Cristina Iglesias y Ada fueron halladas enterradas en el fondo de su casa luego de que el novio confesara que las mujeres fueron degolladas por dos sujetos que lo amenazaron para que no contara nada

La mujer y su hija, de 7 años, que se encontraban desaparecidas desde el pasado miércoles fueron halladas muertas, enterradas en el fondo de su casa, en la localidad de Monte Chingolo. El doble crimen pudo ser descubierto tras la detención del novio de Cristina Iglesias (de 40 años), quien confesó que dos sujetos habían degollado a ella y a la nena, pero que lo tenían amenazado para que no contara nada. Con estos dos femicidios ya son nueve los ocurridos desde que se implementó la cuarentena, en un contexto donde se advirtió que esta situación pone en riesgo a muchas víctimas de violencia de género.

La «versión» que permitió encontrar los cuerpos en la vivienda de la calle Domingo Purita al 400 de Monte Chingolo fue brindada por Abel Romero (de 25 años), novio de Iglesias, al que lograron aprehender en la noche del viernes en la localidad de Rafael Calzada. Si bien se indicó que fue demorado en un control por violación de la cuarentena y al ser identificado como el sospechoso de las desapariciones de madre e hija, ahora se supo que los investigadores lo «engañaron», al pactar una cita con una presunta mujer, que lo contactó vía Facebook y al presentarse en el lugar indicado, pudieron capturarlo, a pesar de su resistencia.

Tras quedar detenido, el fiscal Jorge Grieco, titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nro. 2 Descentralizada de Lanús y a cargo de la causa, dispuso que Romero preste declaración indagatoria, en la que, en una primera instancia, ofreció pocos datos. Al mismo tiempo, se conoció que la vivienda de las víctimas, a pesar de ser encontrada toda revuelta, había sido baldeada, aunque quedaron rastros de sangre en el patio, en una habitación y signos de haber arrastrado un cuerpo.

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«Romero dio dos versiones distintas ante la Policía, pero que no tienen validez legal. En una de ellas dijo que ellas estuvieron con él hasta el jueves cuando se fueron en un auto con un ‘conocido’ de su novia, al que no pudo identificar», dijo uno de los investigadores del caso, pero, más tarde, confesó que «ambas habían sido degolladas y enterradas en el fondo de la casa», aunque atribuyendo el doble homicidio a «otros tres sujetos, que le dijeron que si hablaba lo iban a matar», en un intento de «despegar» de los asesinatos de su novia e hija, la pequeña Ada, de tan solo 7 años.

Además, antes de quedar alojado en un calabozo de la comisaría 6ta. de Lanús, este joven refirió que los criminales lo obligaron «a limpiar todo» y que a cambio «le perdonaban la vida», como así también que si mantenía silencio «no le pasaría nada».

Otro indicio que llevó a sospechar sobre su participación fue que en la pieza que alquilaba en otro lugar del barrio de Monte Chingolo, se hallaron los documentos y las llaves de Cristina Iglesias. «A los policías les dijo que tenía su DNI porque él le cobraba un plan que la mujer tenía, pero confirmamos que ella no tenía ese beneficio», se supo.

Además, los investigadores se entrevistaron con conocidos de Abel Romero y aseguraron que el jueves lo vieron «nervioso» y que luego «desapareció de las redes sociales», en las que solía participar mucho, pero habría sido «una cita en Facebook, la que lo hizo caer y a partir de allí, se pudo ir avanzando en el esclarecimiento de lo ocurrido».

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A partir del cúmulo de pruebas en su contra, ahora el fiscal Grieco modificará la carátula de la causa hacia «doble homicidio agravado».

La búsqueda se inició a partir de una denuncia radicada en la comisaría 6ta. de Lanús por familiares de Cristina Iglesias, quien fue vista por última vez junto a su pequeña hija Ada el miércoles por la noche en su domicilio.

El personal policial concurrió a la casa de la mujer, comprobando que había un gran desorden en el interior y si bien los peritos luego hallaron signos de un posible hecho de sangre en ese lugar, no sospecharon que madre e hija podrían estar enterrados en el fondo de la vivienda.

Fernando Iglesias, hermano y tío de las víctimas, quien es entrenador de handball del Club Atlético Vélez Sársfield, aseguró que hacía poco tiempo que ella estaba en pareja con este joven, por lo que no sabía si había problemas en la relación o si era violento, ya que no lo conoció. De todas maneras, al ser identificado se sabía que Romero tenía antecedentes de violencia de género con otra pareja anterior, pero su actual novia no lo había denunciado.

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