El ministro de Economía, Martín Guzmán, jugará en Arabia Saudita dos partidas en forma simultánea este fin de semana.

Guzmán viajó a la Cumbre de Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales del G20, que se desarrollará en Riad, Arabia Saudita, para debatir el estado de la economía global.

Una de las partidas consistirá en renegociar la deuda del Club de París y la otra seguir avanzando en un entendimiento para negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por la primera, se reunirá con el ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, quien coordina este club de acreedores oficiales. Al funcionario le propondrá reducir a cerca de la mitad el interés anual del 9% que debe pagar el país tras el acuerdo firmado por el ex ministro de Economía Axel Kicillof.

A diferencia de la mayoría de los acuerdos firmados con el Club, que contienen una quita en la deuda, el gobierno de Cristina Kirchner optó por no pedirla para no involucrar al FMI en la negociación por la manipulación de las estadísticas públicas.

Ahora, Guzmán intentará reducir la tasa prevista en dicho acuerdo, en una de las reuniones bilaterales que mantendrá al margen del plenario de ministros.

Las otras dos reuniones clave serán con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin, y la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva.

Con ambos (y también con Le Maire) avanzará en el diálogo para cerrar un acuerdo de postergación de la deuda de 44 mil millones de dólares que el país mantiene con el Fondo por el préstamo que tomó el gobierno de Mauricio Macri.

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Tras la misión que pasó por Buenos Aires esta semana, Guzmán y Georgieva intentarán definir los siguientes pasos para pasar del diálogo a la negociación de un acuerdo, cuyo formato todavía no se planteó. Lo que quedó claro en estas conversaciones es que no habrá quita en esa deuda, pese al planteo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, ni el capital, ni en los intereses.

A diferencia de la negociación con los bonistas, en el caso del Fondo no hay un plazo tan perentorio.

De hecho, en el Gobierno creen que primero se cerrará el acuerdo con los bonistas y luego con el organismo multilateral. “Falta bastante”, dijo una importante fuente oficial a Infobae.

En Buenos Aires, los técnicos liderados por Julie Kozack se focalizaron en analizar las proyecciones oficiales en materia macro y de la sustentabilidad de la deuda y, antes de regresar a Washington, emitieron un comunicado que fue muy cuestionado por ejecutivos de Wall Street por pedirle a los acreedores privados que aceptaran una fuerte quita. Sin embargo, no hubo una precisión por parte del Fondo acerca del monto de ese recorte.

En el Gobierno también aclaran que todavía no definieron esa quita, por el atraso del proceso de renegociación por parte del Ministerio de Economía.

Para acelerar los tiempos, se espera que en las próximas semanas llegue un grupo de presidentes de fondos de inversión que tiene cerca del 35% de los bonos que el país debe renegociar. Entre ellos, Fidelity, Templeton y Blackrock.

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Los recibirán, entre otros, Guzmán y el presidente de la cámara de Diputados, Sergio Massa, quien, como jefe de gabinete, cumplió un rol importante para tratar de que la Argentina saliera del default. Antes de que el ex presidente Néstor Kirchner lo bloqueara, llegó a tener un diálogo directo con los acreedores más intransigentes en Buenos Aires, a quienes les ofreció un acuerdo con un importante descuento en el monto de su reclamo a cambio de que desistieran de sus juicios.

El resto de la historia es conocida: luego de la renuncia de Massa el diálogo se rompió, Kicillof se convirtió en ministro y en 2014 el país volvió a caer en default.

Ahora, Guzmán habla con los acreedores y, al mismo tiempo, consulta al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta sobre los límites de la negociación. En el Gobierno no creen que la ex presidenta se niegue a un acuerdo, más allá de su retórica beligerante. La continuidad del proyecto político depende de que la economía mejore y esto, a su vez, se basa en una rápida y exitosa resolución de la cuestión de la deuda.

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