El presidente Alberto Fernández ideó un festejo del Día de la Independencia atípico, con los gobernadores convocados de manera virtual y con el acompañamiento en Olivos de los representantes de las cámaras empresariales, la Sociedad Rural y la CGT. «Fue una forma de mostrar el trabajo que venimos haciendo, que es dialogar con todos los sectores», explicaba uno de sus principales colaboradores. Esa imagen junto con el mensaje de unidad y contra los «odiadores seriales» terminó de redondear un perfecto contraste con lo que se vio horas después en el «banderazo» opositor. «El mensaje de Alberto Fernández resultó premonitorio: celebremos la diversidad, pero siempre en el marco del respeto y el cuidado», tuiteó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, luego de la agresión en el Obelisco a un móvil de C5N.

La semana pasada le llevaron a Fernández algunas propuestas sobre cómo realizar la celebración en el marco que permite la pandemia y se entusiasmó con la que se puso este jueves en escena. «Alberto es esto, la idea de unidad y de todos los sectores tirando para el mismo lado», comentaba uno de los encargados de organizar el acto. Por razones de espacio no entraron todos los que hubieran deseado -mencionaban, por ejemplo, a las cámaras pymes y a las organizaciones sociales- pero redondearon la imagen buscada. «En cierta manera fue una forma de promocionar lo que venimos haciendo desde el 11 de diciembre, que es hablar con todos, aún cuando a veces no pensemos lo mismo y se enojen con algunas medidas. Si no lo mostramos nosotros está claro que no lo ve nadie», agregaba.

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Estuvieron Miguel Acevedo y Carolina Castro por la UIA, el titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, el titular de la Cámara de Comercio, Eduardo Eurnekian, el de la Cámara de la Construcción, Néstor Szczech, de la Asociación de Bancos, Javier Bolsico, de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, y de la CGT, Héctor Daer. Antes y después del acto conversaron y tomaron chocolate con Fernández y los funcionarios que se acercaron a Olivos para participar del encuentro. 

El Presidente les habló de su optimismo respecto a la renegociación de la deuda pero, igual que el día anterior en la teleconferencia con los gobernadores, fue especialmente insistente en la necesidad de relanzar la economía en la post pandemia, que había que apuntar todos los cañones para ese lado. «Es verdad que estamos todo el día con eso, pero la post pandemia no va a llegar hasta que no termine la pandemia», ironizaba un funcionario que participó de las charlas en las que se agendaron varias reuniones para los próximos días. Los dirigentes que estuvieron en Olivos seguro formarán parte del meneado Consejo Económico y Social, la apuesta oficial para diagramar políticas de desarrollo. Pero el Consejo, todo indica, no nacerá hasta que se supere la emergencia sanitaria. 

El tuit de Cafiero sintetizó el pensamiento general del Gobierno unas horas más tarde, cuando veían por televisión lo que sucedía en el Obelisco y en otras partes del país. La imagen que había ofrecido el Presidente -supuestamente autoritario y prepotente- fue de unidad mientras que la marcha fogoneada por un sector de la oposición funcionó como perfecto opuesto. Para empezar, destacaban lo diverso de las respuestas de la gente respecto a porqué participaban de la convocatoria. «Repiten cosas como ‘justicia’ y ‘libertad’, que obviamente ya existen. Pero fuera de eso hay algunos que hablan contra la cuarentena, que dicen que el virus no existe, que tienen angustia, que no pueden trabajar. En verdad, lo que los unifica es que están en contra del gobierno», era el análisis que hacían en Olivos. La agresión al móvil terminó de definir el perfil de la convocatoria.

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De acuerdo a la mirada de Fernández y sus colaboradores, la aparición de Mauricio Macri hablando sobre un supuesto avance sobre las libertades individuales no fue premeditado respecto a la marcha, pero sí entienden que el ex presidente busca la representación de este sector. Ese liderazgo de Macri sobre la parte más ultra del electorado opositor, evaluaban, representa todo un dilema político para el ala dialoguista que se referencia en Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y quienes tienen responsabilidad de gestión, gobernadores e intendentes. «Es un problema para ellos. Ya tuvieron un cruce por la declaración por la muerte de Fabián Gutiérrez y eso va a seguir», entendían.

En Gobierno les habían alcanzado un informe, aclaraban que no lo habían pedido, respecto al movimento en las redes sociales antes de la marcha, que indicaba a las claras hacia dónde estaban dirigidas las simpatías de la protesta. Los mismos que fogoneaban el «banderazo» instalaron los hashtags «MacriPresidenteYa», «MacriVuelve», «MacriEsLíder» y «Libertad». Además, convirtieron en viral el video con la entrevista que le hizo Alvaro Vargas Llosa al ex presidente. Estas cuentas trolls también resaltaron el apoyo de la ex ministra Patricia Bullrich a la marcha mientras que atacaron al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, porque el Alberto Fernández lo llamó «mi amigo» durante el acto de la mañana. «El trollcenter volvió a funcionar a full», comentaban en el oficialismo.

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