David Lipton, titular interino del Fondo Monetario, dijo que la Argentina «deberá esperar un tiempo para reanudar una relación financiera». Es una virtual ruptura del acuerdo.

El Fondo Monetario Internacional pausó “un tiempo” el programa financiero con la Argentina, lo que se traduce en que no habrá un nuevo desembolso del organismo. La negativa a girar los 5400 millones de dólares pactados para mediados de mes se contrapone con el pedido expreso que hizo del presidente Mauricio Macri en la reunión de este martes en Nueva York. La suspensión del programa fue confirmada ayer por el director gerente del organismo, David Lipton, quien aseguró que el Fondo “trabajará para una eventual reanudación de una relación, algún tipo de relación financiera con ellos, que puede tener que esperar un tiempo”. Lipton dejará el cargo que ejerce de manera interina el martes 1 de octubre. En su lugar asumirá la búlgara Kristalina Georgieva.

La economista, que se desempeñaba como consejera delegada del Banco Mundial, quedó oficializada al frente del FMI en la reunión de directorio de ayer en reemplazo de Christine Lagarde. Bajo la gestión de Lagarde se firmó el préstamo con Argentina, el más abultado de la historia del organismo, por 56.000 millones de dólares, de los cuales ya se desembolsó un 78 por ciento. En las últimas semanas el Fondo comenzó a tomar distancia del Gobierno ante el descalabro económico, a pesar de que siguió sus recetas de ajuste fiscal y monetario desde mediados del año pasado. Esas políticas terminaron por agravar la crisis, pero ahora el Fondo se corre y deja que el gobierno de Macri cargue solo con la responsabilidad. Lo mismo hizo en 2001 con el gobierno de Fernando De la Rúa, al que también primero le dio un «blindaje», lo forzó a un ajuste fiscal extremo y luego le soltó la mano.

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El acuerdo establecía que el 15 de septiembre pasado debía haberse efectuado el sexto desembolso, por 5400 millones de dólares, pero el giro sigue condicionado a la postergada revisión del staff del Fondo y a la validación del Directorio. Lipton se reunió el martes con el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, para intentar destrabar el acuerdo. El encuentro tuvo lugar en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas y sobre el final de la reunión se presentó Macri para presionar por el desembolso y recordarle que cumplió con todos los compromisos en materia fiscal y monetaria. Según Lacunza, hubo avances, pero se volverá a tratar el tema recién el próximo 14 de octubre, dos semanas antes de las elecciones presidenciales. El ministro se reunió ayer con Georgieva y le repitió que el gobierno cumplió con las metas del segundo trimestre (ver aparte).

Lipton dijo que la relación con Argentina está «en pausa» en una entrevista con la agencia internacional Bloomberg. El director interino del Fondo sostuvo que “la situación argentina en este momento es extremadamente compleja”, lo que identificó con la incertidumbre electoral y no como resultado de las recetas que el organismo formuló y el gobierno de Cambiemos aplicó sin ningún cuestionamiento. “Estamos listos para ayudar a cualquier lado que gane las elecciones presidenciales. No es nuestro negocio tratar de adivinar el camino político hacia adelante, no podemos hacer eso”, afirmó el gerente interino. El interrogante que se le plantea al Fondo no es económico sino político y tiene que ver con cuál será la posición que adopte el próximo gobierno respecto de la responsabilidad del organismo en la crisis argentina. También tiene dudas sobre el margen que tendrá para seguir imponiendo reformas estructurales, como los cambios en el sistema previsional y laboral.

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Entre los puntos que deberá analizar el Fondo es la aplicación del cepo cambiario, lo que genera en la práctica un esquema de precios paralelos que se contrapone con la visión del Fondo. Sin embargo, Lipton buscó minimizar los efectos del cepo: “Es algo que podemos monitorear”. “Hemos tratado con países que tienen mercados paralelos en muchas, muchas circunstancias. Ese no es un gran desafío. El problema más grande es cómo calmar el mercado y estabilizar la situación”, aseguró el directivo en la entrevista radial con la agencia.

Tras las PASO, los representantes del Fondo comenzaron a perder el optimismo sobre el futuro de Argentina y en los últimos días también olvidaron la mesura para comunicarlo. Previo a las elecciones primarias, el jerarca del Fondo aseguraba en una entrevista con el Financial Times que “la Argentina ha tenido algunos altibajos. Entendemos que la incertidumbre política puede afectar sentimientos, pero la buena noticia es que el país ha implementado las políticas que diseñaron en el programa. Las llevaron a cabo y están dando sus frutos”.

Luego de las primarias, el FMI reconoció la crisis argentina y la profundiza negando un nuevo desembolso. Sin esos fondos, el consenso de inversores bursátiles considera que existe una probabilidad de incumplimiento de la deuda del 95 por ciento en los próximos cinco años, plazo en que se acumula el grueso del repago de la deuda con el Fondo. Para lo que resta del año se estima que las necesidades de financiamiento ascienden a 6000 millones de dólares.

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