Entre 1351 y 1353 Giovanni Bocaccio concibió una colección de 100 cuentos que un grupo de diez jóvenes se narraban mutuamente mientras estaban recluidos en una villa florentina para escapar de la peste negra que asolaba la ciudad. Desde entonces, o quizás desde los tiempos más remotos, la narración oral se ha visto como un refugio contra la muerte y la desolación y un modo de congregarse para escuchar noticias o volar con la imaginación.

No extraña entonces que en esta época de aislamiento social preventivo y obligatorio se hayan multiplicado los narradores que aprovechan la tecnología para compartir su arte y entretener a grandes y chicos en vivo o con videos grabados.

Cada medianoche, noche, a la hora de las brujas la narradora Belén Torras cuenta una historia para quien quiere escucharla en su página de Facebook. “Cuento porque contar es lo que soy, es lo que hago. La palabra es la expresion más democrática  e intento que sea la palabra poética quien nos ampare frente a éste nuevo paradigma donde nos sentimos indefensos. Convido lo que leí, lo que me gusta , lo que me interpela”, explica Torras, y se anima a parafrasear a a Liliana Bodoc: “Los relatos son el modo más humano del tiempo. Y solo narrando, de tarde en tarde, de boca en boca, nos hacemos eternos”.

Después de cada lectura su Facebook se llena de historias y comentarios como el de una ex alumna que llega desde Villa Mercedes en San Luis: “En esta situación me cuesta mucho conciliar el sueño por las noches, me despierto muchas veces y me levanto sin descansar realmente. Anoche me dormí escuchando a Belén Torras narrando cuentos y novelas. El mejor somnífero del mundo: cuando tenía mis ataques de pánico mi marido me preguntaba qué podía hacer por mí y yo le pedía que por favor me contara una historia, cualquiera, la que sea, y él sacaba argumentos vaya a saber de dónde y construía un relato. Para mí ese es el mejor ansiolítico, Un día a la vez».

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Desde Neuquén llega otra historia, la de Claudia Rivera que sale al jardín en las noches frías del Sur para tener mejor señal con el aparato. “Cuando estaba por empezar con mi ritual, escucho «veci, veci» Me asomo a la ventana y quien llamaba era el muchacho de al lado de casa – me dice -«disculpe, ¿hoy no cuenta la tipa? Pongalo más alto veci, así escuchamos acá». Yo le ofrecí la dirección de la página de Belén para sintonizar pero la  magia es escucharlo desde mi casa, es como estar todos juntos. Cuando Belén terminó de contar el pibe y su mujer aplaudieron y gritaron hasta mañana y se fueron adentro”.

También en Facebook, el Foro de Narración Oral Mayra Navarro creó el grupo Contar es compartir.  “Cada día una historia que los hará viajar sin moverse del sillón. Pretendemos encantar a los que se quedan en casa, con la magia de los cuentos”, prometen.
                 
Claudia Stella, Mariela de la Sota y muchas otras narradoras  en Argentina bajo el hashtag  #cuentosqueiluminan. “¡Como nos tenemos que quedar en casa les regalo un cuento! Sigan este #cuentosqueiluminan. Mucha gente linda está compartiendo historias. Las historias salvan y sostienen”, asegura Mónica Colomer.

              
El español Aldo Méndez cuenta por Facebook live a las 22 horas de España, 16 horas de Cuba, Miami y Puerto Rico; 17 horas de Chile y Argentina.

Desde Huesca Lou de Lourdes cuenta cuentos para niños en su perfil de Facebook y de Youtube. “Se me ha ocurrido contaros cada día un cuento para llevar mejor nuestro aislamiento, un cuento que podéis ver cuando queráis y compartir con quien queráis. No sé cuándo volveré a contar en público… algo es algo”, se consuela.

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Aunque no sea narrador sino abogado y escritor por vocación, también en su perfil en Facebook Carlos Nahas narra algunas de sus producciones para quien quiera oirlo.

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