El canciller Felipe Solá se sumó a la serie de ministro que estuvieron exponiendo ante las diferentes comisiones de la Cámara de Diputados a través de videoconferencias. El tema siempre es el mismo: el trabajo de sus carteras ante la pandemia del Covid-19. En este intercambio virtual ante la los diputados de la comisión de Relaciones Exteriores, tuvo como el eje la repatriación de argentinos y la situación de los que permanecen varados en el exterior. En ese sentido, el canciller afirmó que entre el 16 de marzo, el último día de vuelos regulares, hasta el 31 del mismo mes «regresaron al país 154 mil argentinos» tanto por vía aérea como terrestre. Solá estimó además que los varados en el extranjero «son aproximadamente unos 10 mil». Esta cifra la conforman turistas, trabajadores temporarios que perdieron sus puestos laborales por la pandemia, mochileros y también «los radicados en otros países que manifiestan sus deseos de regresar a la Argentina”. 

El costo de los operativos que coordinó la Cancillería también fue parte del diálogo con los diputados. El ministro afrmó que se destinaron 1.160.000 dólares para acordar con diferentes compañías aéreas un total de 12 vuelos para traer a los argentinos. También se dispusieron 342 mil dólares para asistir económicamente a unos 3.597 argentinos varados considerados “más vulnerables” y “en riesgo”.

Solá comenzó su exposición afirmando que la pandemia “ocupa el 90 por ciento de nuestro tiempo”, detalló que desde el 17 de marzo volvieron al país entre 60 y 70 mil personas y que “la Cancillería hizo un enorme esfuerzo por contener y humanizar la relación” con estos damnificados varados por el coronavirus. “Tengo alrededor de 50 contactos de personas que se comunican directamente conmigo”, argumentó el funcionario.

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Pero durante la ronda de preguntas, el tema recurrente fue la situación de los varados, donde los diputados de Juntos por el Cambio arriesgaron posibles soluciones y hasta reclamaron un “cronograma” para las repatriaciones y la rendición de cuentas sobre los gastos. Además de proponer acuerdos de ayuda financiera a los países del G20.

Fue entonces que Solá respondió con números y pasó a explicar las dificultades que exceden el trabajo de la Cancillería. Afirmó que 154 mil regresaron al país desde el 13 hasta el 31 de marzo; que más de 75 mil lo hicieron en forma terrestre desde distintas regiones de Brasil.

También afirmó que las repatriaciones se realizaban por tres vías: por las rutas comerciales que opera Aerolíneas Argentinas; las compañías internacionales que no cumplieron con sus pasajeros y con los que la Cancillería tuvo que discutir para lograr acuerdos; y compañías con participación estatal como Latam, que también incluyeron diálogos y “discusiones” con otros cancilleres para solucionar vuelos.

Tampoco faltaron conflictos con los propios. Solá mencionó las dificultades que generaron los cierres que impusieron a sus territorios las provincias de Mendoza y Jujuy, con pasos fronterizos con Chile y Bolivia, que luego lograron destrabarse y que permitió que ingresaran argentinos varados en esos países limítrofes.

El canciller Solá se preocupó en agradecer la colaboración del Ministerio de Defensa que aportó los vuelos de los Hércules C-130 para repatriar argentinos desde Perú, que estaban ubicados en ciudades donde no llega Aerolíneas Argentinas. También les anunció a los diputados la realización de vuelos militares a Guayaquil (Ecuador), hasta donde también viajarán Cascos Blancos para ayudar al Consulado ante la crítica situación que atraviesa ese país y organizar el regreso de compatriotas.

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Antes había detallado que la repatriación se había organizado, por decisión de los cónsules, a partir de las fechas de vuelos de regreso y la situación de vulnerabilidad física y económica de las personas. “Yo le otorgue la discrecionalidad a los cónsules para armar las listas, puede haber alguna injusticia pero yo no puedo armar desde un escritorio en el Ministerio, un archivo Exxel con un índice sobre vulnerabilidad”, explicó el canciller. Por otra parte, destacó “el trabajo y la disponibilidad de embajadores y cónsules”, aunque dijo que sobre la actuación de algunos otros prefirió guardarse la opinión “para más adelante”.

En su informe, Solá dijo que al «principio venían 40 o 50 vuelos y después se debió ajustar esa cantidad por los requerimientos dispuestos por el Ministerio de Salud» respecto a que solo podían llegar a Ezeiza 300 personas por día y otras 400 por vía terrestre. Sobre el cierre de la videoconferencia con los diputados, Solá anticipó que el Ministerio de Salud había aumentado a 400 el cupo de personas para la llegada diaria por Ezeiza, que centraliza el ingreso aéreo al país.

El canciller también dijo que estaba pautada para el fin de semana una reunión virtual con representantes de Brasil y Paraguay para analizar la situación de la represa Itaipú, por la preocupación que expresaron varios legisladores sobre la importante bajante del Río Paraná que dificulta el transporte fluvial de mercadería y otros bienes productivos.

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