Llegará al banquillo con prisión domiciliaria. El cura llegará a juicio por tres denuncias en su contra. La jueza Virginia Solórzano rechazó un pedido de oposición y nulidad planteado por la defensa.

La vocal 2 de la Sala 4 del Tribunal de Impugnación, Virginia Solórzano,rechazó el pedido de oposición y nulidad del requerimiento de elevación a juicio realizado por la defensa delcura Agustín Rosa Torino, acusado de abuso sexual. La jueza tampoco hizo lugar al pedido de sobreseimiento ni al de incompetencia. El sacerdote será juzgado en base a tres denuncias en su contra, dos fueron realizadas por exnovicios y la otra por la exmonja Valeria Zarzaquien la hizo pública.

El fiscal penal 2 de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Rodrigo González Miralpeix,había requerido al Tribunal de Impugnación el rechazo de los pedidos del abogado Humberto Cesar Oliver quien ejerce la defensa del sacerdote. Consideró las solicitudes de la defensa improcedentes y argumentó que no se vulneró ningún derecho ni las garantías reguladas por la Constitución Nacional y en los tratados que la complementan.

Rosa Torino está acusado de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración, agravado por ser el autor ministro de culto reconocido y por «abuso sexual simple agravado». Las víctimas son tres.

González Miralpeix entendió que los argumentos de la defensa constituyen «afirmaciones vacías de real sustrato fáctico y jurídico con el objetivo de sustraer al imputado de la obligación de asumir la responsabilidad en los hechos conformados y delineados».

En julio de 2019, las fiscalas penales de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Verónica Simesen de Bielke y Cecilia Flores Toranzos, reformularon el requerimiento de remisión de causa a juicio, en el marco de la causa contra Rosa Torino. La acusación llevó la firma del procurador general de la Provincia de Salta, Abel Cornejo, quien ratificó los fundamentos esgrimidos.

Esa reformulación fue hecha a partir de una resolución del 25 de junio de 2019 que surgió cuando el juez de la Sala 4 del Tribunal de Impugnación, Adolfo Figueroa, declaró nulo el requerimiento de la causa a juicio. Simesen de Bielke y Flores Toranzos dejaron constancia de que no comparten los fundamentos del vocal del Tribunal y precisaron, a través de 54 páginas, cómo se inició la causa; las declaraciones testimoniales de las víctimas y testigos; y las razones por las cuales se atribuyó al imputado la comisión de los hechos.

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Las fiscalas señalaron que entre los elementos probatorios contra Rosa Torino se encuentran los resultados de las inspecciones oculares realizadas sobre los inmuebles donde habrían ocurrido los hechos; con planimetría y tomas fotográficas; pericias sobre teléfonos celulares, un pendrive y DVD.

En el requerimiento a juicio se indica que Rosa Torino, valiéndose de su condición de “fundador y director” del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista,  desplegó «conductas deshonestas en menoscabo de la libertad sexual de las víctimas”.

Además en el requerimiento se sostiene que hubo una afectación a la dignidad humana de las víctimas, que produjo «sufrimientos y humillaciones tanto por la intensidad de su duración como por la repetición de tales conductas vejatorias que dejaron huellas indelebles en sus psiquis”.

Las fiscalas reconocieron que las víctimas tuvieron un «temor fundado» hasta llegar a la denuncia contra el cura porque «eran humilladas en público, gritadas o insultadas”.

Amenazas contra la exmonja 

El requerimiento hecho por las fiscalas, contiene distintas declaraciones de la sobreviviente Valeria Zarza quien expresó que radicó denuncia en contra de Rosa Torino, en razón de haber recibido amenazas coactivas, insultos y humillaciones, abusos de autoridad, calumnias y difamaciones hacia su persona.

“Por su machismo y desprecio hacia las mujeres y por abusos sexuales reiterados y manoseos libidinosos y ultrajantes hacia ella y hacia diversos hermanos de la comunidad; por haberlos mantenido dominados en todo espiritualmente, económicamente, con respecto a las demás personas que él consideraba que eran una amenaza para él y por el ofrecimiento de dádivas para evitar la presente denuncia”, precisa el requerimiento a juicio de las fiscalas.

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Zarza consideró esas amenazas cumplidas cuando fue acusada después por la sobrina del cura Josué Salas, miembro de la Congregación y amigo de Rosa Torino, de abuso sexual, el mismo delito que denunció haber sufrido. La exmonja llegó a juicio el año pasado, antes que Rosa Torino y resultó absuelta por el juez Javier Aranívar, y por pedido del fiscal Fedérico Obeid. El fiscal argumentó que durante el juicio oral no pudo llegar a una convicción plena sobre la culpabilidad de Zarza y solicitó la absolución por el beneficio de la duda.

«Probar inocencia o culpabilidad en un abuso sexual siempre es difícil. Son delitos tremendos donde generalmente no hay testigos. Eso es lo complicado. El fiscal hizo su deber. Pero quedaba más que claro que yo no tengo perfil psicológico de abusadora y que detrás de todo esto se encuentra alguien muy siniestro a quien no le importó someter a su sobrina a un juicio con tal de cumplir sus propios intereses», expresó Zarza cuando la absolvieron.

La ex religiosa acompañó a otras víctimas en el proceso de denuncia. Ella relató que se escapó de la Congregación en mayo del 2015 e hizo la denuncia canónica contra Rosa Torino.

«No fui la única que denunció. Hubo más de 30 denuncias canónicas. Se empezaron a escapar hermanos y a denunciar también. Ahí el Vaticano intervino la Congregación, separó al padre Agustín, a la hermana María Luz y al padre Josué pero eso no se respetó, ellos siguieron dando órdenes, molestando a los hermanos que se iban», explicó Zarza. Indicó que la Iglesia mantiene oculta la información sobre el proceso canónico contra estos curas. «Son personas peligrosas, manipuladoras y que van a seguir teniendo víctimas porque no es que ya se curaron se asustaron y nunca más lo van a hacer».

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Zarza relató que a ella la empezaron a aislar cuando habló con Rosa Torino sobre las manifestaciones de casos de abuso que le habían hecho otros integrantes de la Comunidad. Después la enviaron a México, y contó que allí en una de las visitas que hizo Rosa Torino, abusó de ella. Luego la regresaron a Argentina, donde la mantenían aislada y medicada. Entonces, decidió irse cuando se enteró que había otras mujeres en la misma condición, «lo más probable es que también hayan visto cosas o se hayan quejado de situaciones y las estaban volviendo locas prácticamente». «Yo sabía que si me seguía quedando no me iban a permitir ni siquiera hablar por teléfono», contó.

«Rosa Torino no está con arresto domiciliario, puede ir y venir por donde quiera. Salta está lleno de ex hermanos que lo ven constantemente por todos lados. Nadie lo controla. Ojalá que así como la Justicia fue tan pronta para conmigo lo sea para aquellas personas que realmente son delincuentes como los sacerdotes, que lo son más todavía porque ponen una fachada de gente buena, confiable. Uno cuando ve un sacerdote abre el corazón porque cree que viene un hombre de Dios y es la creencia que se nos va marcando desde chicos, lamentablemente», expresó Zarza el año pasado cuando permanecía la incertidumbre de si Rosa Torino sería juzgado.

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