El presidente electo de Uruguay, Luis Lacalle Pou, dio órdenes de no invitar a su toma de posesión, prevista para el 1 de marzo en Montevideo, a representantes de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, según informaron este miércoles al diario local El Observador fuentes cercanas al flamante jefe de Estado.

De acuerdo con el rotativo uruguayo, se trata de una decisión personal de Lacalle Pou que tendrán que ejecutar el Gobierno saliente de Tabaré Vázquez y el entrante, que organizan conjuntamente la investidura presidencial.

El que será el nuevo ministro de Exteriores, Ernesto Talvi, ya adelantó que estas invitaciones se cursarían o no conforme al primer artículo de la Carta Democrática Interamericana, según la cual “los pueblos de América Latina tienen derecho a la democracia”.

Talvi también anticipó que el nuevo Gobierno reconocerá como “presidente legítimo” de Venezuela a Juan Guaidó en el marco del pulso que mantiene el líder opositor con el dictador Nicolás Maduro por ser reconocidos como tal.

No obstante, el gobierno electo también tiene resuelto no aceptar a un eventual embajador nombrado por Guaidó, como sí lo hicieron otros países de la región.

Uruguay ha sido uno de los pocos países de la región, junto a México, que ha optado por mantener una posición neutral ante la crisis venezolana. Ambos países propusieron un nuevo diálogo que aún no ha fructificado.

El Observador detalló que, en el caso de Bolivia, Lacalle Pou aún sopesa si enviar invitación. La nación andina está sumida en una crisis política por las “irregularidades” detectadas en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, que propiciaron la dimisión de Evo Morales, sustituido por Jeanine Áñez.

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En cuanto a otros invitados, ya está confirmada la presencia de los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Chile, Sebastián Piñera; y Brasil, Jair Bolsonaro, con quien Lacalle Pou podría mantener una reunión bilateral el mismo 1 de marzo, señala el medio local.

Lacalle Pou, por su parte, anunció la predisposición de su flamante gobierno para recibir ciudadanos que están siendo “expulsados” por sus naciones: “Yo creo que (Uruguay) tiene una divina oportunidad para radicar familias. Uruguay siempre ha sido un país de brazos abiertos para países que están expulsando a su gente, básicamente venezolanos, cubanos y de otros lugares de América Latina”.

El cambio de bandera política, tras 15 años de gobiernos de izquierda en Uruguay, no significará un cierre de puertas para los migrantes, según adelantó el líder del Partido Nacional.

Con información de Europa Press

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