Grobocopatel, Madanes, Biolcati, el padre de Dietrich, el tío de Peña, Karagozian, Costantini, Vila, Rattazzi, Belocopitt, entre otros, categorizaron al gobierno de Cambiemos como el peor en materia económica.

“Tenemos que aprender de lo que nos pasó y tratar que no nos ocurra más”, sostuvo este martes Gustavo Grobocopatel, CEO del grupo cerealero Los Grobo, al hacer referencia a la gestión económica de Cambiemos. La frase resume el desencanto de  grandes empresarios con el trabajo de Mauricio Macri en la Casa Rosada. Como otros referentes de sectores concentrados, Grobocopatel fue uno de los principales promotores del gobierno saliente. Llegó a decir hace dos años: “Pagamos más impuestos, pero contentos”. Pero Macri les quitó la alegría a la mayoría de sus antiguos defensores, que vieron caer los niveles de actividad, sin importar escala o rubro. Incluso hubo quejas de los referentes del sector agropecuario que, junto al financiero, fueron los más favorecidos en los últimos cuatro años, y hasta de familiares de los funcionarios.

El gobierno de Cambiemos llegó al poder con un explícito respaldo del empresariado, quienes veían en la figura de Macri la oportunidad de volver a tomar el control de la economía. Si bien nos los defraudó en esa premisa, el descalabro financiero, la concentración de los negocios entre amigos y la inoperancia de los funcionarios destruyeron el objeto a controlar. El macrismo deja una gestión en la que tres de los cautro años de administración hubo caída del PIB, una deuda que se acerca al tamaño de toda la economía, una inflación por arriba del 50 por ciento y un desempleo y pobreza que no se veían desde 2002. Rápidamente el empresariado le fue soltando la mano a Macri.

El campo

Grobocopatel es uno de los principales referentes de este sector, que apoyó a Macri y hoy se muestra ansioso por la transición. En una entrevista a la AM 750, aseguró que “no se puede permitir más malas praxis económicas”. El directivo de mayor llegada al macrismo insistió en que “hubo una política monetaria que estaba disociada de la realidad económica y la microeconomía, lo que generó caída de empleo, desaceleración, endeudamiento y tasas altas”. No fue el único. Los referentes de la Mesa de Enlace fueron los primeros en sincerar su apoyo explícito a la candidatura de Macri que, en los hechos, se reflejó en una constante pulseada con el gobierno de Cristina Fernández por la liquidación de sus cosechas.

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“Nosotros como sector hemos apoyado a Macri profundamente. Hemos hecho mucho para que llegara al gobierno”, reconoció el ex titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati. La asunción de Cambiemos no sólo le auguraba a las entidades ruralistas puestos clave en el Gobierno, como a otros sectores empresarios concentrados, sino también la eliminación de las retenciones a la exportación de granos.

“Si no cambian, esto va a reventar y va a ser un desastre”, advirtió hace un año Mario Llambías, ex líder de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). “Hay mucha decepción en el campo con Macri”, se sumó el ex titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. “Hay una clara tendencia a gobernar favoreciendo la joda financiera por encima de un modelo de producción”, agregó este último. “Parece que nos tomaran para la joda. Nos hemos ido desencantando”, insistió Biolcati. Las quejas, en un programa televisivo, fue el puntapié al panquequismo que se fue viendo en los meses siguientes.

Franco Brunetti, dueño del Frigorífico Brunetti, le escribió una carta pública a Mauricio Macri en la que aseguró que el presidente lo “defraudó” al no cumplir con la promesa de eliminar derechos de exportación a los cueros salados para terminar con la “mafia curtidora”. “Usted creó una grieta muy profunda en la industria frigorífica actual, concentró en menos de 20 empresas el futuro de la industria. Señor presidente: lo voté, le creí, invertí, me defraudó, me visitó la AFIP de parte suya”, cerró con una alusión a aprietes oficiales.

La industria

Con el sector fabril la relación fue tensa desde un principio. Pese a los desplantes que Macri le hizo en más de una oportunidad, el lobby de los grandes empresarios siguió jugando a su favor. Algunas voces aisladas se levantaron en estos cuatro años y otros se plantaron al final de la carrera. Este martes, al ser consultado por la aplicación de aranceles al acero y al aluminio por parte de Estados Unidos, Javier Madanes Quintanilla, principal accionista Aluar, apuntó contra la inoperancia diplomática de Cambiemos. “Hace dos años nos exceptuaron y nos dormimos en los laureles. Fue por la manera de mirar al mundo y la geopolítica y no entender cómo se mueve la principal potencia del mundo. Hay un nivel de inoperancia en el manejo de la estrategia de negocios internacionales que asusta”, aseguró el empresario.

