China aplazó este lunes la sesión anual de su Parlamento a causa de la epidemia de coronavirus. La decisión constituye una perturbación muy inusual en la mecánica bien engrasada del régimen comunista, que no anunció una nueva fecha para la celebración del evento.

La sesión plenaria de la Asamblea Nacional Popular (ANP) debía empezar, como cada año, el 5 de marzo. La tradicional cita sirve para hacer gala de la unidad del país, con el apoyo de enormes banderas rojas y votaciones que suelen cerrarse con casi completa unanimidad. El evento también tiene como objetivo representar la estabilidad del régimen, que el año pasado cumplió 70 años.

Pero la aparición del nuevo coronavirus, que ya causó la muerte a más de 2.500 personas y contagió a unas 77.000, alteró el calendario. Reunir a 3.000 diputados en el Palacio del Pueblo de Beijing fue considerado inviable, teniendo en cuenta que hay regiones enteras en cuarentena y gran parte de los ciudadanos están enclaustrados en sus casas debido a las estrictas medidas impuestas por el partido.

El aplazamiento es “necesario” si se pretende que “la atención se concentre en la prevención y el control de la epidemia”, defendió la semana pasada un alto responsable del Parlamento, Zang Tiewei.

La capital, además, decretó una cuarentena de 14 días para cualquier persona que haya estado en otra región del país.

El objetivo de crecimiento, en suspenso

“¿Cómo se podía presentar el mensaje forzosamente optimista […] sobre el progreso y los logros del país en medio de una incertidumbre así?”, declaró a la AFP. Al postergar la sesión, el gobierno puede explicar que “dedica todos sus esfuerzos a la lucha contra el virus y no tiene tiempo de organizar la reunión, de momento”, agregó.

Aunque las grandes decisiones sometidas a la ANP ya las haya tomado el Partido Comunista Chino (PCC) en el poder, la sesión anual da lugar a algunos anuncios tradicionales, como el objetivo de crecimiento económico para el año en curso.

El primer ministro, Li Keqiang, anunció el año pasado, en la apertura de la sesión, un crecimiento de entre el 6 y el 6,5% del PIB para 2019. La cifra definitiva fue del 6,1%.

Con la economía en pleno declive desde hace un mes a causa de la epidemia, la cifra de 2020 podría ser netamente más baja. El sábado, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó que las últimas estimaciones de la institución preveían una tasa de crecimiento del 5,6% para China en 2020, 0,4 puntos porcentuales menos que en las estimaciones de enero.

Al mismo tiempo, la aprensión a nivel global por la expansión de la enfermedad se intensificó drásticamente con la aparición de focos relevantes por fuera de China: en concreto, en Corea del Sur e Italia. Para el lunes se habían producido siete muertes y más de 200 contagios en el país europeo, lo que llevó a que varias zonas del norte, las más cercanas al brote, prácticamente agotaran los jabones desinfectantes y las mascarillas.

Mirá También:  De la desconfianza a una relación privilegiada

Los medios de comunicación italianos se hacen eco hoy del vaciamiento a los supermercados debido a la histeria colectiva por la difusión del coronavirus, a pesar de que no existe ningún tipo de restricción de apertura de los comercios, ni problemas en el aprovisionamiento, como recordó anoche el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte.

Entre las medidas extraordinarias que se han tomado para limitar la difusión en las cuatro regiones que presentan casos se han cerrado los colegios y universidades, los museos, cines y discotecas, y se han cancelado todos los eventos públicos.

Se cree que el “paciente 1” en Lombardía es un hombre de 38 años, Mattia, investigador de la multinacional estadounidense Unilever, con sede en Codogno y Casalpusterlengo, donde 120 de los 160 empleados han sido sometidos a pruebas.

En Corea del Sur, en tanto, se confirmaron más de 800 casos. Cerca de 300 de ellos conciernen a la secta cristiana Shincheonji.

A niveles generales, el jefe de la Organización Mundial de la Salud advirtió este lunes que el mundo debería trabajar más duro para contener la propagación del nuevo y mortal coronavirus, y debería prepararse para una “potencial pandemia”.

Tedros Adhanom Ghebreyesus dijo que hasta ahora la OMS no considera el brote como una pandemia, pero dijo que los países deberían “hacer todo lo posible para prepararse para una potencial pandemia”.

(Con información de AFP)

Deja un comentario

You May Also Like

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *