Por Emilia Racciatti y Milena Heinrich

 
Rodolfo Hamawi, Cynthia Edul y Gustavo Varela analizan cómo la virtualidad se ubica en el centro de la escena a la hora de pensar en consumos culturales en estos días de aislamiento: cuando las pantallas parecen ser un paso obligado, estos analistas señalan sin embargo que el alcance de estas formas de acceder a la cultura son un interrogante que aún no tiene respuesta.

Todas aquellas instituciones que no tenían un buen archivo digital, se las vieron difícil en este contexto

Cynthia Edul

 Edul piensa que entre las cosas que llegaron para quedarse con la virtualidad que supuso el aislamiento es la necesidad «de un buen soporte virtual, una buena difusión en redes y el archivo digitalizado. Todas aquellas instituciones que no tenían un buen archivo digital, se las vieron difícil en este contexto y eso se puede ver en las respuestas que dieron: son respuestas más débiles, más aleatorias, sin un eje narrativo claro».

También para Hamawi «el incremento de los consumos de pantalla se ha transformado, para buena parte de la población, en un recurso central para atravesar las horas de confinamiento. Películas, obras de teatro, recitales, exposiciones virtuales, música, libros o videojuegos, están más presentes que nunca en nuestros teléfonos, tabletas o computadoras», sin embargo «los efectos específicos sobre las formas de recepción cultural, la combinación de sobreoferta de contenidos digital y una mayor disposición temporal de las personas para acceder» será respuesta de «futuras investigaciones».

«¿Cuántos ampliarán su interés por nuevos géneros, hoy con mayor presencia en las pantallas, como el teatro, la danza o músicos y cineastas no consagrados? ¿Se consolidarán los consumos según las franjas etarias o el encierro posibilitará experiencias compartidas por distintas generaciones, por ejemplo los videojuegos? ¿Los mayores tiempos para la lectura digital, incentivarán el mayor consumo de libros?», se pregunta Hamawi, ex director nacional de Industrias Culturales.

Muchas instituciones, escuelas, universidades transformaron ese saber presencial en un saber virtual

Gustavo Varela

 Varela asegura que «hay prácticas que van a quedarse» como las vinculadas a la educación: «Muchas instituciones, escuelas, universidades transformaron ese saber presencial en un saber virtual con sus bemoles pero se va configurando, a pesar de que lo presencial tiene una condición distinta».

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En esa línea sostiene que «hay ciertas disciplinas en las universidades que pueden dictarse por internet y el uso de las prácticas propias de la virtualidad. No pasará con todas las materias. Seguramente habrá algunas que van a estar puestas en términos presenciales como requisito y aquellas que son como más lejanas irán a la virtualidad. En ese sentido, las universidades privadas ya está funcionando de esa manera y eso se va a propagar aún más».

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