Ese escenario se dará por la mayor competencia entre productos, según un estudio de INDECOM, que establece que prácticamente 8 de cada 10 consumidores argentinos están de acuerdo con la medida.

La Ley de Góndolas podría bajar los precios hasta un 30% y cuenta con el apoyo de 8 de cada 10 consumidores argentinos, de acuerdo a un relevamiento llevado adelante por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) en referencia a la iniciativa que obtuvo media sanción en Diputados y que busca terminar con la «cartelización» en los supermercados para darle espacio a las marcas menos conocidas.

«Existen diferenciales de hasta un 30 % entre productos elaborados por pequeñas industrias y aquellos que producen las grandes compañías», expresó Miguel Calvete, director de INDECOM.

Y profundizó: «La aplicación de la norma que se debatirá ahora en el Senado permitiría no sólo que los consumidores gasten menos porque podrían optar por los artículos más económicos, sino que además aumentaría la competencia y obligaría a las grandes empresas a bajar los precios para no perder ventas».

Calvete puntualizó que «hoy es casi nula la participación de los pequeños productores en las grandes superficies de ventas, porque existe una cartelización muy importante por parte de esas industrias» y detalló: «Los supermercados desfinancian a los pequeños productores, obligándolos a bajar los precios y liberando los pagos a un plazo de tres meses desde la entrega de la mercadería».

«Eso lleva a la quiebra a las pymes porque no tienen la suficiente espalda para soportar tales niveles de desfinanciamiento», se lamentó el especialista, quien consideró que el proyecto «obligaría a las grandes empresas a pagarle a los proveedores en un plazo máximo de 60 días».

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La Ley de Góndolas sostiene que los productos ofrecidos deberán contar con una rotación que permita a los usuarios poder ser considerados, evitando la prevalencia de un producto sobre otro.

«Esto permitiría generar un nuevo escenario de consumo, promoviendo la convivencia de los pequeños productores, hipermercados, autoservicios, representantes de las economías regionales y cámaras de comerciantes», valoró Calvete.

El estudio, llevado adelante en diferentes tipos de comercio de todo el país, también reflejó que «la idea goza de un altísimo nivel de aceptación entre los consumidores, siendo que el 77,4% manifestó que está totalmente de acuerdo con la medida porque consideran que les entregará muchas más opciones y mejores precios a la hora de hacer las compras».

En tanto, el 13,8 % señaló que «no lo convence modificar sus hábitos de consumo por productos hasta hoy desconocidos» y el 8,8% restante «duda de la eficacia de la norma y considera que sólo llevará a una precarización del consumo».

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