Este miércoles, los Tigres de la UANL visitan al Alianza de El Salvador para enfrentarse en el partido de ida de los octavos de final de La Liga de Campeones de Concacaf, mejor conocida como “Concachampions”. Aunque hay una hegemonía de los clubes mexicanos en esta competencia, los felinos tendrán una dura prueba en una de las canchas más difíciles de centroamérica: el Estadio Cuscatlán.

Este inmueble, que también es conocido como el Coloso de Monserrat, está ubicado en la ciudad de San Salvador, El Salvador. Además, puede albergar más de 53,000 espectadores y es uno de los estadios con mayor capacidad de hinchas de Centroamérica y el Caribe.

Este gran estadio, donde también juega la selección salvadoreña, tiene un apodo que es digno de lo que sucede cuando rueda el balón: “El infierno”. Esto porque la afición de este país sudamericano le pone las cosas difíciles a los equipos visitantes, en especial a la selección mexicana.

En cada ronda eliminatoria mundialista, el combinado azteca sufre cada que visita esta plaza. Algunas de las agresiones que sufren los seleccionados cada cuatro años son: lances de piedras y huevos al camión donde viajan, “serenatas” en las madrugadas, el abucheo al Himno Nacional Mexicano y una loza de cánticos durante los 90 minutos.

Esto ha provocado resultados adversos para el Tri en la eliminatorias. El partido más recordado por los salvadoreños fue en un domingo 4 de abril de 1993, fecha en la que México perdió por primera vez en la eliminatoria contra “La Selecta”.

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Al final del partido, los centroamericanos vencieron 2-1 al tricolor con tantos de Carlos Castro Borja de penal y otro de William Renderos Iraheta. Tras la victoria, la afición cuscatleca entonó un famoso cántico que hasta la fecha sigue repitiendo: ”Al mundial no vamos, pero a México le ganamos”.

“En la derrota de 1993, cuando llegamos al aeropuerto hubo un ambiente hostil. En el hotel, por la noche, no nos dejaron dormir porque nos trajeron serenata. Ya en el partido, que fue a mediodía, estaba la cancha pesada, con el pasto crecido y cuando tocaron el himno nacional, no lo respetaron”, comentó el ex seleccionado mexicano Miguel España a El Financiero.

Otra anécdota es en 2009. La selección de Javier Aguirre sufrió un martirio desde que llegó al país centroamericano. Con el contexto de la influenza AH1N1 que azotó tierras aztecas, los locales aprovecharon para burlarse “virus mexicano”.

Fue tanto el hostigamiento, que el Vasco salió a dar una conferencia de prensa con un cubrebocas. No por salud o prevenir un contagio, sino que fue por protesta para calmar a los medios locales de hostilizar el ambiente.

Al final, la selección volvió a perder, de nuevo con un marcado de dos goles contra uno. Julio Martínez abrió la cuenta a los 11’, Cuauhtémoc Blanco empató a los 69, pero a los 85 minutos Eliseo Quintanilla anotó el gol del triunfo de “La Selecta”.

Ahora, el cuadro de Ricardo “Tuca” Ferretti tendrá que superar los fantasmas que acechan a los mexicanos este miércoles, acompañado de la gran figura felina y máximo goleador del club, el francés André-Pierre Gignac.

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En cuanto al Alianza, esta es la cuarta participación de los centroamericanos en el torneo internacional. En la edición pasada, se enfrentó contra otro equipo regiomontano en los octavos de final: Rayados de Monterrey. En el Cuscatlán empataron a cero goles, pero en la vuelta se impuso “La Pandilla” con un gol de Nico Sánchez al 86’.

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