La recreación de escenas románticas ha sido un tema muy socorrido por grandes pintores. Baste mencionar, hacia fines del siglo XIX y principios del XX, En el jardín, de Pierre-Auguste Renoir; Enamorado, de Marcus Stone, y Pigmalión y Galatea, de Jean-Léon Gérôme. 

Asimismo, En la cama, de Henri de Toulouse-Lautrec; El beso, de Gustav Klimt, y El cumpleaños, de Marc Chagall. Este último se autorretrató con la escritora Bella Rosenfeld, su esposa y musa a quien conoció en su natal Vítebsk (Bielorrusia) en 1909.

Marc y Bella se casaron en 1915, a pesar de que los padres de la joven no veían con buenos ojos su relación con el muy talentoso, pero también muy pobre, artista.

Una semanas antes de contraer nupcias, Chagall pintó El cumpleaños motivado por la visita de Bella en su lugar de trabajo para felicitarlo por el aniversario de su natalicio.

En Mi vida, su libro de memorias, el artista recuerda qué lo inspiró para crear esa obra: “Ella me traía al estudio, por la mañana y por la noche, pasteles caseros hechos con cariño pescado frito, leche hervida, telas de color e incluso tablas que me servían de caballete. 

Abría la ventana y junto con Bella entraban en mi cuadro azul de cielo, amor y flores. Vestida toda de blanco o de negro aparece desde hace ya tiempo en mis cuadros, como guía de mi arte”.

Por su parte, Bella Rosenfeld describió en su propio libro de memorias, Primer encuentro, su percepción acerca del cuadro del cual ella era musa y protagonista:

“Te abalanzas sobre el lienzo, que tiembla en tus manos, sumerges el pincel, aprietas el tubo de pintura […], me secuestras en una corriente de colores. Unidos, flotamos por la habitación, nos dirigimos hacia la ventana […]. Las paredes, decoradas con telas de colores, dan vueltas, tumbándonos.

Volamos hacia el exterior, por campos de flores, por encima de casas cerradas, de tejados, granjas e iglesias”.

Además de El cumpleaños, otros autorretratos donde aparecen los Marc Chagall desafiando a la gravedad son El paseo y Sobre la ciudad, ambos de 1918. A diferencia del primero, cuya escena tiene lugar en el interior de una casa, en los otros dos ocurre en exteriores que recrean Vítebsk.

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El cumpleaños de Marc Chagall.

Aparte, cabe precisar que en El paseo es Bella quien flota en el aire, mientras Marc, con los pies firmes en la tierra, la toma de la mano; y en Sobre la ciudad ambos vuelan unidos, plasmando en el lienzo su historia de amor incondicional.

El beso, de Gustav Klimt

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