Recayeron en el entonces titular de la comisaría 1ª y otros cinco efectivos que prestaban servicio en esa dependencia. Fueron hallados culpables de las muertes de siete reclusos, tras un incendio
Con penas de entre 15 y 6 años, un jefe policial y otros cinco oficiales resultaron condenados -al ser hallados culpables del delito de «abandono de persona seguida de muerte»- por la Masacre de Pergamino (tras el incendio de los calabozos de la comisaría de esa ciudad bonaerense en marzo de 2017 se produjeron los decesos de siete de los detenidos). Luego de la lectura del fallo, uno de los sentenciados arrojó una silla contra el grupo de familiares de las víctimas, que estuvieron acompañados, entre otras personalidades, por Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Esto generó un incidente que motivó la intervención del personal de seguridad.
Si bien las penas fueron inferiores a las solicitadas por las querellas, que pretendían el cambio de carátula para que los acusados fueran imputados por «homicidio simple», El Tribunal Oral Criminal Nº 1 de Pergamino coincidió en su veredicto en buena parte con lo solicitado en su alegato por el fiscal Nelson Mastorchio y aplicó condenas de entre 15 y 6 años de prisión, aunque solo dos de sentenciados seguirán en la cárcel y los restantes continuarán gozando del beneficio del arresto domiciliario.
Al respecto, las familias de los fallecidos manifestaron: «La lucha continúa». Al mismo tiempo, afirmaron que con la consumación de este fallo, «sabíamos que se trataba de una corporación, pero no nos esperábamos esto, seguiremos pidiendo cárcel común para los asesinos de nuestros hijos».
El entonces comisario Alberto Donza -que estuvo casi un año prófugo tras este episodio de violencia institucional- recibió 15 años de prisión, mientras que le dieron 14 al ayudante de servicio Alexis Miguel Eva; 11 para al imaginaria Brian Carrizo y al oficial de refuerzo de imaginaria Matías Giulietti; 8 al teniente primero Sergio Ramón Rodas; y 6 para la oficial Carolina Denise Guevara. Según los magistrados Guillermo Burrone, Miguel Angel Gaspari y Danilo Cuestas los imputados fueron responsables de «abandono de persona agravado por resultado de muerte», con los agravantes de pluralidad de victimas, más el daño físico a los sobrevivientes de la Masacre de Pergamino y psicológico a los familiares de las víctimas fatales.
El fallo coincidió solo en parte con lo que había solicitado el fiscal Mastorchio durante su alegato, ya que había pedido una condena similar para los dos imputados más importantes. Pero había solicitado penas mayores para los otros cuatro. Por su parte, las querellas, representadas en su mayoría por abogados de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), habían requerido que se sentenciase a los ex policías por el delito de homicidio simple y pidieron penas de entre 21 y 25 años de prisión.
El debate se desarrolló desde el 2 de setiembre y fueron 17 jornadas en las que brindaron testimonios sobrevivientes, bomberos voluntarios que asistieron ese día a intentar sofocar el fuego, psicólogos y familiares de las víctimas, entre otros. Los seis acusados llegaron a este proceso, en distinta situación en relación a su libertad, pero todos exonerados de la fuerza.
Pelea, castigo e incendio
Cabe recordar que el 2 de marzo de 2017, en la comisaría 1ª de la calle Dorrego al 600, en pleno centro de Pergamino, había 19 presos alojados en el sector de los calabozos, superando la cantidad permitida. Tras una discusión entre dos de los detenidos, los policías colocaron candados en las puertas y cerraron todas las rejas. Esto generó la reacción de los reclusos: prendieron fuego a los colchones para que los dejaran salir, pero no se les permitió y al expandirse las llamas no recibieron asistencia inmediata. Además, hubo una demora en la convocatoria a los bomberos voluntarios, que cuando actuaron ya se había desatado la tragedia.
La Masacre de Pergamino se cobró la vida de Sergio Filiberto (27), Federico Perrota (22), Alan Córdoba (18), Franco Pizarro (27), John Mario Chillito Claros (25 y de nacionalidad colombiana), Juan José Cabrera (23) y Fernando Emanuel Latorre (24), quienes murieron por inhalación de monóxido de carbono y sofocación a raíz de la acción del fuego.
