Homenaje a quienes combaten el fuego y ahora al coronavirus. Además de los incendios, se ocupan de brindar ayuda en sus distritos para evitar los contagios. 

En una época en la que es fundamental el trabajo de concientización y de higiene en los barrios, los bomberos voluntarios cumplen una función vital, muchas veces no del todo visibilizada y que demanda una gran cuota de sacrificio, al tratarse de una profesión sin remuneración salarial.

En el Día Nacional del Bombero Voluntario, se habló con trabajadores de cuarteles de diferentes lugares sobre el trabajo que están llevando a cabo en esta cuarentena obligatoria por la pandemia del coronavirus y los cuidados que tomaron en los cuarteles para cumplir con el protocolo.

Javier Páez es jefe del cuartel de bomberos voluntarios del barrio porteño de Flores y trabaja con un cuerpo de 22 personas, en conjunto con la Parroquia Santa María del Pueblo, en seis comedores de la zona. «Trabajamos y repartimos los alimentos puerta a puerta en cada casa que lo necesita», explicó al respecto Páez, quien fundó hace dos años el cuartel de bomberos frente a la 1-11-14, para cumplir, según asegura «el sueño que tenía el papa Francisco» de que los bomberos pudieran trabajar en un lugar a donde «es muy difícil acceder».

El jefe del cuartel de Flores cuenta que, además, llevan adelante otras actividades, como «poner cloro en las casas donde viven los enfermos de coronavirus y extraer a los contagiados de sus viviendas«, además de ayudar también a mantener el centro donde se hacen los testeos limpio con un «cloreo profundo».

Los bomberos, siempre listos. 

«Cuando empezó todo pensé que no llegábamos a los 15 días, así que llamé a cada uno de los integrantes del cuerpo de bomberos y le dije lo difícil que iba a ser todo, para saber si podía contar con ellos, y se quedaron absolutamente todos«, subrayó Páez. La situación es algo diferente en los demás cuarteles, en donde las tareas que se llevan adelante en la ciudad dependen de la zona de cobertura y de las necesidades de la gente, pero no cambia el hecho de que los bomberos ayudan desde otro lugar a concientizar a la población sobre como cuidarse del virus.

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Walter Giordano es primer oficial del cuartel del barrio porteño de La Boca, cuya fundación data del año 1884, siendo el primero que funcionó en nuestro país compuesto en su totalidad por bomberos voluntarios, lo que lo convierte en un lugar emblemático para la historia de la ciudad de Buenos Aires.

Giordano contó que desde que comenzó la cuarentena obligatoria, además de llevar a cabo sus tareas habituales, arman videos en donde muestran cómo hacer «tareas de prevención a través de las redes sociales, como por ejemplo por directos de Instagram» y después los suben a YouTube «para que la gente los pueda ver en el momento que quiera».

Casco preparado para salir. 

El bombero lamentó el hecho de que este año no podrán realizar la habitual caravana con la gente del barrio a través de lugares emblemáticos como Caminito y con la repartición de «leche chocolatada para los chicos», por lo que tendrán que hacer el acto por Zoom, pero se esperanza con que lo podrán hacer «más adelante».

Las tareas de colaboración con la comunidad se replican a lo largo de los distritos del conurbano bonaerense y en el interior del país. Martín Ruiz Díaz Valdez es jefe del cuartel de bomberos número 36 de Berazategui, en el sur del Gran Buenos Aires, y explicó que desde que comenzó la pandemia colaboran con su municipio en tareas de desinfección en los barrios.

«Ayudamos con la sanitización en hospitales, cajeros automáticos, supermercados, farmacias, paradas de colectivos, en donde desinfectamos con una solución de cloro», subrayó Ruiz Díaz Valdez, quien agregó que este tipo de actividades es fundamental, porque le lleva «gran tranquilidad a la gente».

Los bomberos siempre tienen a mano los elementos para salir rápido.

En este sentido, el jefe de bomberos de Berazategui contó que también tuvieron que adaptar la forma en que funciona el cuartel, al afirmar que antes podía venir «todo el cuartel a trabajar y ahora pueden venir hasta cinco personas, para cumplir con el distanciamiento». Sin embargo, aclara que otros cinco bomberos deben estar a disposición «desde sus casas», por si la situación amerita una mayor dotación del cuerpo.

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En esta misma línea, el oficial inspector del cuartel número 6 de Lomas de Zamora Pablo Suburúa explicó que llevan adelante reuniones virtuales, en donde se dan capacitaciones tanto «a bomberos como a las empresas» y se «bajan protocolos» para esta época de pandemia por el coronavirus.

En algunos casos, los bomberos voluntarios también ayudan en tareas de control y asistencia, como en «el control de las filas de los bancos», contó el segundo subjefe del cuartel de bomberos de Paraná, Hernán Méndez. Vislumbrar qué sucederá más adelante con la pandemia es imposible de saber, pero de lo que no caben dudas es de que, a la hora de recordar quiénes fueron fundamentales para enfrentarla, los bomberos voluntarios deberán ser nombrados siempre.

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