La situación de los migrantes africanos en el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por la pandemia del coronavirus es crítica. La mayoría de ellos tenían trabajos en la economía informal, principalmente en la venta ambulante, y muuchos de ellos no pueden acceder a la ayuda del Estado por no tener documento. Tampoco tienen acceso al sistema de salud, y la situación habitacional es compleja al encontrarse bajo la constante amenaza del desalojo.»La pandemia nos dejó sin nada», sentenció en diálogo con Página/12 el senegalés Kadin “Bamba” Dione, representante de la Federación Argentina de Dahiras Mourides (FADM).

“Estábamos trabajando en las calles, en la venta ambulante, porque la mayoría, como no tiene documento, no puede ingresar en una fábrica, ni acceder a un trabajo formal. Ahora no tenemos fuente de ingreso, porque no podemos salir a trabajar”, explicó Dione y agregó: «Estamos pasando una situación muy complicada por la pandemia y necesitamos ayuda de alimentos porque no tenemos ni para eso». 

El migrante senegalés detalló: «El Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) era una opción, pero los que no tienen documento no pueden hacer el trámite para poder cobrarlo. En cuanto a los que sí tienen y pudieron anotarse, calculamos que menos del cinco por ciento pudieron cobrarlo. Los que tienen la Residencia Precaria tampoco pueden acceder”. 

La Residencia Precaria es el primer paso para obtener una Residencia Temporaria, la cual habilita a los migrantes para estudiar, trabajar y entrar o salir de Argentina por un período de dos años renovables. “La Precaria es un documento que nos dan desde la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE). Con ese documento podíamos ir a visitar a la familia a nuestro país y volver, pero ahora los de CONARE hicieron una Precaria y abajo pusieron que no se puede salir de Argentina. Eso es un problema porque muchos se fueron a Senegal antes de la pandemia y no pudieron regresar», indicó Dione. «Allá se les venció ese documento y no sabemos que pasará cuando vuelvan con su Precaria vencida”, dijo.

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Frente a esta situación distintas agrupaciones, como Migrantes por Migrantes, están ayudando a las comunidades africanas mediante el reparto de bolsones de comida y otras tareas de asistencia. Desde dicha agrupación indicaron que «estuvimos ayudando con la carga de más de mil personas al IFE, de las cuales aproximadamente un 90 por ciento quedó afuera. El problema es que muchos no tienen cuil, a pesar de que están hace más de cuatro años en el país esperando que les aprueben la solicitud de refugio».

En este contexto, el pasado miércoles la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que conduce Horacio Pietragalla Corti, realizó un conversatorio sobre el impacto de la pandemia en los migrantes africanos para tratar de abordar todas estas problemáticas. El encuentro virtual contó con la participación de más de 200 inscriptos y, además del Secretario, estuvieron presentes la subsecretaria de Promoción de Derechos Humanos, Natalia Barreiro y el director nacional de Pluralismo e Interculturalidad, Carlos Álvarez Nazareno. Pietragalla Corti indicó que “la asistencia de un Estado presente es urgente y para eso, estamos articulando la ayuda con organismos internacionales». Por su parte, Álvarez Nazareno subrayó que «sabemos de los problemas económicos y habitaciones que están atravesando y estamos articulando acciones con las dependencias provinciales para llevar la ayuda a todo el país”.

Los problemas habitacionales, explicó Dione, se centran en que «muchos propietarios nos están hostigando y queriendo echar y en muchos casos les dieron una fecha para que se vayan porque no están pudiendo pagar”. Pero además de eso y de la delicada situación económica de los migrantes, está la cuestión sanitaria. Según el migrante, aún no hay casos de covid entre los integrantes de su comunidad, pero si los hubiera más adelante no tendrían a dónde acudir. “Por suerte todavía no sé de nadie de nuestra comunidad que tenga síntomas de coronavirus. Pero si alguno va al médico porque le duele la panza o la cabeza les dicen: ‘no, no podemos atenderlos’. Si no tenés documento en el hospital no te atienden», explicó. El representante de la Federación detalló que «por ejemplo, un chico que estaba en el hospital Ramos Mejia tenía que ser operado por problemas cardíacos y no pudieron hacerlo porque no tenía documento. Es un problema grave porque los médicos no pueden tomar la responsabilidad de operarnos o intervenir en esos casos”.

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Finalmente, otra de las preocupaciones que manifestaron los migrantes africanos tiene que ver con un grupo de ellos que, debido a sus trabajos de vendedores ambulantes, migraron a la costa bonaerense para cubrir la temporada de verano y no pudieron volver a Capital Federal. «Allá está complicadísimo, no pueden hacer nada. Mientras intentan volver están tratando de buscar una manera de comer yendo a algún comedor comunitario, pero está muy difícil”, concluyó el senegalés.

Informe: Melisa Molina.

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