Alerta en el Gobierno por el nuevo pico en el AMBA
El Presidente quisiera ya dar vuelta la página y poner todo el empeño en preparar las 50 o 60 medidas que integrarán el paquete para la post pandemia, pero la realidad lo lleva de nuevo para atrás. Ayer hubo 6.127 casos en todo el país, de los cuales 4.300 fueron en la provincia de Buenos Aires y 1.267 en CABA. La anunciada reforma judicial ya pasó para la semana que viene y el paquete económico quedaría para la otra, luego de que se resuelva qué se hará respecto a la próxima etapa de la cuarentena, que vence el 2 de agosto. Como es habitual, resultará decisivo lo que digan los especialistas.
González García reconoció que, aunque había visto algunos síntomas que no le gustaban, esperaba mejores resultados respecto a la última fase del aislamiento estricto cuyo número de contagios se ven reflejados por estos días. «Evidentemente no tuvo el efecto de cuarentenas anteriores. Esto es porque no fue hecha de la manera correcta por todos los argentinos. Seguramente la mayoría lo hizo bien», concluyó.
El ministro llevó los últimos números al encuentro con el Presidente en Olivos. «No es dramático, está dentro de lo esperable», coincidieron. El índice que ven más alentador es el de la letalidad. Incluso, al subir mucho los contagios, el porcentaje de letalidad baja. Está en 1,6 por ciento cuando en países como Estados Unidos y Brasil se acerca al 5. Eso, subrayaban, es una clara muestra de que el sistema sanitario sigue respondiendo y puede dar atención a los pacientes de manera adecuada. De acuerdo a los números oficiales, la ocupación de camas en el AMBA se mantiene en el 64 por ciento, por lo que entienden que todavía hay margen.
Además de Gollán habló el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós. Un día después de que se resolviera la apertura de los comercios no esenciales en la Ciudad, el ministro centró sus preocupaciones en los «cruces sociales». Esto es, los encuentros familiares en lugares cerrados, que presentó como un gran foco de contagio. Alertó a la gente a no relajar los cuidados y avisó que la situación se mantendrá durante algunas semanas más.
De nuevo, desde la Provincia analizaron el panorama de manera más cruda. «Interpreto que si esto sigue a este nivel de crecimiento como estamos observando, de acá al 2 de agosto es muy probable, es altamente probable, modificar el status quo actual e ir a medidas que vuelvan a retrasar un poco la velocidad de los contagios», advirtió Gollán. Su viceministro, Nicolás Kreplak, comentó: «venimos planteando que la prioridad es mantener la mayor cantidad de argentinos y de bonaerenses con un sistema de salud que los pueda atender. Una de las herramientas que tenemos para que eso suceda es la cuarentena, que a veces hay que hacerla más laxa y a veces más estricta. Tenemos un sistema de salud como para seguir evaluando la situación, pero es probable que tengamos que volver a mayores restricciones, incluso en un tiempo más corto al que estaba previsto». Es decir, en la Provincia creen que si los casos siguen creciendo a este ritmo tal vez se debería cerrar antes del fin de semana que viene.
En la gestión bonaerense consideran que la cuarentena estricta consiguió frenar el ritmo de ascenso de los contagios y que ahora está sucediendo lo que hubiera ocurrido dos semanas atrás de no haber tomado esa medida. Que estos días sirvieron para sumar más camas y liberar algunas otras en el sistema sanitario provincial. Respecto a lo que ocurre con las camas en la Capital hay diferentes versiones. En el gobierno nacional le creen a los funcionarios porteños respecto al aceptable nivel de ocupación y aseguran que algunos dueños de clínicas buscaron hacer ruido respecto a una supuesta saturación del sistema privado. «La realidad no es así, los números no marcan eso. Buscan algunas noticias con impacto mediático», respondían cerca de Fernández.
Sin embargo, en la gestión de Axel Kicillof manejan su propio tablero de ocupación de camas en el AMBA y aseguraban que, efectivamente, hay sanatorios privados de Capital con el cupo completo y con una mayoría por encima del 80 por ciento de ocupación. Es uno de los índices que los hacían creer que se podía tomar una medida antes del fin de esta fase y criticaban que los funcionarios porteños dijeran que estábamos atravesando lo peor de la pandemia y que sólo duraría un par de semanas. «Hay una aceleración de la curva, es algo que un punto es geométrico. Si no hacés algo para que se desacelere, va a seguir creciendo. Decir otra cosa es dañino porque ofrece una esperanza que muy probablemente no sea real», concluían.