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El titular de FIAT, Cristiano Rattazzi, es otro caso paradigmático. Fue hasta fiscal de mesa en las últimas elecciones por Cambiemos, pese a que un año atrás –en plena corrida cambiaria- había reconocido que “el mercado no le cree más a Mauricio Macri”. “La tasa de interés está absolutamente absurda. ¿Cómo vamos a tener tasas del 72, 73 por ciento?”, se quejó. Previo a las PASO volvió a apoyar a Macri. Después que perdió dijo que el problema del Cambiemos fue que “pensaban que todo era demasiado fácil y que el país se arreglaba un poco solo. Hicieron algunas cosas populistas. Atrasar el dólar como lo hizo Sturzenegger fue una pelotudez atómica”, afirmó el empresario italiano. Para el empresario textil Teddy Karagozian, dueño de la hilandería TN&Platex, el gobierno estaba integrado por «jóvenes imberbes que no sabían de lo que estaban hablando».

El titular de la UIA, Miguel Acevedo, aprovechó la Conferencia Industrial sobre Construir Consensos para despacharse delante de Macri, quien esta vez sí acudió al encuentro. “Estamos finalizando un año difícil luego de un 2018 que también fue muy complejo y nuestro país se encuentra en un momento bisagra. A pesar de todo acá estamos, con la intención de revertir la situación para volver a crecer con la idea y la convicción de ser protagonistas”, en alusión a la política de desindustrialización del gobierno. En ese evento la situación fue tensa. El empresario José Urtubey, vice de la UIA y uno de los más críticos desde el inicio de la gestión, reconoció que a Macri se lo aplaudió “solo por respeto”. “Yo me retiré antes de que hable porque también tengo respeto por mí mismo”, opinó otro vice de la UIA, el santafesino Guillermo Moretti.

Los millonarios

“Este gobierno se equivocó en todos los sentidos, tuvo muchos errores, fueron muy optimistas y después lo manejaron mal”, aseguró el empresario Eduardo Costantini, quien no obstante hizo campaña a favor del macrismo hasta las PASO. Costantini, fundador del Malba y de Nordelta, entre otros emprendimientos, planteó que durante el 2018 “ha habido una enorme pérdida patrimonial en Argentina”. “Muchos dejamos de ser billonarios”, se quejó el apenas multimillonario empresario.

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Otro magnate de los medios que salto del barco fue el titular del Grupo América, Daniel Vila. “Como empresario me está yendo muy mal, todos estaban mejor antes. Hoy no podemos decir que tengamos una situación personal mejor, una situación mejor que hace cuatro años”, aseguró el directivo, quien además denunció aprietes del gobierno.

El presidente de Swiss Medical Group, Claudio Belocopitt, denunció que “Macri tomó decisiones para un beneficio personal, no de la Argentina”. “En el reperfilamiento caímos todos y la ley debe ser igual para todos”, disparó el empresario respecto del canje obigatorio de deuda de corto plazo que aplicó el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, por la falta de liquidez para pagar esos papeles.

Los familiares

“Nunca nos fue peor que con este gobierno”, se quejaba en mayo del año pasado Federico Braun, el presidente de la cadena de supermercados La Anónima y tío del ex secretario de Comercio, Miguel Braun, y del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Según reconoció en una entrevista radial, con excepción de 2002, la situación del sector comercial no había sido tan apremiante, derivado del congelamiento del consumo por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios frente a la inflación. El tío Braun reconoció una caída de las utilidades del 65 por ciento, algo que recrudeció con el salto de 100 por ciento del dólar de ese año. “Lo poco que poco que estamos ganando es porque mejoró la actividad de nuestros frigorí­ficos, por la exportación de carne”, aseguraba.

Otro familiar disconforme es Guillermo Dietrich, padre del ministro de Transporte (de igual nombre). El empresario del sector automotor le pidió a Macri que “no desaparezca” en medio de la crisis, en alusión a su salida de gestión tras las PASO, primero para hacer campaña electoral y luego para iniciar su “retiro”. En un encuentro organizado por la Cámara Argentina de Comercio, de la cual es vicepresidente, aseguró que “íbamos al país de la inversión y hoy va a ser el país de la inspección” y reiteró su crítica por no cumplir con sus promesas.

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