El jefe del grupo de espías Super Mario Bros, Jorge «El Turco» Sáez, reveló que espiaron a Florencia Macri por órdenes directas de Mauricio, el ex presidente. El agente afirmó que les dijeron que había una causa de narcotráfico que involucraba a la pareja de Florencia, Salvador Pica, y que «Mauricio tenía miedo de que eso salpique a los Macri». Por esa razón, el director de Operaciones Especiales de la AFI, Alan Ruíz, contactó a un arquitecto, apodado Beto, que estaba haciendo refacciones en una casa de San Isidro situada enfrente de la de Florencia Macri. Allí concurrieron otros agentes, encabezados por Facundo Melo, que espiaron a la hermana del mandatario desde la obra en construcción. A estos agentes les dieron una versión distinta: que Pica tenía una causa por contrabando. En cualquier caso, las declaraciones de los espías son una evidencia del involucramiento de Mauricio Macri en el espionaje ilegal y de la utilización del aparato del Estado en conflictos o intereses familiares. Ya lo había hecho con otra hermana, la fallecida Sandra Macri.

— Bueno, y dígame, la operación que le hicieron a la hermana de Macri… –le preguntó al Turco Sáez un diputado, durante la reunión de la Comisión de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia.

— Sí, al cuñado –admitió Sáez–. Alan Ruíz me dijo que había que ir a ver a un tal Beto, que es arquitecto y que es un amigo que justo está edificando o remodelando una casa al lado, desde ahí ustedes van a poder sacar fotos.

— ¿Y era un seguimiento político como el (Emilio) Monzó o el de (Nicolás) Massot o había alguna orden judicial– preguntó un senador.

Mirá También:  La cárcel de Ezeiza, espiada con micrófonos

–Dijo que había una orden de narcotráfico y Macri tenía miedo que nos salpicara.

Los datos surgen de la declaración de Sáez este jueves en la comisión bicameral que preside el diputado Leopoldo Moreau, y que integran legisladores del oficialismo y la oposición. 

El Turco, ex integrante del Servicio Penitenciario y de la Policía de la Ciudad, era el virtual jefe del grupo irregular, ya que reclutó a casi todos los integrantes. Ninguno era un especialista en espionaje ni había pasado por la Escuela Nacional de Inteligencia: la mayoría eran ex policías o simplemente amigos y amigas de Sáez. Alquilaron un departamento en la calle Pilar, en Mataderos, y desde allí operaron contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Instituto Patria y numerosos políticos, incluyendo a miembros de Cambiemos, y hasta el obispo Jorge Lugones, amigo del Papa Francisco.

Pero la operación más llamativa, confesada por quien dio las instrucciones –Sáez– y por quién estuvo haciéndola en San Isidro –Facundo Melo– fue el espionaje a Florencia Macri.

En el PRO nadie tiene una explicación, pero sucumben ante los hechos objetivos:

* El grupo que espió fue armado durante el macrismo con gente propia. O sea, eran policías de la Ciudad llevados a la Agencia Federal de Inteligencia y puestos bajo la órbita de un dirigente del PRO, Alan Ruiz. No se trata de espías que ya estaban en la AFI desde antes.

* Los agentes que espiaban a Florencia Macri iban a Casa Rosada, como adelantó PáginaI12. Cerca del ex presidente niegan la importancia de esas visitas con el argumento de que la funcionaria que los recibía «Susana Martinengo es una rayada que hacía la suya». Pero a esto se agrega que también reportaban a Alex Campbell, funcionario de María Eugenia Vidal.

Mirá También:  Espionaje ilegal: lo que admitió Alan Ruiz, un hombre clave del caso

* La lógica es que un mandatario que quiere ayudar a su hermana menor le pone una custodia de primer nivel, además blanqueando la situación con ella, con un argumento como «te voy a hacer cuidar porque no quiero que te mezclen en nada». En cambio, la AFI mandó una especie de brigada irregular, ilegal, sacó fotos de manera clandestina y sin respaldo judicial alguno.

En el propio partido de Macri nadie tiene explicación de los motivos que pudieron llevar al ex presidente o a alguno de sus colaboradores más cercanos, como Gustavo Arribas, titular de la AFI, a ordenar o permitir el espionaje a Florencia. Está claro que Arribas, si dio la orden, no pudo haberlo hecho sin el visto bueno del ex presidente. Y si no dio la orden, parece imposible que un grupo operativo de policías de la Ciudad llevados a la AFI, se haya lanzado a espiar a la hermana presidencial y encima nadie en la central lo haya percibido.

La primera reacción –según parece– es negar todo. Mauricio Macri dice que es una gigantesca mentira, Arribas afirma lo mismo. Pero lo contundente es que las fotos están, los agentes reconocen lo que hicieron, son agentes nacidos y criados en el macrismo y la jefatura de todos ellos también estaba en manos del riñón del entonces presidente, incluyendo su amigo Arribas.

Como se sabe, Mauricio Macri estuvo imputado en su momento por espiar a su otra hermana, ya fallecida, Sandra. Lo salvó su padre, Franco, que se hizo cargo de la ilegalidad diciendo que él contrató una empresa privada de espionaje porque el marido de Sandra, Néstor Leonardo, la engañaba económica y sentimentalmente. En verdad, el protagonista central de aquel espionaje fue Ciro James, que realizó las escuchas telefónicas y tuvo enorme cantidad de llamadas con el jefe policial de confianza de Macri, Jorge «El Fino» Palacios. James cobraba como empleado de la Ciudad, en tiempos en que Macri era jefe de gobierno porteño.

Mirá También:  Espionaje ilegal: CFK va a los tribunales de Lomas de Zamora

Las hipótesis ahora podrían ser parecidas. O se espiaba a Florencia para ver con quién se reunía y si estaba haciendo alguna transacción relacionada con las sociedades familiares. O el espionaje era sobre su pareja, Salvador Pica, ya sea por operaciones económicas o temas personales de alguna índole. En cualquier caso, el título sería: Espiando a la hermana, segunda temporada. Es una serie en la que todavía hay mucho por develar. 

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *