Pasó la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) por la Argentina y concluyó que la deuda del país en insostenible por lo que advirtió que un recorte será ineludible en la propuesta a los acreedores privados que el Gobierno planea realizar en 31 de marzo. Y si bien el gobierno de Alberto Fernández tomó con optimismo las declaraciones del organismo de crédito internacional que conduce la búlgara Kristalina Georgieva, el mercado respondió según sus propia lógica por lo que los bonos soberanos argentinos registraron caídas de entre 1% y 2,5% mientras que el riesgo país salta (a las 18 horas) casi 100 puntos a 2.108 unidades.

Argentina realizará una “reestructuración profunda” de su deuda y esto generará “frustración” en los acreedores, dijo la semana anterior el ministro de Economía, Martín Guzmán, al tiempo que rechazó políticas de ajuste fiscal en momentos en que el país se encuentra en recesión.

Para Ariel Guzmán, analista de Rava Bursátil, el comunicado del Fondo impactó negativamente en los precios de los bonos soberanos en dólares, los cuales experimentaron retrocesos de entre 1% y 2,5% en ambas monedas de cotización, pesos y dólares. “A pesar de todo lo sucedido, el Riesgo País solo subió 55 puntos y concluyó en 2108, valor de fines de enero”, detalló.

En ese sentido, el jefe de operaciones de Silver Cloud Advisors en Buenos Aires, Mariano Marcó del Pont dijo que “las expectativas no son buenas”, al tiempo que agregó que “hasta que Argentina presente un plan o programa real que explique cómo van a hacer crecer la economía y reducir el déficit fiscal, no pasará nada y seguirá la incertidumbre”.

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En ese sentido, el economista Gustavo Ber le dijo a Infobae que “el duro comunicado del FMI, el cual avalaría mayores quitas a bonistas, tuvo una negativa respuesta que se vio reflejada especialmente entre los bonos”.

Para el titular del Estudio Ber, el comunicado del FMI despierta preocupaciones entre los inversores ya que estaría validando un proceso de reestructuración de la deuda con mayores quitas para los bonistas.

“Dicha postura, más allá del positivo respaldo que representa el apoyo del organismo internacional, elevaría el riesgo de la reestructuración ya que los acreedores podrían no aceptar condiciones más duras, y así se podría eventualmente transitar hacia una compleja y prolongada negociación, que incluso podría finalizar de no llegar a un acuerdo en un “hard default”, advirtió.

Y añadió que la reestructuración está descontada por parte de los inversores, ya que reconocen que es necesaria para el país, aunque los las condiciones del canje definirán las probabilidades de éxito de dicha compleja operación.

“Se espera con ansiedad conocer la oferta a los bonistas, además de un programa económico que le otorgue capacidad de pago a dicha propuesta a futuro”, consideró.

A su turno, el economista Iván Carrino, aseguró que lo que hizo el FMI fue “simplemente describir lo obvio”. “¿Por qué lo obvio? Porque una cosa es una deuda con riesgo país de 900 puntos básicos, otra de 300 puntos básicos y otra una deuda con 2000 puntos de riesgo país. En el último caso, el superávit primario que necesitaría Argentina para estabilizar su deuda es 5 puntos del PBI. Es decir que Argentina debería hacer un ajuste de cinco puntos del PBI para estabilizar el ratio de deuda”.

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Para el titular de Carrino y Asociados, “con estos niveles de riesgo país, la deuda no es sostenible”. En tanto, alertó que si Argentina no tiene crédito, la deuda no es sostenible. “Si tenés que pagar la deuda tenés que hacer un ajuste duro en tu gasto si no conseguís la plata”, insistió.

Por último, afirmó que todavía hay mucha expectativa alrededor de cuánto va a ser la quita, si del 20%, el 30% o el 50 por ciento. «Si el Gobierno se va de mambo con la quita que quiere conseguir, vamos a ir a juicio y Argentina entrará en default”, aseguró.

Hoy el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, dijo que un default de la deuda soberana es “posible”, aunque poco probable, señaló, en el marco de las negociaciones que encara el Gobierno argentino con los bonistas, con una fecha límite tentativa para el 31 de marzo próximo.

“Es posible, yo le adjudico pocas probabilidades, pero es posible. Estamos en una negociación, el Gobierno va a hacer una oferta, y esa oferta puede ser aceptada o rechazada. Lo que sí, el Gobierno no va aceptar ningún tipo de propuesta que no sea sustentable en el corto y en el largo plazo”, dijo el titular de la autoridad monetaria.

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