Juan Sasturain

Juan Sasturain

Luego de cuatro años la editorial de la Biblioteca Nacional retoma sus publicaciones con el libro «Guardianes de Piatock: miradas sobre Alberto Szpunberg», que rescata la figura y la poesía del reconocido poeta, docente universitario y periodista a partir de un conjunto de poemas seleccionados y comentados por distintos referentes de la cultura, «voces que recogen el modo en que las palabras del poeta y su ética que alumbran los signos de una humanidad por venir».

El libro, surgido de una idea original de Judith Said, reúne testimonios de personas que estuvieron relacionadas con Szpunberg desde distintos aspectos de su vida literaria, cultural o política. La consigna fue que abordaran un poema del autor y escribieran sobre su poesía o los sentimientos y reflexiones que le despierta el texto.

Szpunberg (1940, Buenos Aires) fue profesor de Literatura Argentina y director de Literatura y Lenguas Clásicas en la Universidad de Buenos Aires y redactor del diario La Opinión. Fue cofundador de la Brigada Masetti, se exilió en El Masnou (Barcelona, España) en mayo de 1977. Obtuvo varios premios locales e internacionales por su obra poética, entre los que se destacan «Su fuego en la tibieza», «Apuntes» (1987), «La encendida calma» (2002), «Luces que a lo lejos» (2008), «El libro de Judith» (2008) y «Traslados» (2002)

Horacio González

Horacio González

El director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, Juan Sasturain, y el ensayista Horacio González -ex director y hoy a cargo del área de Publicaciones de la institución- cuentan cómo se realizó la publicación del libro.

– Télam: ¿Cómo fue la experiencia de dar a luz a «Guardianes de Piatock»?

Juan Sasturain: Cuando comenzamos nuestra gestión la Biblioteca Nacional Mariano Moreno se propuso recuperar uno de sus emprendimientos que había sido abandonado durante los últimos cuatro años: la editorial de la Biblioteca. Un trabajo de Sebastián Scolnik, coordinador del área de Publicaciones, con la edición de Horacio González que a lo largo de 10 años había publicado cuatrocientos títulos. Una obra notable de edición, la única realizada por el Estado desde el viejo proyecto de Eudeba.

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Pensamos que la Biblioteca tenía que volver a tener su editorial y hemos tenido la suerte de que el retorno de la editorial fuera con dos textos maravillosos: uno es un ejemplar de la revista de «La Biblioteca», una edición virtual de seiscientas páginas y el otro es este libro, «Los guardianes de Piatock: Miradas sobre Alberto Szpunberg».

Los encargados de realizar esta antología de Szpunberg y lecturas de esos poemas a lo largo de distintos compañeros han sido Judith Said, Lilian Garrido y Miguel Martínez Naón. Al gran trabajo de ellos de compilación se debe haber reunido a tanta gente valiosa y tantos hermosos poemas y, además, con las ilustraciones de la artista plástica Nora Patrich.

Horacio González: La publicación del poemario de Alberto Szpunberg en versión digital por la Biblioteca Nacional, tal como obligan estos tiempos desafiantes, reanima la causa del libro, de la lectura y de la poesía. Además, suscita la fuerza indescriptible de la melancolía, siempre imprevista y siempre audazmente presente en el poemario szpunberiano. Szpunberg hizo famosa, entre sus fieles, la Academia de Piatock, un personaje que hace de su locura narrativa una muestra majestuosa del cuento jasídico, cuyo secreto consiste en colocar en un lugar certero pero intrascendente la noción de absurdo.

T.: ¿Cómo puede leerse hoy en día a la figura y a la obra de Szpunberg?

HG: Szpunberg es amigo del transformismo mágico y bromístico. Su gran personaje y alter ego Piatok educa a través de la locura de pequeños personajes para tratar inocuas cuestiones personales. Piatock y sus compañeros son hombres de la Torá, y poseen el secreto de la poesía de Szpunberg, tal como un perfil se transforma en árbol, un árbol en pájaro, un pájaro en puño, en corazón o en libro.

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Todas las palabras del vocabulario de Szpunberg, vienen del gabinete alquímico de Piatock, el vidente, y también el hombre que parece trivial, pero en el que de repente se refugia el destino de la humanidad. Uno de los personajes de Piatock es Moisés el tartamudo. Es uno de los secretos de la poesía de Szpumberg: la sílaba como desarme del poema, donde cada intervalo entre sílabas dirige la frase hacia todo el universo. Las preocupaciones de Szpunberg sobre el destino humano se alojan en frágiles criaturas con sus tartamudeantes profecías. Provocan una risa tierna que nos conduce a comprender mejor las tragedias contemporáneas.

JS: Szpunberg, nacido en el 40, porteño, judío, profesor de letras, militante revolucionario, exiliado, publicó poesía y sigue publicando poesía a lo largo de casi 50 años. Pertenece a la generación de los poetas conversacionales, a los poetas que incorporaron el habla coloquial a la poesía argentina tan acartonada. Es de la generación del 60 junto con Juana Bignozzi, Eduardo Romano, Juan Gelman, con Luis Luchi (quien fue su amigazo) con Lamborghini incluso, también con Paco Urondo de rebote.

Tuve la suerte de leer la poesía de Alberto cuando yo tenía 19 o 20 años en esa primera mitad de los 60; y «Poemas de la mano mayor» (1962) y «El Che amor» (1965) me dieron vuelta la cabeza. Lo increíble de Szpunberg es que ha continuado siendo a lo largo de todas estas décadas un poeta consecuente hasta constituirse en una de las voces más verdadera, más genuinas y más poderosas -y más íntima al mismo tiempo- de la poesía argentina y de la poesía contemporánea en la lengua.

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En el año 2008 publicó probablemente el mejor de los libros de su segunda mitad de producción que se llamó «La Academia de Piatock», un libro a todas luces antológico. Y unos años después, en el 2013, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno se presentó un libro que se llama «Como sólo la muerte es pasajera», que es su antología, un libro grueso, en la cual se reúne prácticamente la totalidad de su poesía. Tuve la suerte de asistir a esa presentación en la que habló Horacio González y el mismo Alberto. Szpunberg entonces es un orgullo para todos nosotros: un poeta que leemos desde hace cincuenta años y sigue produciendo.

El prólogo de «Guardianes de Piatock: miradas sobre Alberto Szpunberg» pertenece a Horacio González y las palabras introductorias a Judith Said. Colaboran con sus escritos Carlos Aldazábal, Julián Axat, Roberto Baschetti, Emiliano Bustos, Graciela Daleo, Jorge Elbaum, Lilian Garrido, Alicia Genovese, Jonio González, Eduardo Jozami, Boris Katunaric, María Malusardi, Teresa Parodi, Eduardo Romano, Jorge Sarraute, Eugenia Straccali, César Stroscio, Susana Szwarc, Rafael Vásquez y el propio Juan Sasturain, entre otros, quien aclaró: «Me di el gusto de elegir el poema ‘La María’, uno de los primeros que leí en su primer libro del año 62 ‘Poemas de la mano mayor'»

El libro puede verse y descargarse desde la página web de la Biblioteca Nacional .Luego de la cuarentena saldrá la versión impresa.

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