Los hermanastros Leandro Yamil Acosta y Karen Daniela Klein conocerán recién el 21 de noviembre la pena por haber asesinado a sus padres. La fiscal pidió perpetua para ambos

Los encontraron culpables, pero la condena se conocerá recién el 21 de noviembre, aunque se desconoce si la pena que le aplicarán refiere al «homicidio agravado por el vínculo», como así también que la condena vaya a ser de prisión perpetua, tal como lo solicitó la fiscal en su alegato, en el que consideró que los hermanastros mataron a sus padres, en un doble crimen ocurrido en setiembre de 2015 en el partido de Pilar.

La resolución del Tribunal Oral Criminal Nº 7 de San Isidro alcanzó a Leandro Yamil Acosta (29) y Karen Daniela Klein (25), quienes fueron hallados responsables del homicidio de Miryam Esther Kowalczuk (52), madre del joven, y de Ricardo Ignacio Klein (54), padre de la chica. No obstante, los jueces María Coelho, Alberto Gaig y Federico Ecke fijaron para dentro de 41 días a la audiencia en la que se impondrá el delito y la pena a los condenados.

En tanto, decidieron convertir en prisión preventiva la detención que venía cumpliendo la joven Karen Klein, cuando la Fiscalía pidió que sea apresada. Junto a su hermanastro y entonces pareja, Leandro Acosta habían llegado a juicio oral acusados del delito de «homicidio agravado por el vínculo», pero mientras él se encuentra preso, a ella se la benefició con una falta de mérito y por ende, estaba en libertad.

«Este veredicto es una falta de respeto, porque con tanta prueba que había para ser analizada, todo se resolvió en veinte minutos y este caso merece un estudio superior, ya que estamos hablando de una condena a prisión perpetua», aseguró el abogado Rómulo Miño, defensor de Karen Klein, quien agregó que «esto dejó la sensación de que tenían todo resuelto de antemano y la administración de justicia debe ser algo más serio».

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La fiscal Laura Zyseskind expuso ayer su alegato, en el que solicitó que se condene a los jóvenes a prisión perpetua por «homicidio agravado por el vínculo y alevosía», al dar por probado que, cumpliendo distintos roles y con una planificación previa, ambos cometieron el doble parricidio el 2 de septiembre de 2015 cuando sus hermanos mellizos, por entonces de 11 años, no estaban en la casa porque Myriam Kowalczuk los había llevado al colegio.

Según se dio por acreditado, Acosta y Klein mataron a tiros a sus padres, al hombre cuando estaba en su cama y a la mujer cuando llegó de la escuela, y después incineraron los cuerpos haciendo varias fogatas.

Por su parte, a su turno, el letrado Miño había reclamado la absolución de su clienta, luego de trazar un paralelismo entre lo que declaró Acosta, que a su entender fue «falso», y lo que había dicho Karen en la instrucción de la causa, ya que durante el juicio se negó a ser interrogada.

El pasado miércoles, Leandro Acosta confesó que había asesinado a su padrastro de un disparo, pero dijo que su hermanastra mató a su madre luego de que él dejara el arma sobre una mesa. En tanto, si bien no declaró en el debate, Karen Klein siempre sostuvo que ella sólo fue testigo de los crímenes de sus padres y que si no había denunciado nada era porque estaba amenazada por su pareja y hermanastro.

El defensor oficial Marcelo Rodríguez Jordán, quien asiste a Acosta, también había pedido su absolución al afirmar, por un lado, que no estaba probada su participación en el hecho, y por otro que, en caso de que haya sido uno de los autores, las pericias psicológicas y psiquiátricas establecieron que «no comprendía la criminalidad de sus actos».

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Sobre este punto, una psiquiatra del Servicio Penitenciario Bonaerense declaró que el joven es imputable, es decir entendió el hecho que cometió; otra médica de la asesoria pericial aseguró lo contrario y un tercer profesional del Hospital Austral de Pilar sólo describió que hace algunos años lo atendió, pero que como abandonó el tratamiento, no podía pronunciarse al respecto.

Además, ambos defensores coincidieron en que la fiscal no precisó claramente qué rol cumplió cada uno de los imputados en los crímenes.

El hecho que se juzga fue descubierto el 13 de setiembre de 2015, cuando a raíz de una denuncia por paradero, la Policía allanó la casa familiar situada en la calle Sarratea al 2700 de la localidad de Manuel Alberti, en Pilar, y allí encontró restos humanos quemados de Klein y Kowalczuk. Luego, en un baldío situado a ocho cuadras de la casa, se hallaron 16 bolsas con cenizas, huesos y más restos calcinados.

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