Primero se produjo un choque. Y luego se escucharon las detonaciones, mientras un auto emprendía una rápida huida. Ambos cuerpos quedaron tirados a metros de un arroyo. En el lugar fue hallada un arma tumbera

Dos hombres fueron encontrados ejecutados de varios balazos, a metros de un arroyo de la zona de Bernal Oeste y si bien los investigadores del caso apuntan a que se habría tratado de ajuste de cuentas, no se descartan otras hipótesis, mientras por los testimonios recogidos en el lugar se cree que el o los homicidas se trasladaban en un vehículo, que escapó a toda velocidad, luego de escucharse una decena de detonaciones.

El hecho se registró ayer, en horas de la madrugada, sobre la calle Miguel Angel Mauriño, entre Los Andes y el arroyo San Francisco, en esa barriada del partido de Quilmes y pudo ser descubierto, tras el llamado de un vecino al 911.

Efectivos de la comisaría 7ª de Quilmes encontraron los cuerpos tirados boca abajo. Los familiares de las víctimas, que residían en las inmediaciones, los reconocieron como Ernesto Fabián Pintos (de 33 años) y Orlando Jorge Cubillas (23). Además, se incautó en la escena del doble crimen una pistola de fabricación casera, del tipo «tumbera».

«Pintos, al que apodaban «Hormiga» había recibido seis balazos, en tanto, Cubillas presentaba cinco disparos de arma de fuego en su cuerpo», indicaron los investigadores del caso, que trabajan a las órdenes de la fiscal Mariana Curra Zamaniego, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 6 de Quilmes, quien se hizo presente en el lugar y ordenó que se preservara la escena para el desarrollo de la labor de los peritos, que trasladaron los cadáveres a la Morgue Judicial.

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El personal de la Policía Científica recogió una vaina servida calibre 9 milímetros, un plomo encamisado, y además extrajeron muestras de ambos cuerpos para realizar las pruebas de dermotest, a los efectos de establecer si habían disparado con la «tumbera» y pudieron ser asesinados, en el marco de un tiroteo.

Por su parte, según los testimonios recabados a los vecinos, antes del hallazgo de los cuerpos los vecinos escucharon el sonido de un choque entre vehículos (coincidente con las huellas de derrape observadas en el pavimento) y una posterior fuga a toda velocidad, en medio de las detonaciones de armas de fuego.

De acuerdo a la modalidad del crimen y a las «actividades» que se dedicaban, según manifestaron los propios familiares de las víctimas, los investigadores creen que se trató, en principio, de un ajuste de cuentas, pero todo es materia de investigación.

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