Tiemblan los productores agropecuarios cada vez que se menciona la palabra intervención. Es muy amargo el gusto que quedó tras el toqueteo de los mercados de granos y carnes durante el último gobierno kirchnerista, que dejó entre otros saldos una reducción histórica de la superficie dedicada al cultivo de trigo.

Por eso, cuando hace pocos días la Secretaria de Comercio Interior, Paula Español, dijo que analizaba intervenir en el mercado de trigo para contener el precio local del pan, fueron muchos los que pusieron el grito en el cielo. Y los argumentos en contra de esa remanida idea no tardaron en llegar.

Uno de los más contundentes fue el que mostró el productor y ex secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, con una sencilla ecuación. En setiembre del año pasado por una tonelada de trigo (Precio Pizarra 25/9/19) se pagó 12.200 pesos, lo que implicaría (si el precio del pan acompaña directamente los aumentos del trigo) al estar hoy a 12.000 pesos la tonelada de trigo, una merma del 1,7 por ciento, mientras que el pan subió un 18 por ciento”, detalló Roulet en un documento titulado “La culpa no es del trigo”.

Roulet, además explicó cuál es la incidencia del trigo en el valor de la harina, y a su vez qué peso tiene la harina en el valor del trigo. “Un kilo de trigo produce 0,760 kilos de harina y el resto (pellets de trigo) se vende para alimentación animal. Para hacer un kilo de pan se necesita 0,75 kilos de harina. Por lo tanto, con lo que produce de harina un kilogramo de trigo, se elabora prácticamente un kilogramo de pan”, indicó.

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Actualmente, por el trigo le pagan al productor 12 pesos por kilo. Mientras tanto, respecto al pan, si bien el precio propuesto por la Federación Argentina de la Industria de Pan y Afines (Faipa) es de 100 pesos por kilo, en los comercios oscila entre los 100 y 130 pesos, lo cual indica que hoy el trigo representa entre el 10 y el 12 por ciento del valor del pan. “El resto -dice Roulet- son otros componentes como el gas, electricidad, mano de obra, levadura, etc., que no tiene nada que ver con la materia prima”.

Pero para comprender un poco mejor este fenómeno vale la pena posar la lupa sobre cada etapa del circuito que va desde el campo hasta la panadería, lo cual explicará cómo se forma la dinámica inflacionaria.

En su informe, el ingeniero afirma que en base a la incidencia del trigo en la producción de harina podemos calcular cuánto debería aumentar la harina por el incremento de precio que tuvo el cereal en el último mes. “Por la incidencia que tiene el trigo en la producción de harina y por el mayor precio del mismo desde el 7 de enero de 2020 hasta la actualidad, el aumento del precio del kilogramo de harina tendría que ser de 1,1 pesos por kilo, y no de 4 pesos por kilo como efectivamente fue”. Es decir que si fuese por el trigo, el kilo de harina debería valer hoy 27,1 pesos, no 30 como vale según Faipa. El aumento mensual sería del 4,3 por ciento, pero fue del 15 por ciento.

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Roulet profundiza en el asunto y asegura que si la harina llegara al panadero con ese 4,3 por ciento de aumento a causa de pagar más por la tonelada de trigo, el aumento en el precio del pan debería ser de apenas el 0,8 por ciento.

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