje ilegal. Igualmente, todo fue parte de la baja calidad: los espías entraron a la Casa Rosada dejando su nombre en los registros. En realidad los encuentros entre Jorge El Turco Sáez, Leandro Araque y Martinengo en la Rosada fueron porque ella quería ser candidata a diputada por La Matanza. En ese marco, los espías hicieron una presentacion entre el Rafa Di Zeo, referente de la barra de Boca, y Martinengo, porque supuestamente el primero iba a juntar votos para ella. O sea, una mezcla de espionaje y politiquería.

5. Cárceles

En la semana que empieza, el esfuerzo en el juzgado y la fiscalía de Lomas estará centrado en las declaraciones referidas al espionaje, sobre todo en el penal de Ezeiza. Por ejemplo, van a declarar Amado Boudou y Roberto Baratta, víctimas del aparato que, según parece, plantó micrófonos y cámaras en los pabellones en que estaban los ex dirigentes del gobierno de CFK y los empresarios imputados especialmente en la causa de las fotocopias de los Cuadernos.

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La cuestión es importante, no sólo por el espionaje en sí mismo, sino porque marcaría que intervinieron áreas muy distintas: el Servicio Penitenciario Federal, la Agencia Federal de Inteligencia y el Poder Judicial. Semejante operatoria mostraría un mando único del máximo nivel. No es como en un caso de corrupción, que un funcionario de segundo orden se queda con fondos: acá obviamente parece haber un interés superior.

6. Tiempos

La investigación del espionaje ilegal está siendo acechada por varios lados, en especial desde Comodoro Py, donde traban conflictos de competencia. Sin embargo, los fiscales Incardona y Eyherabide seguirán dando pasos adelante. Esperan, en primer lugar, que se confirmen los procesamientos dictados a la cúpula de la AFI y a los principales directores de la central de espías por los hechos del Instituto Patria. En segundo lugar, se vienen las indagatorias por el espionaje a oficialistas, opositores y referentes sociales, que no se iniciarían esta semana, sino en la primera de septiembre. En tercer lugar, están a la expectativa de lo que surja en los próximos días en las declaraciones sobre el espionaje en las cárceles. Finalmente, hay esperanza de encontrar más evidencias en la nueva pericia de los celulares.

Con toda esa prueba los fiscales decidirán si avanzan con quien parece ser el protagonista central de esta historia, el ex presidente Macri. Necesitan encontrar evidencia sólida, no solamente inferencias y deducciones. Un histórico jugador de Boca Juniors fue en los años 90 con su abogado a las oficinas de Socma, Sociedades Macri. El letrado recordó está semana que el jugador, antes de entrar al edificio, le dijo: «ojo con lo que hablás acá. Mauricio te filma y te graba en el ascensor y en el baño». A primera vista, parece una conducta ilegal que sigue y sigue. 

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